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DAKAR | ALBERT LLOVERA

“Parecía un camión de reparto”

Un tornillo del volante de Albert Llovera se ha aflojado a los “200 o 300 metros” de empezar la prólogo: “No sé ni cómo tomármelo”.

Actualizado a
“Parecía un camión de reparto”
Twitter Albert Llovera

Una primera etapa que tenía que ser un trámite, ha acabado siendo un disgusto para Albert Llovera. El andorrano siempre se ha caracterizado por un buen humor que, nada más ver su rostro en el día de hoy, se había difuminado hacia una especie de frustración provocada por un tornillo aflojado. A priori podría parecer que no es nada relevante, pero al estar situado en el volante, la historia cambia por completo para él. Albert lo tiene todo en sus manos y este desajuste “a los 200 o 300 metros” de comenzar la prólogo, ha convertido a 13 kilómetros en una distancia interminable donde los mandos no respondían: “El aro del acelerador no bajaba cuando yo le pedía y cuando bajaba, a lo mejor no subía y se quedaba acelerado”.

Ni que decir tiene que no ha sido un día fácil para Llovera en su estreno oficial con Ford. Porque antes completaron “60 y pico kilómetros en Polonia y 60 o 70 más” durante el shakedown. La distancia no es suficiente para detectar problemas, de hecho contaban con que pudiesen llegar en algún momento, pero no de manera tan prematura y en la parte más imprescindible del camión para él. “No sé ni cómo tomármelo”, asegura, después de haber trabajado en un prototipo que “parecía un camión de reparto” cuando lo volvió a poner en marcha en el desierto. Después de mucho trabajo “lo dejamos bastante bien” y sin embargo, el desajuste del tornillo les “va a provocar una palmada muy seria mañana”. “No hay arena y hay caminos, para adelantar va a ser un Cristo y es un poco una liada, pero bueno, la carrera es muy larga”, confiesa.

¿Qué pasará a partir de ahora? Después de haber “terminado mal el año”, solo queda trabajar en un elemento que pretende tener a punto para volver a competir mañana. Al final, Albert siempre acaba encontrando el lado positivo de las cosas y prefiere haber penado hoy, antes de adentrarse en etapas con cientos de kilómetros donde podría haber “sufrido un montón”. Revisarán la pieza para tratar de evitar el problema y aunque sus mecánicos no están familiarizados con este tipo de sistema y le guardan “un poco de respeto, ya les he dicho que hay que revisarlo todo cada día”. Las órdenes han quedado “bastante claras” y el tornillo, espera, de nuevo en su lugar.