El Assassin’s Creed original zanjaba las incongruencias históricas de la saga como parte de su propia trama

El anuncio de Assassin’s Creed Shadows, el próximo juego de ficción histórica la fructífera saga de Ubisoft, no ha estado exento de polémica por la inclusión de Yasuke, un samurái negro cuya historia real está sujeta a debate. Sucede que la clave de esta serie de videojuegos es precisamente la ficción histórica, algo presente desde el primer Assassin’s Creed lanzado en 2007, y justificado como parte de su propia trama. O lo que es lo mismo: desde sus orígenes la saga no ha sido 100% fiel a la historia, pues aunque utiliza eventos y personajes históricos reales, los hechos narrados son en última instancia puramente ficticios y además tirando hacia la ciencia ficción pura y dura.

Esta conversación del primer Assassin’s Creed justificaba los errores factuales de la saga como parte de su argumento

En el Assassin’s Creed original lanzado en PC, PS3 y Xbox 360 en 2007, manejamos a Desmond Miles en el presente, un joven norteamericano que es secuestrado por Abstergo como parte de un enrevesado plan para obtener artefactos de origen desconocido con un gran poder: los Frutos del Edén. Para averiguar el paradero de uno de ellos, a Miles se le obliga a introducirse en una máquina llamada Animus, que permite reproducir recuerdos de sus antepasados codificados a nivel genético dentro del propio Desmond.

Este revolucionario aparato le permite vivir de primera mano recreaciones virtuales de la vida de uno de sus ancestros, Altaïr Ibn-La’Ahad, quien vivió durante la Alta Edad Media entre Masyaf, Acre, Jerusalén y Damasco. Tras una de las primeras sesiones en el Animus, Desmond comenta su experiencia con Warren Vidic, el científico al cargo de esta búsqueda.

“Algunas cosas de las que vi en el Animus parecen incorrectas, falsas, como si la historia, no sé... no cuadrara”, comenta Desmond. Vidic le replica que lo que se presenta en el Animus no tiene error posible de interpretación, justificándolo como la “historia de verdad” que ha sido vetada y ocultada al conocimiento del público general.

El Animus y diversas variantes de esta máquina se han utilizado en títulos posteriores de la saga como un elemento que permite que a nivel narrativo tenga sentido la existencia de dos líneas temporales: la del presente y la que muestra la vida de uno de los antepasados de Desmond u otro personaje pasado que fue relevante.

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De esta forma, los guionistas de este primer videojuego se aseguraron que tanto este como el resto de la saga justificasen de esta forma tan peculiar sus posibles incongruencias históricas.

Porque en la vida real ni Ezio Auditore peleó a puñetazo limpio contra el Papa Alejandro VI como se vio en en Assassin’s Creed II ni Pitágoras fue un ser inmortal que vivió en la Atlántida como se mostró en Assassin’s Creed Odyssey.

La intención de la saga desde el primer título ha sido precisamente esa: crear historias de ciencia ficción que en parte se cimentan en personajes y eventos históricos reales, pero la base siempre ha sido el contenido fantástico.

El “problema” de Yasuke en Assassin’s Creed Shadows y la reacción de Ubisoft

Hay quien se ha tomado la inclusión de Yasuke, el samurái de color de Assassin’s Creed Shadows, como una grave afrenta —llamándolo “inclusión forzada”— porque para muchos supone un gran error histórico. La realidad es que Yasuke sí existió aunque los eventos de su vida están sujetos a debate, ya que ciertos aspectos de su periplo por Japón están documentados pero otros no. Esta polémica ha obligado a Ubisoft a hacer una declaración pública explicando que la trama de este videojuego es ficción histórica ambientada en el Japón feudal.

En este comunicado se habla de que desde sus orígenes, la saga Assassin’s Creed se ha tomado todo tipo de libertades creativas y que en última instancia son obras de ficción con muchos elementos de fantasía inspiradas por eventos y personajes históricos reales, y la inclusión de la figura de Yasuke entra dentro de esta descripción.