En plena Guerra Fría

La Guerra fría aumentó en los años 1949 y 1950, cuando los soviéticos llevaron a cabo su primera explosión de una bomba atómica y los comunistas de China conquistaron todo el país. Éstos firmaron una alianza con Stalin, pero Estados Unidos se negó a reconocer al nuevo régimen. En Japón, entonces bajo control estadounidense, se aceleró el desarrollo económico para luchar contra el comunismo asiático.

Durante la década de 1950 las principales potencias adoptaron los significativos avances conseguidos en la tecnología del misil tierra-aire, tierra-tierra, aire-aire y aire-tierra, así como los lanzados desde submarinos. Durante los comienzos de la Guerra fría, la interceptación de grandes bombarderos nucleares fue la función más importante de los aviones de combate inmediato. Se desarrollaron aviones de combate a poca altura para los enfrentamientos aire-aire y el apoyo directo a las fuerzas de tierra.

El armamento utilizado en la guerra de Vietnam incluía reactores supersónicos: los MIG-17 y MIG-21 soviéticos se enfrentaron a los F-105 y F-4. Los pilotos estadounidenses afrontaron la nueva e importante amenaza planteada por los misiles tierra-aire (surface-to-air missiles, SAM) utilizados en la defensa aérea. La tecnología electrónica les proveyó, sin embargo, de bombas de guía óptica y láser, sistemas para la detección de misiles y la interferencia en radares, además de cohetes aire-aire y aire-tierra.

Hacia 1973 las dos superpotencias enfrentadas acordaron una política de distensión; fue un intento de detener la costosa carrera armamentista y frenar su competencia política, militar y económica en el Tercer Mundo. Sin embargo, la distensión duró hasta 1980, cuando tropas soviéticas invadieron Afganistán para salvar el régimen marxista gobernante.

En 1985 Mijaíl Gorbachov, representante de una nueva generación de líderes soviéticos, llegó al poder en la URSS. Él y Reagan acordaron reducir la presencia de las superpotencias en Europa y moderar la competencia ideológica en el mundo entero. Las tensiones se redujeron cuando se retiraron las tropas soviéticas de Afganistán. A principios de la década de 1990 Gorbachov cooperó en gran medida con los esfuerzos militares estadounidenses para derrotar la agresión de Irak en Oriente Próximo. La Guerra fría terminó en Europa cuando las recién liberadas naciones de Europa Oriental eligieron gobiernos democráticos y se unificó Alemania, se detuvo la carrera armamentista y la competencia ideológica cesó al ponerse en duda el comunismo.

Lo primero que nos llama la atención de WOE es la posibilidad de instalarlo como expansión de Wings Over Vietnam. Parece ser que en un principio simplemente iba a ser una expansión de este juego, pero se ha optado por sacarlo como juego independiente con posibilidades de fusionarlo al primer juego de la saga. Pocas novedades encontraremos con respecto a su antecesor, manteniendo casi todo su engine gráfico y menús, en los que encontraremos:

•  Acción inmediata: Empezamos a volar inmediatamente en una misión generada aleatoriamente. Un forma de jugar sin demasiadas complicaciones y si nos apetece una partida rápida.

• Misión individual: Cargamos una misión histórica o configuramos una nueva misión. Es algo similar a la acción inmediata pero en este caso podemos elegir que misión realizar

• Campaña. El Quiz de la cuestión. En la que podemos iniciar, cargar o continuar una campaña siguiendo el hilo argumental (hipotéticamente) histórico

• Multijugador: Creamos una partida multijugador o no unimos a una ya creada mediante la red de área local y (a diferencia de Wings Over Vietnam) Internet.

Para ello contaremos con diferentes aviones:

Y como aviones enemigos, que podremos controlar en el modo multijugador tenemos:

Desgraciadamente estos aviones sólo serán visionados en pleno vuelo y no podemos verlos en la pantalla de armamento o selección.

Como armamento, contaremos un repertorio de lo más variado con más de 50 armas a elegir, entre las que podemos encontrar las MK 81, 82, 83 y 84, Sparrow o Sidewinder como es habitual.

Lo peor de estos gráficos radica en el escenario, siendo muy bonito a gran altura pero bastante desagradables cuando uno está cerca de ellos. Excesivamente poligonales y con una absoluta falta de volumen en sus formas desmejora sobremanera el juego.

El lanzamiento de los misiles y la física de las bombas son excelentes, pero las explosiones desmejoran muchísimo como pasó con su anterior entrega, compartiendo exactamente las mismas virtudes y fallos.

Un buen aficionado a los simuladores de vuelo pedirá calidad en su control, pero se ha sacrificado por hacer un producto más adaptable al mercado actual y pormenorizando a los adeptos a este tipo de videojuegos que salvo excepciones como X-Plane y Flight Simulator, nos encontramos cada vez más con menos simulación y más acción, cuestión más que reprochable. En el caso de no ser un adepto a los simuladores, este juego es una maravilla para neonatos.

Evidentemente es imprescindible disponer de un buen Joystick para simuladores de vuelo y a ser posible de una palanca de gases y pedales de timón para una simulación completa. Con el teclado y con el ratón es normal que el juego no goce de todo su esplendor.

Una gozada en cambio es jugar por Internet o en una red privada, pudiendo entrar en un equipo de hasta 16 personas las cuales podemos hacer un combate cerrado todos contra todos, o un equipo contra otro o jugar de modo cooperativo en una misión. El modo cooperativo es realmente divertido, pudiendo comunicarnos con otros aviones y atacar con nuestros amigos en formación. Quizás lo mejor del juego.

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