Un mata-mata bastante "light"

Hay dos razones subjetivas por las cuales decidí encargarme de la review de Untold Legends Brotherhood of the Blade: la primera es que soy un fan declarado de los juegos de acción y rol (o rol y acción, ARPGs) tipo Diablo; en segundo lugar porque esto es, con toda seguridad, de lo mejor de la primera hornada de lanzamientos para la primera portátil de Sony. Hay mucho y muy bueno que está por llegar en las próximas semanas y meses pero por lo pronto lo que os presentamos hoy por lo menos es bastante decente.

Visualiza Untold Legends: Brotherhood of the Blade en movimiento en este vídeo.

Es una lástima que se quede en 'bastante decente' dadas las posibilidades de la propia consola y dada la experiencia que ya tiene Sony en este tipo de juegos, tras la adaptación a un mata-mata de su licencia Everquest en Champions of Norrath, que apareció para Ps2 no hace mucho. Está claro que queda mucho trabajo por hacer si se quiere llegar a crear auténticas joyas dignas del recuerdo. Por ahora, Untold Legends no lo consigue. Tal vez por eso ya haya prevista una segunda parte de este mismo título.

No es un reproche meramente técnico, aunque si es cierto que hay bastante margen de mejora desde ese punto de vista, sino un problema de concepto. Los hack and slash tienen el problema de que son juegos por definición bastante repetitivos y los programadores tienen que inventar la fórmula para que sea el propio programa el que te empuje a seguir matando bichos y recolectando tesoros. Si no empuja lo suficiente lo más normal es terminar aburrido como una ostra.

Un método de empuje eficaz suele ser una historia absorbente que tire del jugador al estilo de Diablo, alumno aventajado de Gauntlet, o el propio Norrath. En UL interpretamos al guardián del futuro líder de un reino que se ve súbitamente en apuros por una extraña plaga que azota a sus integrantes. Como hemos estado toda la vida rascándonos la panza hasta ese momento, la gente espera mucho de nosotros.

Y ahí es donde entramos nosotros; bien solos o acompañados a través de wi-fi de 3 amigos más, escogeremos entre una de las 4 clases disponibles y nos tendremos que sumergir en una infinidad de mazmorras, agujeros, cuevas, bosques y demás primero para encontrar un antídoto para la plaga y después para eliminar hordas y hordas de enemigos que saldrán a nuestro paso. Este es de aquellos juegos que desgastará el botón X de vuestra PSP, os lo aseguro.

Cuando caminamos con el personaje y en bastantes puntos, sin embargo, es frecuente encontrar la sensación del rastro de movimiento borroso (pero no el sombreado que vemos en Ridge Racer) que es bastante feo pero al que te acabas acostumbrando. Eso sí, el juego no se ralentiza en ningún momento, ni tan siquiera con multitud de enemigos o de jefes finales que literalmente ocupan más de media pantalla. Curiosamente el único punto que va un poco más lento no es in-game sino precisamente el inventario, sección de pociones y hechizos…

Todos los modelados de los personajes, armas y demás tienen un buen nivel de detalle. Los efectos añadidos de porras, espadas y demás tienen el brillo particular de su propio hechizo: hielo, veneno, fuego, etc. El despliegue para algunos hechizos es también muy espectacular, en especial si cogemos al alquimista; y lo mismo ocurre con los habitantes no amistosos de nuestro mundo: esqueletos, rinocerontes, cíclopes, arañas, lobos, humanos, muertos vivientes, bestias del pantano, fantasmas, bestias del averno…

Otro cantar es el diseño de los escenarios; el mapeado de las dos ciudades principales está bastante bien desarrollado mientras que las mazmorras son ya otro cantar. Son generadas aleatoriamente, con lo que en teoría no visitaremos dos mazmorras iguales; el problema es que a pesar de tener esa configuración siempre tenemos la sensación de estar viviendo la misma mazmorra que, además, está construida sin ningún criterio.

Resulta muy difícil orientarse en Brotherhood of the Blade ya que nunca sabes bien si has pasado por esa zona o no. Hay además un montón de lugares absolutamente irrelevantes para la historia principal, llenos de enemigos básicos y sencillos (mueren de un golpe o dos) que sueltan una ínfima cantidad de oro. Incluso jugando con otra gente, las pocas posibilidades de personalización de nuestro jugador hacen que sea fácilmente confundible con el del vecino.

