Yo-kai Watch

Aunque el mercado japonés es a veces extraño y en ocasiones incomprensible a ojos del público occidental, muchas de las propuestas que nacen en sus tierras han superado todo tipo de barreras culturales para convertirse en éxito indiscutibles a nivel mundial. Generación tras generación asistimos a una especie de renovación de forma pero no de contenido en la forma en la que sus productos son presentados. Lo veíamos recientemente con Inazuma Eleven y su entrada triunfal en los anales de la historia del entretenimiento infantil, haciendo las veces de Oliver y Benji para los más pequeños de la casa, y todo parece indicar que está a punto de volver a suceder con el recién llegado Yo-Kai Watch.

Yo-Kai Watch es la última apuesta de Nintendo para conquistar al público infantil y al aficionado de los videojuegos relacionados con la captura y posterior entrenamiento de criaturas salvajes. Lo que algunos han descrito como “la fórmula Pokémon” ha ido evolucionando con el paso de los años hacia vertientes cada vez más complejas, abriéndose principalmente a las múltiples posibilidades que ofrece el juego en línea, pero pocas han sabido combinar el éxito mediático con una presencia social más extensa. Dicho en otras palabras: aunque muchos han intentado imitar a Pokémon, ninguno ha sido capaz de “sustituir” el carisma de Pikachu o el ya mítico refrán “hazte con todos”.

La última propuesta de Level-5 vio por primera vez la luz en el País del Sol Naciente en el año 2013 tras ser anunciado en 2011 en plena vorágine del TGS. Poco tiempo después de su lanzamiento aparecería la correspondiente adaptación manga, que posteriormente sería trasladada al anime y a prácticamente todas las vertientes del ocio infantil. Ya en 2015 Japón mostraba claras señas del impacto que Yo-Kai Watch había causado entre el público nipón, con la omnipresente figura de Jibanyan, mascota de la franquicia, presente por toda clase de establecimientos públicos. En apenas tres años, una serie de nueva creación ha acaparado más de la mitad de las ventas de la mercadotécnica que se vende en aquel país, lo que la convierte en uno de los productos más exitosos que ha producido Japón en la última década. Al menos, de puertas adentro.

Una situación conocida

Level-5 cuenta con experiencia de sobra en estas lides, especialmente en territorio portátil, por lo que no sorprende el espléndido resultado de los vídeos de introducción en la pantalla superior de 3DS ni la fluidez con la que se desarrolla la exploración en el primer pueblo al que tenemos acceso, Floridablanca (inspirada a su vez en la ciudad “de las ciencias” Tsukuba). Allí es donde descubriremos las aventuras de Nate, un jovencito que pasa por momentos difíciles al quedar siempre atrás en la “búsqueda y captura” de insectos silvestres en los bosques y parques de las cercanías. Cansado de ser motivo de burla para sus amigos decide un día tomar cartas en el asunto, adentrándose por su cuenta en una zona aparentemente tranquila del bosque. Cerca de un árbol sagrado descubre una máquina expendedora de cápsulas del que surge Whisper, que se convertirá en algo así como el guía espiritual de nuestro joven héroe, y quien tiene el honor de concedernos el “Yo-Kai Watch”.

El Reloj Yo-Kai es el que permite a Nathan (o Nate) localizar extrañas criaturas por distintas partes de la ciudad. El tutorial de la aventura es tan ameno como satisfactorio a la hora de introducirnos en los conceptos esenciales de la mecánica, y en cuestión de minutos aprendemos a capturar a los Yo-Kai que andan desperdigados por la ciudad realizando toda clase de travesuras. Estas criaturas bien podrían ser los herederos naturales de los Pokémon, cada uno dotado de su propia forma y personalidad, se dividen según clanes (en sociedad) o según atributos (en combate), y aunque existen varias formas de convencerlos para que se unan a nuestro equipo (dándoles comida, por ejemplo), lo más común es enfrentarnos a ellos para que vean que somos dignos de su compañía. A diferencia de la franquicia de Nintendo, aquí no es necesario “capturarlos”, sino que la fórmula es similar a la que suelen presentar los Shin Megami Tensei, aunque muy simplificada.

Al margen de su calidad visual o de las similitudes que pueda tener Yo-Kai Watch con Pokémon, esta propuesta de Level-5 busca innovar en uno de los apartados más importantes de cualquier juego de rol: los combates. Aunque durante los primeros compases de juego parece que conseguir nuestros objetivos será poco menos que coser y cantar, la cosa se complica cuando comenzamos a manejar a varios Yo-Kai al mismo tiempo. En total podemos contar con una plantilla de seis criaturas, tres combatiendo y otras tres en la recámara. La acción transcurre de forma semi-automática, por lo que nuestro papel consiste en ir dando escuetas órdenes a nuestros pupilos.
Podremos seleccionar un objetivo para que centren sus ataques en él o incitarles a que empleen sus ataques especiales (para los que requieren algo de ayuda adicional realizando distintas tareas en la pantalla táctil); curarles sacándolos del combate, utilizar objetos adicionales, etcétera. Los enfrentamientos transcurren a una velocidad endiablada, por lo que debemos de pensar con rapidez y actuar prácticamente al instante en los combates más exigentes.

El buen sentido del humor es otro de los aspectos que brillan con luz propia. Yo-Kai Watch no se toma muy en serio a sí mismo, sino que presenta los acontecimientos con gracia y sin caer en el dramatismo que sí han presentado otras series en el pasado. Echábamos de menos contar con un producto capaz de ir un poco más allá de los conceptos a los que este género nos tiene acostumbrados, y resulta extrañamente gratificante pasar un buen rato jugando a una propuesta que además contará con funciones StreetPass y juego en línea, lo que a la postre se traduce en la posibilidad de disfrutar de la aventura con varios amigos y de facilitar el intercambio de objetos y secretos. Ya desde los primeros compases de juego se nos invita a compartir “cierta información” con nuestros compañeros de juego para resolver uno de los secretos que esconde el título.