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Gebre, superatleta y supermillonario

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Tengo curiosidad por ver a Haile Gebrselassie en el Maratón de Nueva York, una carrera multitudinaria y dura, muy dura. Los que allí han corrido me cuentan que la rejilla de los puentes molesta bastante y que hay tramos donde el asfalto está en no muy buenas condiciones para correr. Y hay contaminación. Veremos. Yo no espero una marca deslumbrante, pero sí creo que Haile nos va a dar un espectáculo.

Confiesa Gebre que a su historial le falta ganar en Nueva York. Yo soy un incondicional suyo, pero creo que también le falta un título mundial y, sobre todo, un título olímpico en maratón. Con ello redondearía una carrera probablemente sin parangón en el fondo mundial de todos los tiempos.

Gebrselassie nació el 18 de abril de 1973, en la región etíope de Arsi. Es decir, que tiene 37 años, de los que lleva 17 en la élite mundial, primero en pista y luego en asfalto. Y es que con sólo veinte primaveras ya fue campeón mundial de 10.000 metros en Stuttgart 1993 y subcampeón en 5.000. Hasta ahora ha batido 27 récords mundiales, entre pista cubierta, aire libre, pista y asfalto, en distancias olímpicas o no. Entre ellos se cuentan cuatro de 5.000 y tres de 10.000.

Atención a algunas de sus marcas personales: 3:31.76 en 1.500 en pista cubierta (1998) y 3:33.79 al aire libre (1999); 7:25.09 en 3.000 (1998); 12:39.36 en 5.000 (1998); 26:22.75 en 10.000 (1998); 58:55 en medio maratón (2006) y 2h 03:59 en maratón (2008). En 3.000 y medio maratón es el cuarto atleta de todos los tiempos; en 5.000 y 10.000 el segundo, tras Kenenisa Bekele, su discípulo, y en maratón tiene el récord mundial.

Si pasamos a medallas, la colección es fabulosa: tiene dos oros olímpicos en 10.000; ha sido cuatro veces consecutivas campeón mundial de los 10.000 y además ha coleccionado una plata y un bronce, y otra plata en 5.000. Y en pista cubierta tampoco se queda vacío: tres veces campeón del mundo de 3.000 y otra de 1.500 metros. Y ha sido campeón mundial de medio maratón y bronce en el Mundial de cross. No hay quien dé más.

Gebre es, además, una persona encantadora, siempre amable, siempre dispuesto a ayudar y colaborar. Su sonrisa se ha hecho célebre. Las veces que le he entrevistado (recuerdo una en Sevilla, antes del Cross de Itálica, y otra en Granollers, el día antes de correr allí medio maratón) se ha mostrado con una accesibilidad extrema.

Y eso que, además de uno de los atletas más galardonados de la historia, es multimillonario. Aunque en verano reside a veces en Hengelo (Holanda), donde vive su mánager, Jos Hermens, su residencia habitual está en Addis Abeba. Tiene un rascacielos de su propiedad llamado Alem, el nombre de su esposa, y trabaja allí en el piso octavo, pero tiene también un amplio gimnasio, donde se ejercita. Es propietario de un cine, un hotel, es empresario inmobiliario y tiene la exclusiva de los concesionarios Hyundai. Y se habla de que cuando se retire (no tiene planes, por el momento) podría optar a la presidencia de su país. Y ganaría, seguro, porque en Etiopía es un héroe nacional, probablemente más conocido que el propio presidente.

Bueno, pues el domingo corre en Nueva York, en un maratón muy especial, en el que no se consiguen grandes marcas (para lo que ahora se estila) pero donde vencer da un prestigio inmenso. Y Londres 2012 le espera. Todo atleta etíope quiere ser campeón olímpico, como lo fue el ídolo de todos estos corredores: Abebe Bikila. Cuya tumba, por cierto, fue profanada en el cementario de Addis Abeba, aunque las autoridades ya la han arreglado. Han tardado tres años en hacerlo, por cierto. Y la de Mamo Wolde, oro olímpico en maratón en México 1968, que también fue profanada, sigue como estaba. Cosas...