¡Reino Unido bloquea a Microsoft y Xbox la compra de Activision Blizzard!

En un inesperado giro de los acontecimientos, cuando Microsoft ya anunciaba la compra en el metro de Londres y los responsables de su investigación aseguraban superados los problemas con Call of Duty, el gobierno de Reino Unido acaba de bloquear la adquisición de Activision Blizzard por parte de la familia Xbox. ¿El motivo? El juego en la nube.

“La decisión final de prevenir el acuerdo se produce después de que las soluciones propuestas por Microsoft no abordaran de manera efectiva las preocupaciones en el sector de los juegos en la nube descritas por la CMA (Competition and Markets Authority, la organización que regula el mercado de Reino Unido y vigila la práctica de actividades competitivas)”, se puede leer en la web del gobierno.

Según la CMA, Microsoft posee entre el 60 y el 70% de los servicios de juego en la nube gracias a cómo ha sabido aprovechar todos los frentes de la compañía (la división de juegos, Xbox; la hegemonía de su sistema operativo, Windows; y la infraestructura de Azure). “El acuerdo reforzaría la ventaja de Microsoft en el mercado al darle control sobre contenidos de la importancia de Call of Duty, World of Warcraft y Overwatch. Una posición tan fuerte para Microsoft en un mercado que crece a semejante ritmo (el número de usuarios activos se triplicó de 2021 a 2022) socavaría y pondría en riesgo la innovación tan crucial para el desarrollo de ese mercado”.

Según explica la CMA, el juego en la nube permite a los jugadores “evitar gastos excesivos en consola y PC al darles mucha más flexibilidad y libertad de elección sobre cómo juegan”. Que alguien pueda imponerse tan pronto y cortar eso de raíz atentaría contra los consumidores y el resto de iniciativas del sector.

Microsoft, que necesita la aprobación de Reino Unido para seguir adelante, ya se ha pronunciado y ha asegurado que apelará, lo que por desgracia podría llevar el debate a 2024. Ahora la compañía se teme lo peor de cara al 22 de mayo, fecha en la que se espera la resolución de la Unión Europa, otro de los apoyos necesarios para sacar adelante la adquisición.

Lo que parecía el final no es sino una página más del culebrón que estos últimos meses ha sacado los colores a Microsoft y Sony por igual: