Death Stranding 2: no lo llames ida de olla, llámalo genialidad

Reconozco que a veces no tengo muy claro mi propio concepto sobre Hideo Kojima. De hecho, últimamente me da la impresión de que se le ha terminado comiendo su propio personaje, un creativo genial, sí, pero con un ego de proporciones gigantes que necesita ser saciado en eventos como The Game Awards. Porque no olvidemos que en la pasada gala que organiza su amigo Geoff Keighley hizo acto de presencia para no presentar absolutamente nada, ocupando en el escenario más tiempo que el que ocupó Swen Vincke, director del mejor juego del pasado año. En poco menos de dos meses, Kojima me recuerda porqué es una leyenda de esta industria.

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Durante el State of Play de ayer miércoles pudimos disfrutar del nuevo tráiler de Death Stranding 2: On The Beach. Sus juegos te podrán gustar o no, pero creo que estamos todos de acuerdo que este tío saber hacer tráileres, porque la clave de un tráiler ya no es que te venda el juego, sino que sus diez primeros segundos te animen a ver el siguiente minuto y medio. O lo siguientes 9 minutos, en el caso del visto anoche...

Sobre este tráiler pude leer y escuchar todo tipo de opiniones ayer en X (va, ya tenemos que empezar a interiorizar el llamar así a Twitter) y chats de diversos directos. “Ida de olla”, “no tiene sentido”, “está loco”, o incluso, ojo, “fumada”. Un enemigo con una guitarra como arma, unas manos “postizas” en el cuello que son capaces de encender un cigarro a Fragile, una marioneta viviente que Sam lleva a modo de llavero... Todas estas cosas, que no parecen más que incongruencias y chaladuras, no son “fumadas”, son detalles de un tío que siempre está dispuesto a llevar el medio más allá.

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Si quieres una historia sencilla, Death Stranding 2: On The Beach no es para ti, tampoco si lo que buscas es un juego convencional. Una característica que valoro mucho en cualquier artista es hacer su obra identificable aún sin saber que es suya, como es el caso de mi paisano Okuda: en cuanto ves una obra, sabes si es del santanderino o no. Lo mismo ocurre con Kojima, un creativo obsesionado con dejar su impronta en todos sus juegos, y ya no por ego (que un poco seguro que también), sino por sacarnos de nuestra zona de confort.

Echad un vistazo a lo que habéis jugado a lo largo del pasado año 2023. Un montón de juegos fantásticos, sin lugar a dudas, pero todos encuadrados en un género o amalgama de varios: aventura de acción, RPG, survival horror... Y el año que viene Kojima nos va a traer Death Stranding 2: On The Beach, un juego completamente inclasificable que, ahí va topicazo, no es para todo el mundo. Aun recuerdo el interminable e insufrible tercer capítulo de Death Stranding, o sus anodinos combates, pero también recuerdo lo que me transmitió su historia, o aquellos épicos momentos en que sonaba una de las fantásticas piezas de su banda sonora. Son momentos que guardo en mi memoria de jugador, y eso no todos los juegos son capaces de hacerlo, ni todos los creadores.

Después de ayer, Kojima sigue inspirándome sensaciones encontradas, y es que siempre me ha llamado la atención que, con el afán de protagonismo que tiene, sepamos tan poco de su vida privada. Se han escrito y grabado miles de artículos y vídeos sobre su persona, pero en el fondo, sigue siendo completamente indescifrable. Y genial.