Cómic
‘Batman: la muerte de la familia’. El Joker más terrorífico
Scott Snyder y Greg Capullo construyen una historia oscura que mezcla sentimientos de admiración y terror en un Joker desatado
Tras la fabulosa saga de ‘El Tribunal de los búhos’, la pareja creativa Snyder-Capullo repite fórmula con la recuperación esta vez del gran villano de Batman como motor de su nueva trama. La muerte de la familia (2014) es un cómic que tiene muchos ingredientes para convertirse en un clásico entre los todos relatos del hombre murciélago: una intensa relación héroe-villano, sucesos relevantes, una historia atractiva, un dibujo espectacular y un Joker desatado como nunca… pero que no termina de rematar.
Un retorno por todo lo alto
El reseteo del universo DC en 2011, que se denominó The New 52, supuso una convulsión que afectó en mayor o menor medida a las 52 colecciones que entonces publicaba de manera regular la editorial. En este relanzamiento se dio una libertad a los guionistas para redefinir a los personajes, prescindiendo de gran parte del bagaje que les había perfilado durante años. Curiosamente uno de los pocos personajes que conservó casi intacto su pasado y, por tanto, su identidad, fue ‘Batman’; aunque los hechos modificados en otras colecciones terminaron por afectar también a su particular universo.
En el primer número del relanzamiento de la nueva Detective Comics el Muñequero dejaba sin rostro al Joker. Ausente durante un año, el payaso se dedicaba a planear en la sombra una vuelta a primera página que iba a poner patas arriba todo el mundo de Bruce Wayne.
Duelo psicológico
El Joker de Snyder es mucho más aterrador que cualquiera de los anteriores, bebe directamente de algunas películas modernas como La Matanza de Texas o Saw para construir un personaje cuya enfermiza existencia solo tiene sentido como némesis del vigilante de Gotham. Capullo no ahorra escenas de alta violencia gráfica, como la del martillo con el que golpea a Alfred, para enfatizar que estamos ante un Joker más implacable que nunca.
Al igual que Alan Moore hiciera en The Killing Joke, Snyder construye el relato sobre la relación de dependencia que existe entre Batman y el Joker. El guionista va un paso más allá e insinúa cierto enamoramiento por parte del psicópata: “querido” que él entiende en doble sentido.
Obsesión por el pasado
El Joker confiesa su admiración a un Batman que ya no existe, al rey de Gotham que mantiene a la escoria a raya y que no presenta debilidades. Ahora le ve mayor y débil y acusa a ‘su familia’ (Nigthwing, Robin, Capucha Roja, Batgirl, Gordon…) de ser la causante de ese deterioro físico y moral. Así que para devolver al monarca al trono tiene que eliminar a todos los que Bruce Wayne tiene alrededor y convertir a sus enemigos tradicionales (Pingüino, El Arcertijo, Harvey Dent, Harley Queen) en instrumentos que afilen otra vez las capacidades del vigilante.
La utilización de villanos clásicos va acompañada con pequeños viajes al pasado que rinden homenaje a cómics clásicos y explican determinadas situaciones actuales, es un recurso que ya utilizó Snyder en El tribunal de los búhos para contextualizar el relato y alterar el ritmo narrativo. Las referencias y las influencias de obras como The Killing Joke de Moore y No man´s Land de Morrison son fácilmente reconocibles.
El otro gran motor que mueve la historia es el miedo. Un miedo absoluto ya que el Joker es capaz de llegar a cualquiera y en cualquier parte, a ello se suma que no hay ninguna barrera moral que no sea capaz de saltarse. Los personajes, incluido el propio Batman, se ven atados (algunas veces literalmente) a la hora de tomar decisiones ya que en la balanza el psicópata siempre pone vidas inocentes en juego. Un lugar al que Batman no quiere llegar, aún sabiendo que es la solución más racional para la amenaza.
Un dibujo inquietante
Greg Capullo, que durante muchos años fue el dibujante referencial de Spawn, consigue aquí uno de sus mejores trabajos. Su representación del Joker es escalofriante y, por realista, va mucho más allá de lo visto anteriormente. De hecho, a pesar de La Muerte de la familia era un crossover que afectaba a varias colecciones se acordó mantener la imagen del nuevo Joker en secreto, aunque un fallo en la serie Batgirl arruinó en parte el efecto sorpresa.
El dibujante americano fue un especialista en kickboxing, lo que le ayuda a que sus peleas sean de las más realistas dentro del cómic. Sus puñetazos y patadas funcionan como deben. Su Batman es duro, más grande y menos musculado que el de otros dibujantes, su presencia física debe por sí misma intimidar a sus enemigos. Otra característica personal de su Batman es su capucha, que está diseñada como un casco e impide que las emociones del personaje trasciendan.
Estructuralmente Capullo concibe las páginas como un todo con diseños propios que no repite, siempre busca una disposición que enfatice aquello que es más importante en la página. En el caso de La muerte de la familia, la oscuridad se va apoderando de la historia y por ello en muchas de las páginas domina el negro. Son estas las que mejor funcionan de todas y en las que el Joker se dibuja más amenazador.
Un final no tan gratificante
La historia durante muchas páginas empuja a Bruce Wayne hace un lugar al que no quiere ir, no solo física sino moralmente. Las escenas en Arkham Assylum son de gran potencia visual y emocional, pero haber llevado hasta sus últimas consecuencias la historia hubiera sido un peaje que la editorial no podría permitirse. Así que Snyder opta por un final más comercial, aunque deje daños permanentes en las relaciones entre Batman y su familia.
Las páginas en las que Bruce Wayne confiesa que reveló su identidad al Joker están entre las mejores que se han hecho de Batman por la potencia emocional que contienen.
Conclusión
La muerte de la familia es un buen cómic, al que le ha faltado solo un poco de atrevimiento para convertirse en un clásico. No obstante, la historia es sensacional y el dibujo es una maravilla. Capullo ha dibujado al Joker más terrorífico e inquietante de la historia del cómic.