El apartado sonoro es tal vez el más flojo del juego, con diferencia. Mientras que los efectos propiamente dichos no están mal (el blandir del arma, el caer de los esqueletos, algunos hechizos), la música no acompaña para nada al resto del juego. Se le intentó dar un toque épico-medieval que lo único que consigue es que la acabemos ignorando. No hay diálogos hablados en el juego, aunque sí vienen traducidos al castellano.

Empecemos por el interfaz: tener una pantalla más ancha que alta no representa ningún problema ya que como dije la cámara es móvil con el gatillo derecho y los botones de dirección. Ese mismo botón derecho se usa para multitud de combinaciones distintas, entre las que está la acción de bloqueo. Es decir, no podemos caminar y girar la cámara al mismo tiempo o bloquear y girar la cámara.

En la parte superior izquierda está nuestra salud y energía y a la derecha está el minimapa que, como sucede con el resto de la mazmorra, tampoco ayuda demasiado a orientarse. La X será lo más pulsado con diferencia (ataque), junto con los botones de magia y el cuadrado para recoger objetos del suelo. Es posible acceder a un menú rápido de hechizos con los botones de dirección al estilo Dark Alliance.

Existe un menú que nos resultará bastante familiar en el que podremos equiparnos con los objetos que compremos o encontremos: armadura de todo tipo, armas de distintas clases, hechizos, collares, pendientes, anillos, pociones… al igual que en Champions of Norrath y otros juegos tenemos una cantidad de peso máximo que podremos soportar y existe la capacidad de engarzar algunas gemas que encontremos en nuestro equipamiento Lo sobrante siempre es posible venderlo en la ciudad, a la cual podremos retornar casi siempre que queramos y gratis.

La forma de subir de nivel es similar a la de juegos como Diablo; hay un árbol de habilidades que se van volviendo accesibles según avancemos de nivel y les asignemos el punto correspondiente. A mayor rango de puntos, mejor es el efecto. También recibiremos un bonus de habilidades al subir de level que podremos aplicar a nuestros parámetros básicos: fuerza, inteligencia, destreza y salud. Diversos objetos también mejoran estas habilidades.

Uno de los problemas principales que presenta el juego no es las pocas posibilidades de selección de personajes, que son en total 4: dos clases de mago y 2 de guerrero. El problema es que todas se manejan igual; descubrí que mi alquimista apenas usaba la magia hasta llegar a 'Cadena de Relámpagos', bastante avanzado en el árbol de hechizos. Una cachiporra con efecto de curación, un maltrecho escudo y un arco con flechas bastan para aniquilar a la mayoría de adversarios sin mayor dificultad (y sin asignar ningún punto a fuerza).

¿Dónde está la estrategia de ser un mago, pues? Es cierto que más adelante ya necesitamos a nuestro Golem y efectuaremos algunos encantamientos pero estoy convencido de que es posible pasarse el juego con un mago sin llegar a usar la magia, únicamente con un ingente número de pociones y una buena cachiporra. Y aunque el juego se adapta a tu nivel incrementando la fuerza y resistencia de los enemigos, una buena arma es todo lo que se necesita. Incluso podéis prescindir del escudo.

Es posible combatir junto con hasta 3 amigos más a nivel local usando el mismo personaje que tenemos para la historia principal; el sistema limita que todos estén en una misma área, lo cual es comprensible. El juego comparte el oro con todos los jugadores mientras que los items, incluso los que solo pueden usarse por clases específicas, son para el primero que los coge. Como veis es todo bastante estándar, la verdad.

Los que están acostumbrados a cientos (o miles) de horas dedicadas a este tipo de juegos verán que no les supone ningún reto especial llegar al final de Brotherhood of the Blade. Pero es todavía mucho más importante el hecho de que realmente hay poco que te incite a llegar al final, si acaso algunos jefes dignos de mención y algunas áreas llenas de enemigos (en cantidades generadas aleatoriamente) interesantes. Pero la pregunta casi siempre es: ¿Por qué estoy en este bosque? ¿Qué estoy buscando) Y sobretodo, ¿cómo voy a llegar allí?