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“Tuve que morder un buitre muerto”, Schwarzenegger habla del rodaje de pesadilla de Conan
El actor publica un nuevo libro en el que repasa su trayectoria vital y repasa momentos memorables de su vida, sus películas y su paso por la política
Arnold Schwarzenegger ha tenido una vida a todas luces fascinante, desde su camino iniciático en la adolescencia para convertirse en tres veces Mr. Universo y siete veces Mr. Olympia, a una dilatada trayectoria en el cine repleta de papeles icónicos que quedarán en el recuerdo de generaciones, a su exitosa incursión en la política al convertirse en gobernador de California -y de la que podría haber saltado exitosamente a la Casa Blanca si no fuera por el tecnicismo de no haber nacido en Los Estados Unidos-. Una vida repleta de experiencias que ha utilizado para dar forma a un libro de autoayuda titulado Be Useful: Seven Tools for Life (Sé Útil: Siete Herramientas para la Vida) en la que intercala sus consejos vitales junto a toda clase de historias y anécdotas de su propia vida. En un fragmento ofrecido a la revista Insider, el actor habla de las penurias que tuvo que pasar en el rodaje de uno de esos personajes que le acompañarán por siempre: Conan: El Bárbaro.
Según las palabras de Schwarzenegger: “Aprendí a montar a caballo, en camello y en elefante. Aprendí a saltar desde rocas grandes, a escalar y columpiarme en cuerdas largas y a caer desde una altura. Básicamente, fui a otra escuela vocacional, esta para aspirantes a héroes de acción. Y encima de eso, Milius me hacía hacer todo tipo de cosas terribles. Me arrastraba por las rocas, toma tras toma, hasta que mis antebrazos sangraban. Corría huyendo de perros salvajes que conseguían atraparme y arrastrarme hasta un arbusto con espinas”, continúa. También narra cómo se hizo una gran herida en la espalda que requirió unos cuarenta puntos de sutura.
Pero una de las cosas más llamativas es el detalle de cómo rodó la escena en la que Conan es clavado a un árbol para dejarle morir. En la película, estando ya moribundo, un buitre se posa en su hombro para comenzar a darse un festín, momento en el que el cimmerio aprovecha para morderle el cuello y acabar con él, en un acto de rebeldía ante su aparente destino. Según narra, el buitre que mordía no era de atrezo precisamente, sino que era un buitre muerto real. A cada toma tenía que lavarse la boca con alcohol para evitar coger una infección, lo que desde luego no parece una experiencia de lo más agradable, ni algo que sería permitido en un rodaje hoy en día.
Schwarzenegger mantiene una amplia presencia pública y mediática, además de en redes sociales, lo que está dejando toda clase de historias sobre su carrera, como cuando recientemente contaba el papel que más se ha arrepentido de rechazar.