El detalle de Throne and Liberty que lo diferencia de otros MMORPG

La historia de NCSoft con los MMORPG se remonta a 1998, con el primer videojuego de Lineage. El título con vista isométrica logró reunir a más de un millón de jugadores enfrentándose entre sí por la toma de castillos, así como para poner a su clan en la lista de los más peligrosos.

Las épicas batallas entre jugadores dio lugar cinco años después a Lineage II, un renovado capítulo de una saga basada en un cómic que potenció brutalmente la particularidad del primer videojuego; el PVP a gran escala. Por lo tanto, estaba claro que si Throne and Liberty iba a ser la tercera entrega, no podía fallar en este término.

Para hacer todavía más recordado nuestro paso por Throne and Liberty, la compañía NCSoft no solo ha incluido aquel PVP que disfrutamos de anteriores títulos de Lineage, sino que ha añadido más mecánicas a las refriegas entre clanes y jugadores para llevar la experiencia un paso más allá. Ahora también nos enfrentamos a miles de personas, pero añadiendo la climatología o a poderosos aliados gigantes que pueden hacerte añicos en un pestañeo a la ecuación.

Uno de los puntos clave del nuevo MMORPG de NCSoft es la masividad. Miles de jugadores pueden concentrarse en este tipo de combates, aunque va más allá del yo contra ti. Para enfatizar este punto, la compañía ha hecho cambios en la jugabilidad del que iba a ser Lineage III y afinado la tecnología actual para combinar un apartado gráfico cinematográfico con una sensación constante de pasearse por un mundo sumamente vivo.

Si bien hay peleas por hacerse dueños de los diferentes castillos de Solisium, esta multitud de personas pueden verse a lo largo y ancho de su mapa, sea en ciudades, puestos de avanzada o en el campo de batalla. Una de las características que logran dar esta sensación es que los objetivos más importantes, así como los puntos de interés, son los mismos para todos, dejando las misiones secundarias como extras que podemos o no completar —aunque conviene hacerlas por sus recompensas—. Así pues, allá donde vayamos siempre encontraremos a gente a nuestro alrededor.

Otro punto clave de Throne and Liberty para presentarnos uno de los mundos más masivos del género son sus eventos. Hay de tres tipos, pero todos diferentes entre sí. Por una parte, están los colaborativos, eventos donde hay que ayudar a una serie de NPC a llevar a cabo los encargos a través de diferentes fases. ¡Incluso uno termina bailando con un poderoso jefe! El segundo trata sobre jefes de mundo que aparecen cada cierto tiempo y que se requiere la cooperación de la población del servidor para batirlo. Los terceros combinan elementos de los anteriores, añadiendo combate entre jugadores, o lo que es lo mismo; PvP.

Para rizar más el rizo, el videojuego anima a los héroes a batir sus propios números, añadiendo competitividad en cada evento, por ejemplo, para ver quién recoge más objetos o quién consigue más materiales. Esta característica va un paso más allá utilizando el compromiso del jugador para con el evento, otorgando más recompensas a aquellos que más se involucren o hagan un daño mayor al jefe.

Por supuesto, la variedad de metas en cada uno de ellos y la disposición de los mismos a lo largo de las 24 horas que tiene el día hacen que el jugador siempre tenga algo con lo que entretenerse, compartir con el resto del servidor y, cómo no, superarse a sí mismo para conseguir mejores recompensas o puntuación. Y, sin darse cuenta, de sumar uno más en estas masivas actividades.

Si hay algo que diferencia a Throne and Liberty con respecto a otros MMORPG es justamente esto, la inmensa cantidad de jugadores que podemos ver en todas partes. Puede sonar baladí, pero en un título de este género, la sensación de estar rodeado por miles de personas es vital para disfrutar de su mundo.

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