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Yoku's Island Express

Yoku's Island Express

  • PlataformaPS48.5PC8.5XBO8.5NSW8.5
  • GéneroAcción, Plataformas
  • DesarrolladorVilla Gorilla
  • Lanzamiento29/05/2018
  • TextoEspañol
  • EditorTeam17

Yoku's Island Express, Análisis

Bajo el sol abrasador del verano llega Yoku's Island Express, un magnífico juego de plataformas que mezcla pinball y metroidvania sobre una capa de color, imaginación y mucha originalidad.

Actualizado a

Esta época de verano la solemos asociar a las vacaciones, al mar, a la playa. Soñamos con viajar a una isla paradisiaca donde desestresarnos, disfrutar de la tranquilidad que nos rodea, no pensar en las responsabilidades que nos esperan a la vuelta… Esta es exactamente la experiencia que nos ofrece Yoku’s Island Express, una maravillosa y fresca aventura repleta de luz, color, y una idea que permea toda su estructura: la mezcla de las mecánicas del pinball con un desarrollo metroidvania.

Jugar al pinball no es una actividad que relacionemos con la relajación, y menos aún con juegos de plataformas. Sin embargo, desde Villa Gorilla nos presentan un híbrido que combina estos dos conceptos. Yoku’s Island Express destaca por una originalidad desmedida a nivel jugable y una puesta en escena preciosa, que desprende personalidad en todos sus componentes. Como un tinto en una noche de verano, el debut de este estudio escandinavo refresca un género cada vez más abarrotado, proponiendo un metroidvania diferente a los demás.

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Ohana significa familia

Resulta interesante que un estudio de videojuegos tan pequeño, ubicado en la fría ciudad de Estocolmo, nos traiga una propuesta tan cálida y refrescante. La isla de Mokumana, el escenario principal del juego, se ha creado a mano durante cinco largos años. Conocemos esta ubicación idílica al mismo tiempo que Yoku, el adorable protagonista de la historia. Este escarabajo pelotero llega a Mokumana con la intención de sustituir al anterior cartero de la isla. Sin embargo, pronto se verá inmerso en una aventura de dioses latentes y seres en apuros. La trama, coqueta y sencilla, deja el protagonismo del juego a otros aspectos como sus personajes carismáticos, exuberantes paisajes y, por supuesto, su propuesta jugable.

Sumergirse en el mundo de Yoku supone una experiencia similar a ver una película de Studio Ghibli, un testamento a su calidad visual. En ambas obras, la naturaleza cobra vida, como si fuera la protagonista del sueño de un niño con una imaginación desbordante. Los animales y las plantas conviven en armonía, cada uno con su propia personalidad. Quizás esta sea la manera más cómoda de asumir la atrevida y rocambolesca hibridación de géneros que nos propone Villa Gorilla: las máquinas de pinball y los metroidvania.

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Entre paletas y dianas isleñas

Desde que damos nuestro primer paso en Mokumana, queda patente que este no es un metroidvania cualquiera. Yoku no puede saltar, y se desplaza siempre junto a su fiel pelota, empujándola por toda la isla. Sin embargo, lo que parece ser una carga terminará siendo nuestra principal herramienta para desplazarnos. Mokumana se encuentra repleta de paletas de pinball colocadas de forma estratégica para poder movernos. Podemos activar estos flippers cuando nos encontremos cerca para lanzar a Yoku por los aires. Dependiendo de donde situemos a Yoku, saldrá lanzado a una dirección u otra, por lo que la precisión resulta esencial para desplazarse de forma eficaz por el escenario.

Unos sencillos coleccionables en forma de fruta nos ayudarán a desbloquear paletas desactivadas que a su vez nos permitirán alcanzar nuevas zonas. Algunas nos llevarán a objetos especiales, otras nos descubrirán habilidades únicas que expandirán nuestras posibilidades de exploración (como cualquier metroidvania que se precie). Estos movimientos van en sintonía con la personalidad juguetona de Yoku, como el matasuegras con el que empieza la partida y que le permite destruir obstáculos. Sin embargo, ninguno de estos “poderes” va orientado al combate, ya que en Yoku’s Island Express no luchamos… Al menos directamente.

