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‘Crónicas de la Dragonlance’, la literatura fantástica más épica
La obra de Margaret Weis y Tracy Hickman es una serie de novelas de espada y brujería que siguen a un grupo de héroes en su lucha contra un poderoso mal.
En tiempos de George R.R. Martin y Brandon Sanderson, existe un tipo de literatura fantástica más tradicional y ligada al rol clásico de lápiz y papel. Son obras que beben de de la fuente más cristalina, la de J.R.R. Tolkien y ‘El Señor de los Anillos’, y que se enmarcan dentro del sello de Dragones y Mazmorras. En el caso de Dragonlance, antes fue el juego de rol que las novelas, pero Margaret Weis y Tracy Hickman escribieron una serie de aventuras que se convirtieron en un gran éxito comercial.
‘Crónicas de la Dragonlance’ es la primera trilogía de una saga que se ha expandido con decenas de novelas a lo largo de los últimos 30 años. Los tres primeros volúmenes (’El Retorno de los Dragones’, ‘La Tumba de Huma’ y ‘La Reina de la Oscuridad’), narran la historia de un grupo de aventureros de lo más variopinto: los hermanos gemelos Raistlin y Caramon Majere, mago y guerrero; Sturm Brightblade, aspirante a Caballero de Solamnia; el enano gruñón Flint Fireforge; el dicharachero Kender Tasslehoff Burfoot; los bárbaros Goldmoon y Riverwind; la poderosa princesa elfa Laurana; la guerrera Tyka Waylan y el líder de todos ellos, Tanis Semielfo. Todos luchan mano a mano contra hordas de enemigos en una batalla del bien contra el mal.
Todo empieza con una reunión de amigos. Los compañeros pactaron volver a reunirse cinco años después de su anterior encuentro, en la pequeña localidad de Solace. Que Kitiara Uth Matar, la hermanastra de Raistlin y Caramon, decidiera no acudir por sus compromisos, fue visto como una mala señal. Al mirar las constelaciones, el hechicero de la Túnica Roja se percató de que las estrellas de los dioses Paladine y Takhisis han desaparecido del firmamento, otra señal de que la guerra estaba a punto de estallar.
El contexto alude a un hecho del pasado: 300 años atrás, los dioses lanzaron una montaña de fuego contra Krynn, en respuesta a la vanidad de los seres humanos. El Cataclismo provocó que los hombres olvidaran a los dioses, o que pensaran que estos los habían abandonado. Sin embargo, en ‘Crónicas de la Dragonlance’ todas esas creencias se difuminan. El grupo huye de Solace perseguido por Goblins, pero pronto se topa con una amenaza aún mayor: los Draconianios, criaturas humanoides dragontinas, peligrosos y letales, aunque no tanto como los dragones.
A lomos de Los Señores de los Dragones, estos colosos reptilianos siembran la muerte y la destrucción a su paso. Puede que ‘Crónicas de la Dragonlance’ no sea una obra sobresaliente en el plano literario, si bien se trata de una serie que destaca por su prosa ágil, por el carisma de sus personajes y por su sentido de la aventura, la más épica, la más entretenida, aunque excesivamente maniquea. Además, cuenta con Raistlin Majere, uno de los hechiceros más famosos del género, un personaje de varias caras, con una personalidad compleja, que se mueve en un delicado equilibro, en función de la situación y casi siempre al servicio de su ambición.
Tras ‘Crónicas de la Dragonlance’, la historia continúa en ‘Leyendas de la Dragonlance’, ‘El Ocaso de los Dragones’, ‘Quinta Era’ y ‘La Guerra de los Espíritus’. Tras años de ausencia, Margaret Weis y Tracy Hitman han regresado con una nueva trilogía. La curiosidad: en el videojuego Baldur’s Gate 2 hay un cameo de varios Caballeros de Solamnia.