Warhammer 40.000: Darktide
Warhammer 40.000: Darktide - Análisis. Sangra por el Imperio
Analizamos Warhammer 40.000 Darktide, visceral juego de acción cooperativa en primera persona ambientado en la popular licencia de Games Workshop.
Las adaptaciones de la licencia Games Workshop han sido una constante en el mundillo del videojuego, desde el ya lejano 1991 en que disfrutamos de HeroQuest en nuestros ordenadores de sobremesa de la época, ya fuera Pc, Amiga, Atari St, Amstrad CPC, Commodore 64 o Spectrum. Llama la atención el amplio espectro de géneros que han tocado las muchas adaptaciones de la misma que hemos recibido: rol, acción en tercera persona, estrategia en tiempo real y por turnos, MMO, disparos en primera persona, run and gun, twin stick shooter, puzles y por supuesto juegos de tablero han sido algunas de las variantes jugables en las que hemos visitado este maravilloso mundo de fantasía.
La calidad de las adaptaciones de tan jugosa licencia ha resultado ser irregular, y la verdad es que muy a nuestro pesar en pocas ocasiones se ha alcanzado la excelencia que se debería esperar en estos productos. La saga de estrategia en tiempo real ambientada en el universo Warhammer 40.000 de Relic, los Total War ubicados en el universo de Fantasía de Warhammer de Creative Assembly o ese Space Marine también de Relic lanzado en 2011 cuya segunda parte esperamos poder disfrutar pronto, son algunos de los videojuegos más destacados entre la producción inspirada en la marca (junto con los juegos basados en ese loca adaptación del rugby que son los Blood Bowl, una de nuestras debilidades).
Entre nuestros videojuegos favoritos de Warhammer, y sin duda de los mejores con diferencia entre los publicados en los últimos años, figura la saga de acción cooperativa en primera persona lanzada por la desarrolladora sueca Fatshark. Con un escaso y poco salientable bagaje a sus espaldas hasta entonces, la desarrolladora de Estocolmo nos soprendió en 2015 con Warhammer The End Times: Vermintide, magnífica evolución de la fórmula Left 4 Dead, con un combate más centrado en el cuerpo a cuerpo que nos proponía superar en compañía unas misiones llenas de emoción y adrenalina y que además hacían gala de una soberbia recreación de la ambientación del universo de Games Workshop.
Tres años después pudimos disfrutar de su continuación, un Vermintide 2 que a las hordas de los hombres rata que combatimos en la primera parte, añadía la terrible amenaza de las huestes del Caos. Vermintide 2 fue un más y mejor en toda regla, un juegazo mayúsculo que se ha convertido en uno de los cooperativos online favoritos de la comunidad, y que sigue plenamente vigente pese a ciertas polémicas con los DLC. Con estos antecedentes, resulta fácil comprender las enormes expectativas puestas en este Warhammer 40.000 Darktide con que Fatshark continúa su exitosa franquicia, llevándola al universo futurista de la división en esta ocasión. Además, en exclusiva en consola para Xbox Series X, junto con la versión Pc.
Las sensaciones, tras dedicar decenas de horas a las betas previas al lanzamiento y al producto definitivo, son un tanto agridulces. El núcleo jugable de Darktide es delicioso, sólido como una roca, evolucionando la fórmula Vermintide para darle más peso al combate con armas. La recreación del universo Warhammer 40.000 es una pasada, y los valores de producción son elevados. El problema de Darktide es la comparación con Vermintide 2, ya que ha sido lanzado con mucho menos contenido que aquel, y en cierta medida transmite cierta sensación de repetición de situaciones que en anterior título de Fatshark no percibíamos. Junto con decisiones de diseño que no compartimos, nos dejan un título muy bueno con maneras para ser el próximo referente del cooperativo online, pero que a día de hoy está un peldaño por detrás de Vermitnide 2 y necesita algunos ajustes y más contenido.
Por el emperador
La historia de Darktide nos invita a liberar la futurista y colosal ciudad colmena de Tertium de las huestes del Caos que la están infestando. Para ello, manejaremos un personaje que podremos definir a nuestro gusto, eligiendo su sexo, físico y pasado, con muchas opciones para ello. En la misión prólogo, veremos que somos convictos presos del Imperio, trasladados en una fragata espacial en órbita del planeta Atoma Prime, hogar de la ciudad de Tertium. La nave es abordada por fuerzas del Caos, y en medio del tumulto elegimos combatirlos y ganarnos nuestra redención liberando a la explicadora Zola y uniéndonos a las fuerzas de asalto de la Inquisición en su sanguinaria cruzada por recuperar Tertium.
