Opinión
‘Invencible’ temporada 3 y la hipocresía de Mark: Cecil tenía (y tiene) razón
Mark y Cecil han llegado a las manos en la temporada 3 de ‘Invencible’, y en esta columna de opinión desarrollamos por qué el razonamiento del superhéroe, aunque comprensible, es erróneo en última instancia.

La esperada tercera temporada de ‘Invencible’ se estrenó el pasado 6 de febrero con la llegada de sus tres primeros episodios. Mark Grayson, el protagonista indiscutible de la historia, se ve sometido a presiones cada vez mayores, lo cual lleva a que no siempre tome las mejores decisiones. Una de estas decisiones críticas durante el nuevo arco argumental es un enfrentamiento abiertamente hostil contra Cecil Stedman, el director de la GDA, y el protector de facto del planeta Tierra. Mientras que Mark considera que sigue lo que le dicta su conciencia al oponerse a Cecil porque tiene en nómina a antiguos villanos reformados, yo, como este último, tengo claro que el superhéroe está siendo un gran hipócrita. Resumiendo: Cecil tenía, y tiene, razón.
Nota del autor: por motivos obvios, en esta columna de opinión hay spoilers sobre la tercera temporada de ‘Invencible’. ¡Estáis avisados!
El razonamiento hipócrita de Mark en la tercera temporada de ‘Invencible’ prueba que Cecil tiene razón con sus planes de contingencia
Durante el primer episodio de la temporada 3 de ‘Invencible’, Mark sigue trabajando codo con codo con la GDA, pero, tras el incidente con Doctor Sísmico en el que todos los superhéroes son capturados, Invencible descubre que la organización dirigida por Cecil ha cuenta con los servicios de antiguos criminales como Darkwing II y D.A. Sinclair. Esto lleva a Mark a un estado de colapso mental porque su brújula moral no le permite formar equipo con personas que han causado tanto sufrimiento a víctimas inocentes.
Cuando Mark acude iracundo a pedir explicaciones a Cecil, éste, anticipando una reacción violenta de Invencible, lo atrae hacia la “sala blanca”, una habitación segura dentro del Pentágono donde hay ocultos centenares de Reanimen: los cyborgs asesinos de Sinclair que ya metieron en aprietos previamente al superhéroe. En todo momento, Cecil intenta calmar a Mark con asertividad y desescalar la situación, pero cuando Stedman razona que “a gente como Darkwing y Sinclair no se la desperdicia; se la repara”, Mark entra en cólera y comienza a atacar y destruir a los Reanimen, e incluso llega a amenazar de muerte a Cecil.
Esto obliga a Cecil a revelar que implantó en el cerebro de Mark un chip que emite ondas sónicas de baja frecuencia que le producen un dolor inmenso y lo inmovilizan como posible contramedida por si se rebelaba. Efectivamente, la actitud agresiva e impulsiva de Mark demostró que, en última instancia, Stedman hizo bien aunque este acto fuese una traición de la confianza del superhéroe.

La revelación de que Cecil tiene contramedidas listas para uno de los superhéroes más poderosos del planeta provoca una gran fractura en el equipo de los Guardianes, y la mitad de los miembros, principalmente los más jóvenes y propensos a las actitudes rebeldes, decide marcharse. Cabe destacar que, pese a sus métodos extremos, Cecil no está del todo contento con recurrir a ellos. Sin embargo, los considera un mal necesario, especialmente en un universo tan vasto donde las amenazas son constantes, ya sea a nivel nacional, global o incluso intergaláctico.
En el segundo episodio de la tercera temporada se revela que, en el pasado, Cecil fue un agente comprometido y capaz con un gran sentido del deber y el sacrificio que llegó a detener un atentado terrorista por parte de dos supervillanos que casi le cuesta la vida. No obstante, cuando su superior, el antiguo director de la GDA, le revela un tiempo después que reclutó a estos dos villanos con intención de reformarlos, los ejecutó en el acto, lo que provocó que lo encarcelaran en una prisión de máxima seguridad llena de reclusos con superpoderes.

Al cabo de unos años, Cecil consiguió hacerse con el control de la población de reclusos gracias a sus dotes de persuasión y manipulación, algo extremadamente loable teniendo en cuenta que es un humano normal y corriente. Cuando el antiguo director de la GDA fue a visitarle, le reveló que, además de un castigo por sus crímenes, también se trataba de una prueba que había aprobado con creces y que servía para que Stedman viese las cosas como él: “Podemos ser los buenos, o podemos salvar la Tierra, pero no ambas cosas a la vez”, subrayando la necesidad de utilizar el talento y habilidades de villanos peligrosos en pos de la defensa de la Tierra. De esta forma, y tras rehabilitarse, Stedman obtuvo el cargo de director de la GDA, demostrando la necesidad de una visión cínica para esta ocupación de tan suma importancia.
Este flashback de Cecil también destaca que las medidas que ha tenido que tomar contra Mark no le han agradado, pero las considera necesarias en pos del bien común. Efectivamente, Cecil llegó a estar en el punto en el que Mark se encuentra actualmente, por lo que puede empatizar con él pese a su apariencia fría y calculadora. En las historias de superhéroes no son raras aquellas en las que hay algún villano con capacidades de control mental que ha lavado al cerebro a algunos héroes, por lo que, como Batman en varias historias de ‘La Liga de la Justicia’, tener planes de contraataque contra tus propios aliados puede estar justificado.

El colmo de la hipocresía por parte de Mark es el hecho de que él ya ha matado a alguien; al final de la segunda temporada, se vio forzado a asesinar a Angstrom Levy cuando amenazó a su familia e hirió a Debbie, su madre. Cuando Invencible acudió iracundo a pedir explicaciones a Cecil, éste le replicó precisamente con que, según su propio razonamiento, Mark también debería estar entre rejas, a lo que respondió con un débil y dubitativo “no es lo mismo”.
La degradación de la relación entre Mark y Cecil pone de manifiesto que ‘Invencible’ no es una historia de “buenos y malos”, sino que refleja con gran solvencia y “realismo” la moralidad laxa necesaria para proteger con eficacia el planeta de amenazas tanto internas como externas. El razonamiento de Mark, aunque hipócrita, también sirve para demostrar que no es un “héroe perfecto” y que su férrea brújula moral es, de hecho, uno de sus puntos débiles, pues le ha llevado a enfrentarse con los mayores defensores de la Tierra cuando hay una guerra intergaláctica en el horizonte. Se trata de un enfrentamiento clásico entre una postura idealista —la de Mark— y otra más cínica y pragmática —la de Cecil.

Tal y como Cecil revela a Debbie Grayson en uno de los nuevos episodios: Mark, Oliver y otros superhéroes como los Guardianes son, en esencia, piezas de una gran partida de ajedrez contra el Imperio Viltrumita. Una partida muy peligrosa en la que el más mínimo error puede suponer la pérdida de miles de millones de vidas inocentes o incluso de planetas y sistemas enteros. Estos grandes conflictos y dilemas morales que sirven para profundizar en los personajes principales de la serie son lo que la han consolidad como una de las mejores deconstrucciones del género de superhéroes de todos los tiempos. En última instancia, incluso los héroes más idealistas tienen que mancharse las manos en el cínico universo de ‘Invencible’.