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El detalle de ‘La Casa del Dragón’ temporada 2 que conecta el pasado de Rhaenyra con el presente de Alicent
El primer episodio de la segunda temporada capta un paralelismo con una de las escenas clave de la primera temporada.
El primer episodio de la segunda temporada de ‘La Casa del Dragón’ ha dado para mucho. De la premonición cumplida de Helaena, un pasaje del libro que cambia bastante en la serie, hasta los tiros de cámara en ciertas secuencias, el arranque no dejó a nadie indiferente. Pero lo que más ha sorprendido a los fans acérrimos es la manera en la que el equipo de producción ha querido narrar la historia de manera ambiental. La recta final del episodio supone un paralelismo con uno de los momentos claves de la primera temporada. Si no los has visto te recomendamos que dejes de leer a partir de ahora.
El cuidado al detalle del primer episodio de ‘La Casa del Dragón’ temporada: el pasado y el presente se juntan
La disposición de los miembros de la corona es diferente a cuando todavía vivía el Rey Viserys. Alicent ahora duerme en el dormitorio donde se alojaba Rhaenyra antes de partir a Rocadragón. Este cambió movió a Helaena y a sus hijos a la antigua habitación de Alicent (Olivia Cook). Ahora madre e hija viven en pisos diferentes del palacio.
Viajemos ahora al sexto episodio de la primera temporada de ‘La Casa del Dragón’. Rhaenyra da a luz a su primer hijo, Joffrey, un momento clave para comenzar su legado. Demostró a su padre que ella también se comprometía con el futuro de la casa. Llevada por la rabia tras años siendo señalada, la joven agarró a su hijo recién nacido y comenzó una procesión escaleras arriba hasta los aposentos reales. Fueron los peldaños más largos de su vida. La interpretación de Emma D’Arcy también ayudó a que nos agarráramos al sillón.
Muchos años después se produjo el mismo camino... pero a la inversa y en circunstancias más trágicas. Los dos asesinos enviados por Daemon mutilan al pequeño Jaehaerys Targaryen mientras su madre escapa para salvar la vida de su hermana Jaehaera. Helaena corre como si no hubiera un mañana y se topa con las mismas escaleras que Rhaenyra en su día, solo que ahora ella las tiene que bajar como símbolo del descenso a los infiernos de la relación entre los dos bandos Targaryen.
Una vez fue un gesto de esperanza; sin embargo, ahora es una señal bélica. Alicent conoce la muerte de su nieto mientras es pillada manteniendo relaciones sexuales con el Lord Comandante de la Guardia Real. Todo va cuesta abajo y sin frenos para los verdes.