Pasaba por aquí

Aprobó el calendario en verano sin decir ni pío ni poner un pero.

Sentar a algunos, como Vinicius o Mbappé, no está aún en la hoja de ruta de Ancelotti.

Si uno lo piensa con calma, no había ninguna necesidad de tachar a Szczesny de jubilado.

La historia de amor del Real Madrid con la Champions nos ha dejado ya demasiados capítulos como para cometer el error de pasarlos por alto. Da igual el momento de forma.

Me sorprenden los clubes que lo eligen por métodos alternativos a la antigüedad.

Para mí, lo más difícil ahora mismo es la Liga. Es un dolor de cabeza... pero un hermoso dolor de cabeza. Veo más fácil pasar ante el Barcelona a la final. Y veo que le podemos hincar el diente al Madrid en Champions.

A Ancelotti se le trata por momentos como si fuera Joe Biden y hubiera perdido la cabeza.

Es obvio que Vinicius es débil, no tiene fuerza mental para soportar el acoso. Pero es la víctima, no el agresor.

Para que unas eliminatorias de Copa del Rey sean perfectas debe estar el Athletic.

Creo que nunca me ha dado más miedo el Manchester City que justo ahora...

Alaba es un futbolista necesario, más después de la lesión de Rüdiger... y con lo que viene.

Ancelotti no es perfecto, pero es perfecto para el Real Madrid; un relojero en el fuego

Al Valencia se le acabó la suerte, después de Parla, Ejea, Eldense y Ourense.

El pinchazo en Getafe deja al Barça a siete puntos del líder, al que ha goleado dos veces.

La única salida a la temporada que tiene el Real Madrid es recuperar cuanto antes el ánimo.

No se perdona en un club grande la cutrez, la chapuza y la dejadez de funciones.

Un buen entrenador siempre es un buen psicólogo. Tratar a todos por igual es injusto con todos.

Es una ventana complicada porque intenta arreglar media temporada de algunos equipos.

Si en un equipo no hay especialista infalible, las penas máximas tienen que ser para el goleador.

El Real Madrid de Ancelotti va a disputar siete torneos; una locura.

Para fastidio del Pachuca, el Real Madrid es favorito en las finales y las gana.

Lo que nosotros vemos también lo ven, y con más argumentos, cuerpo técnico y dirigentes.

Si el fútbol es un estado de ánimo, como dijo Valdano, el del Madrid tiende a la melancolía.

Me pasaré las cenas buscando su mirada, enganchado a intentar averiguar si lo sabe.