Pese al comentado énfasis por la historia que hemos leído en varios adelantos de los desarrolladores, su puesta en escena y progresión no nos termina de gustar. Las muchas opciones disponibles para moldear el pasado de nuestro personaje solo influyen en sus comentarios mientras realizamos las misiones. Estas se sienten inconexas, y a diferencia de Vermintide 2, donde teníamos un objetivo claro que consistía en echar abajo el portal Skittergate, y todas las misiones daban una sensación de continuidad que conducían a ello, Darktide nos lanza a una serie de misiones de guerrilla en Tertium sin un objetivo final claro ni un hilo conductor que nos sumerja en la aventura más allá del placer de las refriegas por pura acción.
Esta sensación no muy positiva se refuerza con el hecho de que las escenas que hacen que la trama avance se nos ofrecen únicamente por nuestra subida de nivel, mostrándosenos cuando alcanzamos unos determinados. Contemplaremos nuestro ascenso en el escalafón de la Inquisición y el descubrimiento del traidor independientemente de las misiones que realicemos, lo que se carga parte de la sensación de inmersión. El hecho de contar con el guionista Dan Abnett (uno de los principales arquitectos de la Marvel cósmica moderna) no ha marcado la diferencia esperada, y cierto es que la trama no es el factor principal a la hora de lanzarse a disfrutar de un título de este calibre, pero nos habría gustado un mejor desempeño en este aspecto.
El combate, una delicia
Darktide es un juego de acción cooperativa en primera persona, donde en compañía de otras 3 personas (o BOTs manejados por la IA) afrontaremos misiones de avance con ciertos objetivos y situaciones puntuales a superar. A diferencia de Vermintide 1 y 2, aquí se le ha dado mayor peso al combate con armas a distancia, encontrando un magnífico equilibrio con el combate cuerpo a cuerpo. Siempre portaremos un arma de fuego y un arma para el combate melee, así como granadas o poderes telequinéticos según la clase. Como pasaba en los 2 títulos anteriores de Fatshark, el núcleo jugable es sólido como una roca y es tremendamente satisfactorio.
Dado que no manejamos marines espaciales enfundados en férreas armaduras, nuestros personajes son ágiles, cuentan con un botón de desplazamiento rápido o dash, la posibilidad de bloquear y devolver golpes en corta distancia, y un manejo de las armas contundente, eficaz y muy disfrutable. La evolución del sobresaliente sistema de combate de los Vermintide para darle mayor énfasis al combate a distancia ha resultado muy orgánica y sigue manteniendo las señas de identidad de aquel. Una vez en medio del fragor de la batalla, Darktide es una joya que se disfruta muchísimo, llena de momentos que son adrenalina pura que rápidamente nos hacen olvidar las cosas menos buenos del juego.
Otro añadido es un sistema de escudo a mayores de la barra de vida de los personajes, que se recarga con el tiempo, de manera más eficaz si permanecemos cerca de nuestros aliados. Por supuesto, siempre buscando la coordinación y el juego en equipo, indispensable en los niveles altos de dificultad. Nos enfrentaremos a una amplia variedad de enemigos, y por supuesto los habrá de rango especial, como francotiradores, suicidas explosivos, tramperos o mutantes que nos agarrarán para machacarnos, en la línea de los especiales y élites de este tipo de juegos.
Las misiones tienen objetivos predefinidos, pero están salpicados de momentos aleatorios que les dan variedad y nos mantienen en tensión constantemente. En medio de la batalla, seremos testigos del azote de enormes oleadas de infectados del Caos, o sufriremos el ataque de un colosal ogro mutado, una ciclópea criatura Nurgle o un demonio despiadado, combates que suben el pico de dificultad y pueden suponer un final drástico de la misión si no estamos preparados para ello. Habrá que rebuscar entre los botines repartidos por los escenarios para obtener munición o maletines de cura y balas, así como emplear con sabiduría las estaciones de curación de uso limitado.
Las cuatro clases
El tema de las clases ha sido otro de las más publicitados del juego, y ha supuesto otra decepción. Vermintide 2 contaba de lanzamiento con 5 personajes distintos, con 3 profesiones a elegir para cada uno. Darktide solo ofrece 4 clases ahora mismo, y la verdad es que las diferencias entre ellas solo se aprecian plenamente en niveles altos, lo que supone un doloroso paso atrás. A nivel máximo, y en los modos de dificultad superiores, es donde las 4 clases despliegan su verdadero potencial.
