The Flash: explicación de la escena poscréditos y qué significa para el futuro de DC

The Flash, la nueva película de un DCEU que se va acercando a su ocaso para dejar paso al nuevo DCU de James Gunn, ya está disponible en cines de todo el mundo. Y a pesar de que su debut ha sido bastante discreto en taquilla durante su primer fin de semana -incluso por debajo del de Black Adam-, el nuevo filme de Andy Muschietti esconde numerosas sorpresas y cameos cuyo objetivo no es otro que homenajear la historia de DC en el cine, algo que los fans celebran enormemente. Y como no podía ser de otra manera, The Flash tiene también su correspondiente escena poscréditos; pero, ¿qué significa para el futuro de DC en el cine? Avisamos de spoilers a partir del siguiente párrafo.

The Flash: explicación de su escena poscréditos

Aunque antes de pasar a la escena poscréditos, repasemos una escena final que bien podría haber sido una escena a mitad de créditos por su propia personalidad, que no es más que un chiste que a muchos no ha hecho ni pizca de gracia. Y es que Flash, tras realizar un último viaje temporal para tratar de ayudar a su padre encarcelado por un crimen que no cometió y despedirse definitivamente de su madre, regresa a su -teórico- presente para salir de los juzgados feliz de haber podido arreglar las cosas... ¿O no?

Y es que instantes después recibe la llamada de Bruce Wayne, que dice que está al caer en su flamante Mercedes-Benz futurista. El problema es que el Bruce Wayne que sale del coche no es el Batman de Ben Affleck, sino que se trata del Batman de George Clooney, actor que interpretó al Caballero Oscuro en la denostada Batman & Robin de 1997. El gag termina con el diente de Barry saltando de su dentadura ante tal sorpresa. Una escena que no tiene relevancia alguna y que no es más que otro cameo del pasado de DC, a modo de chanza, ya que Clooney no seguirá como Batman en el cine de ninguna de las maneras.

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Ahora sí, pasemos a una escena poscréditos que... tampoco tiene relevancia para el futuro DCU. Tanto es así, que vemos al Barry Allen (Flash) de Ezra Miller saliendo de un bar de copas con un Arthur Curry (Aquaman) de Jason Momoa muy, pero que muy borracho. Flash explica a Aquaman sus viajes temporales a otras realidades y que en todas ellas hay un Batman diferente, pero que Aquaman es siempre él mismo. Aquaman cae a un charco de agua “en el que se siente como en casa” y da un anillo a Flash; este último decide irse a casa ante un Aquaman que no puede casi ni caminar de lo ebrio que va.

Un final que sirve como excusa -algo ambigua- para ver de nuevo a Jason Momoa como Aquaman -ya sea el que todos conocemos o una variante de otra realidad creada por Barry- en la próxima Aquaman and the Lost Kingdom de diciembre de 2023, la última película del DCEU antes del parón durante 2024 para dejar paso al nuevo DCU de James Gunn en 2025 con Superman Legacy.