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ZiGGURAT

ZiGGURAT

  • PlataformaIPH8IPD8
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorFreshùu
  • Lanzamiento17/02/2012
  • TextoEspañol

Last man standing

El último hombre sobre la Tierra contra una legión de agresivos alienígenas; éste es el comienzo y el final de un título tan curioso como adictivo, un verdadero homenaje a los videojuegos de la era de los 8 y 16-bit.

Las plataformas táctiles han ofrecido la oportunidad a pequeños desarrolladores de disponer de un nuevo marco para llegar al consumidor con títulos baratos y adictivos, con un coste de desarrollo bajo y que sirven para llenar esos minutos perdidos en el andén del metro o en la cola del supermercado. Está claro que en las plataformas de descarga digital hay espacio para toda clase de propuestas, unas más profundas que otras; en este caso, ZiGGURAT llega como el ejemplo perfecto de esas aplicaciones que atrapan al jugador gracias a sus mecánicas, pero que no aportan mucho más que acción y frenetismo, partidas rápidas que no duran más de un minuto. Y no por ello debemos desmerecer una apuesta de este tipo; muchos videojuegos sencillos y directos han conseguido una gran aceptación por parte de crítica y público y ZiGGURAT tiene todo para entrar en tan selecto club.

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A pocos bits...

Desde un principio el título es desconcertante; su aspecto gráfico es totalmente retro, su música y efectos de sonido parecen sacados de la era de los 8-bit, sólo hay una pantalla disponible y no tenemos acceso a ningún tipo de marcador hasta el final de la partida. Nuestro objetivo es muy sencillo: debemos acabar con la mayor cantidad de aliens con nuestro cañón de plasma antes de que ellos lo hagan con nosotros; y vaya si lo harán. Somos el último superviviente del planeta y antes de desaparecer, debemos llevarnos con nosotros a todos los invasores extraterrestres que podamos. A priori puede resultar excesivamente simple, pero a medida que nos acostumbremos a sus mecánicas y a su elevada dificultad –en ocasiones incluso frustrante–, no dejaremos de jugar una y otra vez hasta superar nuestras mejores puntuaciones.

Tras un sencillo tutorial pasamos directamente al campo de batalla, caracterizado por una colina donde, en los más alto, se sitúa nuestro héroe. Armado con un potente cañón de energía –que podemos cargar para aumentar su poder destructivo– debemos apuntar y disparar sin descanso. Los enemigos llegarán en intensas oleadas y avanzarán de diferentes maneras hasta nuestra posición. No hay más, esto es ZiGGURAT; no tenemos ni power-ups, ni objetos que desbloquear, ni elementos adicionales que añadan algo de variedad a su jugabilidad. ¿Y qué más da? Apuntamos desplazando nuestro dedo por la parte inferior de la pantalla; disparamos dando un ligero toque. Y resulta genial y adictivo sin necesidad de añadir nada más que lo aleje de su concepto como videojuego: un título honesto y accesible, que cumple sobradamente con su objetivo.

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Sólo para valientes

También podemos optar por otro tipo de control llamado Slingshot –donde desplazamos nuestro dedo alrededor del personaje para apuntar– pero no resulta tan intuitivo como el que viene por defecto, además de entorpecer considerablemente la acción en pantalla. Por otro lado, debemos decir que ZiGGURAT es muy, muy difícil y desafiante y sólo los más hábiles lograrán permanecer vivos varios minutos; muchos usuarios lo pueden encontrar incluso frustrante, aunque es aquí donde radica el verdadero encanto de ZiGGURAT, ver hasta donde somos capaces de aguantar y comparar nuestras puntuaciones y logros con las clasificaciones mundiales mediante Game Center, o publicar nuestras hazañas en Facebook y Twitter.

Hay varias clases de robots alienígenas, también llamados frikis; los robots más pequeños avanzarán hacia nosotros despacio mediante pequeños saltos y los podremos eliminar sin mayor preocupación, aunque los demás robots de otros colores (azules, amarillos, rojos y naranjas) nos obligarán a cambiar constantemente de estrategia, puesto que presentan mecánicas diferentes, como la posibilidad de disparar, avanzar más rápido, etc. Incluso tenemos que acabar con robots gigantes, a los que deberemos disparar varias veces para hacerlos estallar. En plena partida será donde tendremos que decidir qué grupos de robots debemos atacar primero, con la cantidad de carga necesaria, sin perder tiempo y evitando que logren alcanzar nuestra posición en lo alto de la colina; la máxima carga de energía provocará un nivel de destrucción enorme aunque debemos ser conscientes de que durante dicho proceso quedaremos totalmente desprotegidos.

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Podemos acceder a un completo historial de estadísticas, con infinidad de números por consultar, como el número total de muertes conseguidas, partidas jugadas, disparos realizados, nuestro porcentaje de precisión o cuantos “?????????” hemos derrotado, entre otros; no conocemos el significado de esta última entrada, pero no dejaremos de jugar hasta conseguirlo. La traducción a nuestro idioma de los pocos textos del juego no es del todo acertada, con algún que otro desajuste en el léxico de algunas frases. Como se ha comentado anteriormente, tanto el apartado gráfico como el sonoro no son para nada destacables; pretenden homenajear a los clásicos de antaño con unos píxeles considerables y unos sonidos que nos transportan veinte años atrás.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.