La clase Zelote Predicador es la más versátil del juego, y cuenta con la acción especial más determinante de las cuatro, la cual le permite mantenerse en el fragor de la batalla recibiendo gran castigo. Esta clase funciona bien tanto cuerpo a cuerpo como con armas, y sus granadas aturdidoras nos darán ese momento de respiro que tanto agradeceremos cuando las cosas se pongan complicadas de verdad. La clase Ogro Rompecráneos es el tanque del equipo, ideal para contener a las masas y emplear arsenal de gran calibre.
El Tirador Veterano es el francotirador del equipo, cuya misión es hacer mella en las filas enemigas a distancia, tanto con letales armas láser como con sus granadas explosivas. Finalmente, la clase Psyker Psicoquinético cuenta con mortales poderes que le permiten hacer estallar cabezas a distancia, así como liberar un explosión de energía que aparte a los enemigos cercanos que nos hostigan.
Las cuatro resultan satisfactorias y tienen herramientas necesarias, pero desde luego se echan en falta más. A diferencia de los Vermintide, no hay limitaciones a la hora de que la misma clase coincida en un grupo, por lo que incluso podremos ver equipos donde todas sean la misma. A medida que subimos de rango, desbloqueamos habilidades de mejora a elegir de entre 4 en cada escalón, permitiendo variedad de personalizaciones o “builds” de nuestros personajes.
La Morningstar las misiones y la dificultad.
La Morningstar es la fragata de la Inquisición que hace las veces de HUB central, donde elegimos misión, contratos especiales y compramos o mejoramos armas y cosméticos. Nuevamente, tanto este HUB como el sistema de misiones están plagadas de decisiones que no nos parecen del todo acertadas. No podremos elegir jugar la misión concreta que deseemos, ni jugar offline con BOTs. En lugar de esto, podremos elegir jugar partida rápida, que nos lanza a una misión al azar de un nivel determinado de dificultad, o elegir entre una serie de misiones que se van rotando de entre todas las disponibles, algunas con condiciones especiales. Resulta difícil entender el porqué de este sistema de misiones. Para más inri, mientras estemos en la Morningstar, por donde nos movemos en tercera persona, no podremos probar nuestras armas, a diferencia del castillo de Vermintide 2, donde sí podíamos hacerlo. El sistema de obtención de mejor equipo, basado en items aleatorios disponibles en la tienda en lugar de recompensas por superar misiones tampoco nos ha gustado, haciendo que la progresión se vuelva machacante en cierta medida.
Las misiones se catalogan por tipo, algunas serán de infiltración y recuperación de datos, asesinato de un operativo enemigo, o recuperación de material, entre otras. Habrá situaciones que se repiten en las mismas, como hackear terminales mientras resistimos al enemigo, transportar unos cilindros o eliminar infecciones. El caso es que la sensación de repetición, pese a que al final hagamos más cosas distintas que en Vermintide 2, es mucho mayor que en aquel, y el diseño de las fases nos ha parecido menos acertado y épico. Los jefes también carecen de toda chispa y son menos variados. Hay misiones que transcurren en situaciones especiales, como jugar a oscuras o con una niebla dañina, o encontrarnos con una alta densidad de enemigos especiales y de élite. La decisión de hacer que la aparición de Grimorios y escrituras sea aleatoria (e indicarla como misión secundaria), tampoco nos ha gustado nada, su búsqueda corta el ritmo y se han perdido los pequeños puzles que los hacían especiales en los Vermintide. A día de hoy, el sistema de fabricación de equipo no está disponible, algo incompresible en un lanzamiento final que sí cuenta con tienda donde invertir dinero real en cosméticos para el juego.
Darktide cuenta con 5 niveles de dificultad. El primero es un mero entrenamiento, que no plantea casi reto y donde apenas nos toparemos con enemigos especiales. Os recomendamos pasar cuanto antes al segundo, Alzamiento, donde las cosas se empiezan a complicar. Pero en nuestra opinión, donde Darktide comienza a brillar es en el tercer nivel de dificultad, Malicia, donde ya es necesario un buen trabajo en equipo y un alto conocimiento del juego para no ser vilmente barridos. Y esta es la línea divisoria que marque que Darktide sea un juego más para partidas esporádicas, o se convierta en vuestra obsesión y os mantenga literalmente cientos de horas delante de la pantalla. Porque cuando tras ser barridos en Malicia a los 3 minutos de empezar una misión, pese a estar jugando en un grupo con otros 3 jugadores de nivel máximo, y vemos como algo totalmente inviable los niveles de dificultad superiores, seguimos perseverando, aprendiendo, encontrando jugadores que saben lo que hacen y trabajar en equipo, obtenemos mejor equipo, y finalmente superamos misiones en nivel de dificultad Condenación, la satisfacción que se siente es incomparable.