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Tableros del Caribe

Yoku’s Island Express deja entrever su potencial a nivel de diseño al descubrir los intrincados entramados de raíles, toboganes y puzles ambientales que componen su mundo semiabierto, interconectando zonas con otras de forma fluida a través de las mecánicas del pinball que se encuentran perfectamente integradas en este universo. Dentro de estas composiciones destacan las zonas que actúan como tableros clásicos del pinball, con la diferencia de que aquí no nos limitamos a golpear activadores para conseguir la mayor puntuación posible. Contamos con todo tipo de objetivos: conseguir más coleccionables, liberar criaturas e incluso derrotar a jefes.

Aunque hacen falta reflejos para progresar, la dificultad se ha cuidado en pos de un ritmo cómodo y agradable, en contraste con la naturaleza del pinball. Quizás este factor eche para atrás a algunos, pero lo cierto es que Yoku’s Island Express no es un título al que le haga falta ser difícil. De hecho, este ajuste nos permite disfrutar plenamente de su maravilla de mundo, fascinándonos con cada nuevo escenario y personaje que descubrimos, incitándonos aún más a navegarlo a nuestro antojo.

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El viaje de Yoku

Aunque Yoku es el protagonista por derecho de esta aventura, Mokumana y sus habitantes terminan de pintar el cuadro de óleo y acuarela que es Yoku’s Island Express. Los habitantes de la isla, formados por hongos, loros, pequeños dinosaurios y otras criaturas pintorescas, nos propondrán misiones secundarias que nos llevarán por toda la isla. Lejos de ser repetitivas y poco originales, cada una de estas historietas nos motiva a explorar aún más la isla de Mokumana, realizando todo tipo de tareas para ayudar a nuestros nuevos vecinos.

Respecto a la propia isla, solamente hace falta echarle un vistazo a cualquier imagen del juego para darse cuenta del minucioso trabajo de Villa Gorilla a la hora de recrearla. Mokumana se encuentra formada por todo tipo de ambientes: selvas tropicales, cuevas gélidas, pantanos misteriosos… Todos ellos dibujados a mano con mimo y cuidado. De nuevo, se nos viene a la mente el nombre del Studio Ghibli al comparar los registros artísticos. El diseño visual y jugable de los puzles y los escenarios se entremezclan para formar un todo bonito y llamativo, que nos informa acertadamente de todos nuestros movimientos sin desmerecer el paisaje.

Yoku & Chill

Si hay una pega importante que mencionar acerca de Yoku’s Island Express, es sin duda el backtracking. Antes de desbloquear un conveniente sistema de viaje rápido, moverse por zonas ya exploradas resulta algo tedioso. No es lo mismo saltar y moverse con velocidad por niveles de plataformas clásicos que tener que resolver repetidamente algunos tableros para poder volver a algún sitio concreto. Incluso cuando se desbloquea el mencionado viaje rápido, el hecho de que solamente puedas viajar a lugares específicos limita la velocidad de exploración. Lo cierto es que es un compromiso que no se podía evitar, ya que el movimiento por tableros y raíles de pinball forma parte del propio ADN del juego, imposible de separar.

Por suerte, la banda sonora de Yoku’s Island Express consigue paliar ligeramente el problema del backtracking. El rollo veraniego/hawaiano continúa presente en sus partituras, haciendo hincapié en la sensación de relax y felicidad que Villa Gorilla imprime en las más de seis horas que puede durar su juego. Es un gustazo jugar con un tipo de música tan feliz y alegre, sobre todo cuando se acomoda tan bien con el ambiente. A menudo nos encontramos moviendo la cabeza al son de las melodías sin darnos cuenta, un indicador de que funcionan.

8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.