Fernando Iglesias, de Librería Baroja: “La comisión bruta que se le saca a los sobres de Pokémon es de un 16,67%”

Las cartas Pokémon están dando mucho de qué hablar últimamente tanto por el fenómeno de la especulación como por los casos de éxito de particulares que dejan su trabajo para abrir negocios centrados en este producto tan codiciado. Recientemente, Fernando Iglesias, el propietario de una librería que también vende cartas de Pokémon TCG, ha salido a la palestra para hablar abiertamente de sus márgenes de beneficio vendiendo a precio oficial de venta: apenas un 16,67%.

Un vendedor autorizado revela el margen de beneficio que dan a las tiendas los sobres de cartas Pokémon

En un vídeo reciente de TikTok, Fernando Iglesias, propietario de Librería Baroja, ha revelado cuál es el margen de beneficio que saca vendiendo sobres de cartas Pokémon. “He comprado dos cajas al proveedor por 134,86€. Cada sobre se vende a 4,49€ según su precio oficial. Cada caja lleva 18 sobres. Los 36 sobres en total se venden por 161,64€. Si restamos el coste del albarán, me quedan 26,78€ de beneficio, así que la comisión bruta que se le sacan a los sobres Pokémon es de un 16,67%”.

Este análisis honesto de Iglesias ha generado debate en los comentarios por el fenómeno de la especulación. Mientras que hay quien celebra que sea honrado y no infle artificialmente el precio de estos productos —que vendería igualmente debido a su fuerte demanda—, otros minoristas le han respondido que ellos deben vender más caro porque el propio distribuidor no les deja las cajas de sobres tan baratas. Aquí entran en juego muchos factores como los tratos que haya entre pequeños comercios y distribuidores oficiales, y si, al margen de esto, estas tiendas deciden encarecer sus precios o vender por vías alternativas como Wallapop o CardMarket, donde los precios fluctúan enormemente y también hay espacio para vender cartas individuales.

Aun así, este margen del 16,67% queda lejos de lo que suele considerarse sostenible para un pequeño comercio. En el sector de los juegos de cartas coleccionables como Pokémon o Yu-Gi-Oh!, los márgenes habituales se mueven entre el 20% y el 40%, y muchos propietarios señalan que, si mantienen los precios oficiales, su beneficio real se reduce todavía más tras deducir gastos relacionados como IVA, comisiones por TPV, transporte o la propia rotación del stock. Para las grandes superficies y cadenas del sector retail, los pedidos voluminosos suelen compensar, pero en una tienda de barrio y otros minoristas, este porcentaje apenas deja espacio para respirar.

En este contexto, también conviene recordar la otra cara de la moneda. Mientras que a nivel de usuario y jugador es comprensible querer pagar el mínimo posible, muchos minoristas no inflan precios por mera codicia, sino por supervivencia. Más allá del coste del propio producto, también deben afrontar alquileres cada vez más altos, facturas de suministros, cuotas de autónomos y otras obligaciones fiscales que se comen buena parte de los márgenes de beneficio. Por ello, ajustar los precios al céntimo no es solo una estrategia comercial legítima; para muchos, es una necesidad para equilibrar la balanza entre ofrecer un precio justo al cliente y mantener un negocio viable en un mercado tan competitivo como el del coleccionismo y juegos de cartas.

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