¿A qué juego hoy?
F-Zero 99 no es el regreso de la saga que esperábamos pero siempre nos quedará F-Zero GX
Recordamos a F-Zero GX, el último juego de la saga en consolas de sobremesa con motivo del anuncio del nuevo F-Zero 99 para Nintendo Switch Online.
Cuando alguien saca F-Zero GX como tema de conversación, solo oye alabanzas, y no es para menos, ya que fue un título que sentó cátedra en GameCube allá por 2003. Regresamos a este vertiginoso juego de carreras futuristas en nuestra recomendación diaria.
La saga F-Zero ha regresado en 2023 y viajamos al pasado para recordar a F-Zero GX
La saga F-Zero ha vuelto en 2023. No es una broma, pero el nuevo juego no es uno al uso: F-Zero 99 es un battle royale al estilo Tetris 99, Super Mario Bros. 35 o Pac-Man 99. La premisa es interesante, pero es una decisión bastante discutible lanzar un título de este estilo cuando llevamos desde F-Zero Climax (2004) sin un nuevo juego de la saga. Que nos quiten lo bailao, porque siempre podemos regresar a F-Zero GX, la mítica entrega de GameCube que mantiene el tipo veinte años después.
Como comentamos al principio de la recomendación, cuando se habla de F-Zero GX solo se suelen oír elogios, y con razón. Esta entrega nació como una colaboración entre SEGA y Nintendo; Amusement Vision fueron los encargados del desarrollo, y Shigeru Miyamoto y Toshihiro Nagoshi (quien a posteriori alcanzaría mayor reconocimiento por la saga Yakuza) fueron productores de este videojuego.
Empecemos la casa por el tejado: F-Zero GX es un juego de carreras futuristas en el que pilotamos naves que levitan/van a ras de suelo y pueden romper la barrera del sonido. Tenemos más de una treintena de pilotos para seleccionar cada uno de ellos con sus propias naves de distintos atributo y manejo, y también teníamos un creador de naves bastante competente.
A nivel técnico era una absoluta locura en su contexto: treinta naves, circuitos tan variados como preciosistas y repletos de detalles, y todo ello a 60 FPS rocosos. La banda sonora tocaba muchos géneros y tampoco iba muy a la zaga del plano visual. Y, por supuesto, la guinda del pastel es la jugabilidad. Fácil de aprender, difícil de dominar.
Partiendo de que el control es común para todos los vehículos, cada nave tiene un manejo distinto, el cual es parcialmente editable antes de cada carrera estableciendo el balance entre velocidad máxima y aceleración del aparato. Distintos atributos de agarre, Aparte de acelerar y frenar, también podemos usar los gatillos para aminorar y poder tomarnos las curvas mejor, y también tenemos a nuestra disposición un par de maniobras agresivas para quitarnos de en medio a los otros corredores: una embestida lateral y un giro sobre nuestro propio eje que nos viene muy bien cuando la calzada es muy estrecha y hay aglomeraciones. Porque sí: podías —y a veces, debías— eliminar a la competencia a base de embestirlos hasta reventarlos o echarlos del trazado.
No podemos olvidar mencionar el hecho de que los turbos que solo están disponibles partir de la segunda vuelta tras el sonoro “YOU GOT BOOST POWER!” del anunciante, nos drenan la energía de la nave, energía que se puede recuperar liquidando rivales o pasando sobre los “boxes” rosas que hay en ciertos puntos de cada trazado. Y es aquí donde reside parte de la grandeza de su jugabilidad: en esos turbos que metes al límite hasta quedarte sin salud, sudando sabiendo que el más mínimo roce hace estallar el vehículo, todo en pos de arañar dos milésimas al reloj que pueden ser decisivas entre una victoria o un no tan glorioso segundo puesto.
Tenía multijugador local para hasta cuatro jugadores, aunque había que hacer ciertas concesiones como una gran pérdida de detalle en los circuitos o la ausencia de corredores de la IA. Era una forma curiosa de medir nuestra pericia a los mandos de nuestra nave, pero no se acercaba a la inmersiva experiencia de un solo jugador.
Por último, pero no menos importante, cabe destacar que aparte de los modos típicos de los juegos de carreras, F-Zero GX poseía un modo historia cuya dificultad es infernal. En las dificultades más altas se trata de todo un ejercicio de paciencia y precisión milimétrica. F-Zero GX no es “el Dark Souls de los juegos de carreras”. Dark Souls es el F-Zero GX de los action RPG.
F-Zero GX era grandeza a nivel jugable a partir de una premisa muy simple: llega a la meta antes que tus competidores. Sin armas como sí que las hay en Wipeout; aquí solo tenemos nuestra habilidad al volante y nuestra temeridad a la hora de hacer maniobras imposibles. Seguimos teniendo fe en un hipotético remaster de F-Zero GX.
5 motivos para jugar a F-Zero GX
- A pesar de pertenecer a un género de nicho, sigue sin tener rival veinte años después.
- Apartado visual de escándalo para su género y los estándares de la época. Si no mantiene el tipo hoy por hoy solo es por su resolución sub-HD.
- Su banda sonora sigue siendo una maravilla. Toca muchos palos: rock progresivo, techno, trance...
- La jugabilidad simple y directa. Aprender a jugar es fácil. Dominarlo es otro tema.
- Gran variedad de naves y pilotos e incluso creador de vehículos.
¿Dónde se puede jugar a F-Zero GX?
- En GameCube en formato físico. Efectivamente, a estas alturas ya no se venden ni el juego ni la consola, por lo que si no tenemos una o las dos cosas tendremos que tirar de aplicaciones de compra-venta de segunda mano o tiendas físicas que vendan juegos y consolas retro.
