Ante la popularidad que Tetris había dado al género de los Puzzles, Nintendo usó al multifacético Mario para presentar un juego en esta categoría, aunque con una mecánica propia y nuevas ideas.

Controlando al cavador Rockford, el jugador debe explorar las profundidades en busca de diamantes y otros tesoros, evitando los monstruos y las galerías con piedras poco sólidas, que pueden caer si se realiza un túnel justo debajo de ellas.