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Crítica

Crítica de ‘Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes’, una película que no molesta

La precuela de ‘Los Juegos del Hambre’ sobre los orígenes de Coriolanus Snow quizás no sea tan buena como las películas originales, pero resulta ser mucho mejor que las dos últimas entregas de la saga.

Los Juegos del Hambre

Con las precuelas, los reboots y de un tiempo a esta parte los multiversos, el mundo del cine demuestra una y otra vez no saber nada de un tal Esopo y su fábula sobre cierta gallina que ponía huevos de oro. En su día, la moraleja de aquella historia sobre la codicia tampoco debió llegar a oídos de ‘Los Juegos del Hambre’. La saga se apuntó a la moda de dividir una adaptación en dos partes sin mayor necesidad que la de pasar el cesto una vez más. Y así, tres libros se tradujeron en cuatro películas cada una con peor crítica, acogida y taquilla que la anterior. Por eso éramos escépticos con esta nueva entrega, pero ‘Balada de pájaros cantores y serpientes’ ha resultado ser una agradable sorpresa.

Una precuela sobre los orígenes del villano

La cinta es una precuela de las originales y se basa en el libro homónimo que Suzane Collins escribió en 2020 (una década después de ‘Sinsajo’) al ver el éxito de las películas. Si aquellas giraban en torno a Katniss Everdeen y la edición número 74 de los Juegos del Hambre, ‘Balada de pájaros cantores y serpientes’, se remonta a la décima entrega de ese mismo concurso tantas veces comparado con ‘Battle Royale’ (Kinji Fukasaku, 2000). Nos presenta una época en la que aún no había desarrollado su faceta de reality show, cuando sólo eran 24 niños peleando a muerte en una plaza. Sin desfiles, sin entrevistas previas y sin exámenes ni apuestas. La gracia reside en ver cómo un jovencísimo Coriolanus Snow transformó todo el sistema.

El futuro presidente de Panem y archienemigo de Katniss aquí es sólo un estudiante que vive a base de becas, pertenece a una familia de ricos caída en desgracia y es mirado por encima del hombro por sus compañeros del Capitolio. Es por tanto una historia sobre los orígenes de un villano al que se humanizará tanto que a veces nos costará creer que se trate del mismo personaje al que interpreta Donald Sutherland en la tetralogía original. En esta entrega, Snow no es un déspota megalómano y despiadadamente calculador, sino que adopta el papel de Woody Harrelson en las primeras películas. Será el encantador mentor de una tributo del Distrito 12 que se presenta a la décima edición de los Juegos. Y aún no tratándose de Jennifer Lawrence, sino de Rachel Zegler, Snow se enamorará de esa pobre a la que están enviando a la muerte.

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Todos los cambios con respecto a la tetralogía original

Que nadie espere por tanto que los Juegos tengan un papel protagónico. Nada de ingeniosas pruebas y peligros. Apenas un cuarto de la película. Tampoco contaremos con ese retrato satírico del postureo de la sociedad actual. Esta Panem no es la de los peinados de colorinchis, los vestidos inflamables y los flashes y focos televisivos. En ‘Balada de pájaros cantores y serpientes’ es un país en plena posguerra y no del todo convencido con la idea de matar a un puñado de críos. El debate ético es más explícito y pueril y la violencia es mucho más directa y vanal. Pero es igual porque ante todo, la película va de una historia de amor.

No tendrá la fama de Josh Hutcherson (Peeta) y Liam Hemsworth (Gale), pero el Snow de Tom Blyth bien merece todos los elogios y sostiene el timón con fuerza. La Lucy Gray Baird de Zegler nos ha gustado menos y su presencia en la película viene acompañada de cierta polémica (no aceptó el papel hasta que no ficharon también a su novio, Josh Andrés Rivera), pero tal y como hiciera en ‘West Side Story’, vuelve a demostrar que es una fuente de talento inagotable y compensa el resultado con varios números musicales (algunos de los cuales podría haberse ahorrado, para qué mentir).

Alrededor de ambos hay un reparto coral y repleto de caras conocidas como la de Viola Davis (MVP), Fionnula Flanagan o Peter Dinklage. El caso es que aún cambiando de elenco por completo y arriesgándolo todo a la química entre sus protagonistas, a ‘Balada de pájaros cantores y serpientes’ no le sale del todo mal la apuesta.

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Conclusiones

Estamos ante una película diferente de la saga original y quizá no tan buena como las primeras, pero a todas luces mejor que las dos últimas. Una entrega con personalidad propia que aún así cuenta con un buen número de referencias y guiños a los fans de Katniss y compañía. Sus casi tres horas son más entretenidas de lo que cualquiera hubiera pensado y cuenta con un tercer acto de lo más interesante, uno más pausado y centrado en la vida en los distritos y el romance entre sus protagonistas. Algo que había en los libros originales y se perdió en las adaptaciones.

Evidentemente podríamos hablar también de sus varios deus ex machina y de algunos efectos, planos y momentos precipitados y cutrongos, o de cuánto aporta a la saga y al cine en general, pero no apetece porque deja la sensación en boca de que en el fondo tampoco molesta. Y viniendo de la cuarta, eso es una buena noticia. Recomendable para los fans, no se pierde nada dándole una oportunidad.

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