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IlloJuan y Plex la lían en Japón: les echan de un restaurante y se ríen de la gente por la calle
La serie de viaje por Japón de Plex e IlloJuan deja un sabor amargo tras su primer episodio en el que ambos protagonizan varios momentos lamentables.
El esperado y anunciado a bombo y platillo viaje por Japón de los streamers IlloJuan y Plex ya se ha saldado con sus primeras “víctimas”. En apenas veinticuatro horas en el país del sol naciente, ambos ya han sido expulsados de un restaurante, y se han dedicado a grabar a gente por la calle sin su consentimiento para reírse de ella, lo que ha provocado reacciones negativas en redes sociales.
Liadón en Japón con IlloJuan y Plex... en sentido literal
El pasado 21 de octubre, los streamers españoles IlloJuan y Plex comenzaron su viaje conjunto por las islas japonesas, acompañados también por Spok. Todo esto forma parte de la serie Liadón en Japón de Plex, donde ambos creadores de contenido van a ir documentando su viaje por este país de manera similar a lo que ya hizo con Xokas en su viaje por China.
El primer episodio fue recopilado en este otro vídeo del canal de Plex:
Durante esta primera emisión que luego fue recopilada en vídeo, estos influencers han protagonizado varios episodios lamentables. Uno de ellos ha sido una discusión acalorada con el dueño de un restaurante, que les invitó amablemente a salir del local.
Mientras que ellos piensan que la disputa se debe a que se “pelearon” por ver quién pagaba, la realidad es muy distinta: la cultura japonesa valora mucho la armonía y la tranquilidad, y todo parece apuntar a que les quiso echar por el escándalo que montaron en el local hablando a voces.
No obstante, el capítulo más lamentable que ambos protagonizaron fue grabar por la calle a gente que simplemente pasaba por ahí para reírse de ella en directo. Un clip de vídeo que se ha hecho viral en redes como TikTok es uno en el que se mofan de las llamativas pintas de un transeúnte vestido de cowboy, comparándolo con Arthur Morgan, el protagonista de Red Dead Redemption 2.
Sus seguidores defienden estos comportamientos con excusas tan peregrinas como surrealistas: “es parte del lore” y “está sacado de contexto” son las más habituales. Pero la realidad es la que es: grabar a una persona sin su consentimiento es un acto moralmente reprobable, y si además lo haces con intención de reírte de ella, apaga y vámonos.
Entre “lindezas” que han protagonizado también se cuentan, tal y como ha destacado un usuario de X, que les expulsaran de un local de gashapon por entrar a gritos con una cerveza en la mano y que se riesen de más transeúntes. De nuevo, actitudes incívicas que suponen malestar para los oriundos y que no tienen por qué aguantar.
En definitiva, el primer episodio de esta serie ha estado marcado por varios altercados y situaciones tan innecesarias como moralmente reprobables. Esperemos que los implicados recapaciten y se den cuenta de que estas actitudes, que desgraciadamente son una constante que va en aumento en Japón, son uno de los problemas más acuciantes del país debido a la depreciación del yen.
Japón tiene un problema serio con los streamers IRL, agravado por la devaluación del yen
Japón se enfrenta un problema muy serio con los streamers IRL (In Real Life) debido a sus comportamientos inapropiados en espacios públicos. Estos creadores de contenido, que hacen emisiones en directo en plena calle mientras interactúan con su entorno y con los transeúntes, a menudo cruzan los límites del respeto hacia la cultura y las normas sociales del país. Algunos de estos streamers, como Johnny Somali, han protagonizado altercados por grabar sin permiso a personas o mostrar actitudes disruptivas y alterar el orden público en áreas concurridas. Estas actitudes han generado malestar entre los japoneses, educados en una cultura y unos valores que dan una gran importancia a la privacidad y la armonía en los espacios públicos.
El problema se agrava por el deseo de algunos streamers de generar contenido “impactante” o controvertido para ganar popularidad y seguidores, lo que los lleva a buscar situaciones cada vez más extremas y a estirar cada vez más los límites de lo que están dispuestos a hacer con tal fin. Además, el impacto de estos comportamientos no solo afecta a la imagen de los streamers, sino también a la percepción de los turistas en Japón, ya que muchos nipones asocian estas conductas con el turismo extranjero.
La presión por destacar a toda costa en plataformas de contenidos donde la competencia es muy dura está derivando en todo un choque cultural, donde la falta de consideración hacia los demás y el afán de hacerse viral terminan perjudicando seriamente la convivencia pacífica que caracteriza a la sociedad japonesa.
La creciente popularidad de los streamers IRL en Japón también está impulsada por factores económicos, como la devaluación del yen, que ha hecho que los viajes al país sean más accesibles para turistas internacionales, incluidos creadores de contenido. Esta caída en el valor de la moneda ha incentivado una mayor afluencia de streamers que ven en Japón una oportunidad tanto para explorar su cultura como para generar contenido más atractivo a un coste bastante menor que hace unos años. Por supuesto, esto no debería suponer una especie de “invitación” para viajar a este país y no acatar la legalidad vigente.
Esta relativamente reciente facilidad para viajar a este país y producir estos vídeos no siempre va de la mano de una comprensión o un respeto adecuado hacia las normas sociales y la legalidad vigentes en el país. Aunque esta mayor afluencia de turistas puede servir para promocionar Japón y su cultura, también conlleva el riesgo de una mayor cantidad de comportamientos inapropiados si los creadores de contenido no se molestan en atenerse a unas normas de respeto y convivencia básicas.