Y ahí olvidamos todos los males del juego, todas las decisiones incomprensibles y todos los pasos atrás con respecto a Vermintide 2. Perseverar, aprender y mejorar para superar misiones en el nivel de dificultad más alto es una de esas experiencias maravillosas que nos ofrece esta forma de entretenimiento que tantas alegrías nos da. El problema es que no muchos jugadores llegarán ahí. Si vas a quedarte en la superficie de Darktide, a día de hoy quizá se te haga repetitivo y falto de contenido, y desde luego Vermintide 2 nos parece opción mejor (y más barata). En caso contrario, Darktide ofrece cientos de horas llenas de emoción, adrenalina y momentos inolvidables trabajando en equipo.
Soberbia marcha imperial
Mucho se ha criticado el rendimiento del juego, uno de los males habituales en los lanzamientos de Fatshark. Sin embargo, hemos notado cierta mejora en el lanzamiento final con respecto a las betas, y en general el juego va fluido, salvo en situaciones de mucho estrés donde se resiente un tanto. El apartado gráfico es espectacular, haciendo gala de las nuevas tecnologías gráficas, moviendo infinidad de enemigos a la vez en pantalla y siendo un espectáculo digno de contemplar. Cierto es que los escenarios se ven muy similares entre sí, y el patrón general no deja lugar para esas estampas tan bellas que nos dejaban los Vermintide, apostando por una puesta en escena más industrial, sucia y decadente. Eso sí, el salto gráfico es notable con respecto a estos.
Lo que es una soberana maravilla es la espectacular banda sonora del juego, una de las que más nos ha hecho disfrutar en mucho tiempo, y que además nos pondrá los pelos de punta resaltando los momentos más épicos de las misiones entrando con fuerza cuando las cosas se ponen duras de verdad. Épica, contundente, deliciosamente orquestada, la música de Darktide es el toque final al subidón de adrenalina que es el juego por momentos, y os garantizamos que nos os cansaréis del mayúsculo placer para los oídos que supone su escucha.
Conclusión
Warhammer 40.000 Darktide es un juego que nos ha dejado sensaciones muy encontradas. Por su magnífico sistema de combate, el épico desarrollo de sus misiones y su espectacular puesta en escena, junto con el tremendo desafío que ofrecen sus niveles altos de dificultad, sentimos que es un juego al que le vamos a dedicar cientos de horas viviendo intensos combates en equipo. Desgraciadamente, se ha lanzado justo de contenido en lo tocante a clases y armas, y se han tomado decisiones difíciles de entender a la hora de poder elegir misiones, adquirir nuevo equipo o hacernos realizar las mismas acciones una y otra vez. En nuestra opinión, sentimos que es un paso atrás con respecto al anterior título de la saga, Vermintide 2, aunque nos encontramos con un juego con un enorme potencial, que probablemente explote en unos meses como sucedió con aquel. Si buscáis acción cooperativa para 4 en primera persona con la fórmula Left 4 Dead, y os picáis a superar el enorme a la par que satisfactorio desafío que ofrece en su nivel máximo de dificultad, Darktide os hará pasar momento inolvidables, aunque nos cueste perdonar ciertas decisiones y anteponerlo a su predecesor. En cualquier caso, confiamos en que el tiempo lo sitúe como uno de los grandes referentes del género con sucesivas actualizaciones.
Lo mejor
- El núcleo jugable y el sistema de combate, tremendamente satisfactorios y llenos de posibilidades.
- El desarrollo de las misiones es muy épico y lleno de adrenalina, y el toque aleatorio le sienta de maravilla. Superar los niveles altos de dificultad es un reto que nos hará disfrutar muchas horas.
- La banda sonora es una soberana delicia
- Puesta en escena espectacular
Lo peor
- Se lanza escaso de contenido en clases y armas
- Decisiones incompresibles a la hora de elegir misión y en el sistema de progresión
- Ciertas situaciones se vuelven muy repetitivas, a lo que no ayuda una historia inconexa
- Faltan cosas por implementar, da la sensación de que le faltan meses para explotar
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.