Worms 4: Mayhem, Impresiones

Justo cuando se acaba de cumplir el décimo aniversario de la aparición del primer Worms para PC (¿ya han pasado 10 años?) llega a nuestro poder una versión debug al 80% de lo que será la inminente salida al mercado de Worms Mayhem, el enésimo capítulo de la 'nueva' y renovada saga Worms que aterriza tanto en consolas como en compatibles para gozo y deleite de los mayores fanáticos de la serie.

Tras los primeros pasos en las 3D con 'Worms 3D' y después de la experiencia no demasiado exitosa de semi-estrategia en tiempo real que fue Fort Under Siege, los programadores de Team 17 decidieron dar un paso atrás en cuanto al desarrollo principal de la jugabilidad de la serie y han intentado centrarse en los verdaderos motivos que convirtieron Worms en la leyenda que es hoy en día. Lo cierto es que se nota cierta mejoría pero, a mi juicio, el resultado óptimo está aún muy lejos.

Para resumir Worms 4: Mayhem en un par de apuntes diremos que consiste en una batalla entre nuestro equipo de gusanos contra un enemigo, que bien puede ser otro equipo rival de gusanos, un tiempo límite o la necesidad de cumplir determinados requisitos. Todo esto se desarrolla en escenarios de lo más variopinto, que pueden generarse aleatoriamente, y a nuestra disposición están las más increíbles y mortíferas armas que se puedan imaginar.

Para llevar a acabo nuestro propósito disponemos de turnos de una duración en segundos que puede variar y mientras estemos actuando con nuestro gusano nadie más podrá moverse ni efectuar otra acción que no sea la de visualizar nuestras acciones. Moverse por el mapeado no es ni de lejos igual de sencillo (ni de rápido) que cuando Worms era 2D; acostumbra a ser muy extenso y bastante accidentado.

No obstante podremos saltar y arrastrarnos, teletransportarnos, lanzarnos en paracaídas y, de nuevo, usar la ya mítica cuerda ninja o el jetpack. Ambos sistemas han cambiado ligeramente respecto a la anterior versión, haciéndolos bastante más asequibles al control. Lo mismo que la cámara que gira alrededor de nuestro gusano o la que se sitúa a vista de pájaro: se nota que se ha pulido mucho el motor que antaño movía todo esto.

El detalle también es mucho mayor en esta nueva versión: los gusanos están formados por unos 2500 polígonos, bastantes veces más que los originales en Worms 3D. Aparte de las nuevas, todas las armas existentes han visto rediseñado o remodelado su aspecto exterior, así como muchas de ellas también han visto modificado su comportamiento.

Bazooka, granadas de todo tipo, la oveja loca, todo tipo de lanzamientos aéreos, el bate de béisbol, la minigun, la ESCOPETA, el sho-ryu-ken, el mortero, misiles teledirigidos, napalm, lanzallamas, cóctel molotov… y por supuesto, el paracaídas, saltos de acróbata, el jetpack, distintas construcciones, la antorcha, la cuerda ninja, minas claymore… armas y dispositivos conocidos a los que se les unirá una nueva hornada como la 'sentry gun', una ametralladora de vigilancia de alta potencia o el lanzamiento de 'gordo cabrón' que hará estragos en las filas enemgigas.

Sin embargo, y como llevo diciendo desde Worms 3D, pienso que el problema que ha ido arrastrando el juego a cada nueva versión que ha salido el mercado ha sido que la incorporación de un número cada vez mayor de armas al arsenal no tiene un paralelismo con un aumento de la jugabilidad; y en un juego como Worms, que no es una película interactiva, si la jugabilidad flaquea el juego pierde mucho interés.

Es cierto que no está terminado, que la versión que poseemos es preview y está al 80% y que puede pulirse un poco. Pero me encontré bostezando demasiadas veces entre los interminables tiempos de carga y, aunque menos que antaño, frustrado en muchas ocasiones por no conseguir llegar al sitio que quería ir. Eso sí, en ese aspecto la mejoría es MUY notable respecto a Worms 3D, por ejemplo. Por primera vez tenemos cierta sensación de control sobre nuestro gusano.

Hay 25 misiones para un solo jugador aparte de un tutorial bastante completo (pero bastante pesado para los que hayan jugado a los dos anteriores) en el que se nos dan las nociones básicas del juego: moverse, seleccionar arma, apuntar y disparar. Los objetivos de las misiones van más allá de destruir al equipo rival, sino que requerirán de nuestra pericia estilo plataformas para completarlas con éxito.

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Pero obviamente su fuerte vendrá a ser el multijugador online, a través de los soportes habituales. Aunque hasta 4 amigos pueden compartir simultáneamente la partida a pantalla completa (ya que el juego está basado en turnos y no en tiempo real) lo cierto es que la eliminación de las fronteras vía internet permitirá que juguemos contra, por ejemplo, alguno de los desarrolladores del propio juego que ya se han comprometido a desafiar a los más experimentados usuarios.

Podremos hacerlo en alguno de los muchos escenarios predefinidos o en cualquier otro generado aleatoriamente, e incluso se nos dará la posibilidad de configurar un modo de juego a nuestra medida. O incluso podremos configurar un arma especial a nuestro antojo que será nuestra 'marca de fábrica', seleccionando todo tipo de parámetros: potencia, tipo y tiempo de detonador, estilo… un sinfín de cosas.

Y lamento siempre insistir en lo mismo pero a pesar de que cada vez más hay más armas a nuestro alcance, eso ha hecho que llegar a la completa destrucción del equipo rival sea perfectamente posible sin necesidad de usar ni una sola vez el bazooka o las granadas, perdiendo así aquella fantástica sensación de maestría que uno tenía cuando conseguíamos colar una granada por aquel agujero del otro lado de la pantalla en el que se había metido nuestro enemigo.

Porque si bien hay escenarios, en especial en la campaña monojugador, en los que el balance de terreno / armamento es muy bueno, en las partidas multijugador que hemos visto en entregas anteriores todo se resolvía a base de superovejas, lanzamientos aéreos o, como mínimo, dinamita. Si a esto le añadimos un tiempo de turno demasiado largo, pueden llegar a pasar tranquilamente 5 minutos hasta que volvamos a controlar nuestro gusano.

En definitiva, a primera vista estamos ante el Worms más pulido y más trabajado de esta generación. No es el más innovador, pero han añadido nuevos gráficos, nuevos trucos, nuevas posibilidades desbloqueables, gusanos 'custom', más bancos de efectos, la posibilidad de crear nuestras propias armas y, por encima de todo, han mejorado el control. Veamos si esto en la versión final se agita bien en la coctelera y se traduce en un regreso al espíritu jugable de toda la vida (que las 3D nunca debieron hacer desaparecer).