Undead Knights, Impresiones
El equipo que se encargó de la última adaptación de Dynasty Warriors en PSP vuelve a la carga con una licencia nueva que nos introduce en el mundo de los muertos vivientes. El estilo de juego no cambia, pero sí el argumento, ligeramente más desarrollado, así como la puesta en escena, que esta vez no se centra únicamente en las partidas en cooperativo. Mucho gore, violencia a espuertas y un buen motor gráfico son sólo algunas de las virtudes de las que presume este Undead Knights, que hace pocas semanas veía la luz en EE.UU. Os contamos nuestras impresiones.
Se nota cuando funciona un equipo de trabajo. Uno de los estudios internos vinculados con Strikeforce, la última entrega de la serie Dynasty Warriors que obtenía un nada despreciable 6,5 en esta revista, fue el encargado de coger las riendas del primer proyecto conjunto entre Tecmo y Koei exclusivo de PSP tras su fusión. La consola sigue manejando cifras de venta muy elevadas a cada nuevo mes que transcurre, y esto es algo que se nota en el ánimo de los desarrolladores, que parecen más decididos que nunca a apostar en firme por la consola. Puede que este sea uno de los motivos por los que Tecmo, la que lleva la batuta en este caso, se haya tirado a la piscina decidiendo crear una nueva licencia de esas que tanto miedo dan en el país del sol naciente.
No es momento de analizar el flujo comercial japonés, pero no cabe duda que el mero hecho de apostar por la creación de una franquicia es un hecho que debería alegrar a todos los aficionados de los beat em up, especialmente si viene de manos de una compañía que por tradición ha estado en la cúspide del género. Con todo, Undead Knights ha pasado desapercibido entre la prensa especializada, así como también en los grandes eventos, en los que ha tenido una presencia muy disimulada sin llamar la atención del gran público. Ya estamos acostumbrados a que los estudios nos sorprendan con esta clase de productos, pero ciertamente no podíamos saber a ciencia cierta qué esperar de este título.
De alguna manera era de intuir que la calidad de la que hace gala Dynasty Warriors no se había podido perder por el camino. La ambientación, ahora gótica, inspirada por los juegos gore que tanta polémica generaron a mediados de los 90, era otro de los aspectos que había logrado hacer crecer la expectación en la redacción. Por suerte hemos podido echar el guante a la edición norteamericana del título, que se presenta con una introducción en forma de vídeo CGi que nada tiene que envidiar a las superproducciones que Square Enix realiza en todos sus títulos, tal es el caso de Dissidia o Crisis Core. El telón de fondo muestra un combate a muerte entre dos facciones claramente diferenciadas: los humanos y los no-muertos, los Undead.
Dirige a tu ejército
Como era de esperar, Undead Knights aprovecha el motor gráfico de Strikeforce y no se anda con rodeos a la hora de escenificar una historia que conocemos en forma de texto. Un prólogo bastante extenso se molesta en explicar los motivos por los que ha estallado una guerra que, por medio de una emboscada, acababa con uno de los clanes más importantes de algún momento de la historia de Inglaterra, lugar en el que se sitúa la historia a juzgar por el vocabulario escogido. Esta familia de la nobleza, que otrora ocupaba las cortes del reino, fue vilmente asesinada en una emboscada cuando uno de los soldados de mayor estirpe del clan, el hijo del Rey, no estaba presente.
El matrimonio del patriarca con una bellísima dama de la nobleza fue el comienzo de una profecía diabólica. El clan asesinado juró vengarse algún día: la sed de sangre, así como las ganas de derrocar a todo aquel que había propiciado la caída de la familia lograba devolver a tres de sus miembros a la vida, esta vez con poderes otorgados por el mismísimo señor del inframundo. No hay mayor historia que tener en cuenta a excepción del objetivo principal del argumento, que para no variar abarca el tema de la venganza desde un punto de vista poco profundo y superficial. No es necesario nada más en este sentido, aunque en honor a la verdad se echa en falta alguna escena narrada con el motor gráfico de la aventura.
Al comienzo de la partida tenemos opción de elegir a tres personajes; Romulus, Sylvia y Remus, tres descendientes que cuentan con sus propias habilidades para hacer frente al ejército que le arrebató lo que hace no mucho tiempo era suyo. Da igual a cuál de los tres elijamos ya que en cada nueva misión que realizamos podemos volver a seleccionar el personaje que más nos convenga. Por lógica imperante, Romulus es un mastodonte equipado con una enorme armadura y espada que pese a sus torpes movimientos es capaz de quitarse de en medio a varios soldados enemigos de unos cuantas estocadas, sin complicarse demasiado la vida.
Sylvia es el polo opuesto: una joven muchacha bastante ágil, débil en lo que a fortaleza física se refiere, que sin embargo es tremendamente difícil de cazar si no contamos con la experiencia suficiente. Remus, como se puede imaginar por lo expuesto, es el más equilibrado de los tres. Él encarna el estereotipo de personaje diabólico cuya única intención es aniquilar a todo el que haya tenido algo que ver con su muerte. 'Ellos me robaron todo lo que tenía', explica al comenzar la partida. No obstante, sus líneas de texto se acaban desde este mismo momento. Hay más personajes, pero desbloquearlos corresponde al jugador en cuestión que esté a los mandos de la consola.
La jugabilidad es el punto más fuerte del juego, que como venimos diciendo a lo largo del texto es un calco (a grandes rasgos) de la que pudimos probar el Strikeforce. Esto en cuanto a los movimientos se refiere, ya que la mecánica de juego sí que se ha preocupado por incluir alguna que otra novedad. La más importante es sin duda la posibilidad de convertir a los soldados enemigos en minions, soldados que después de morir vuelven a la vida en un sencillo proceso de conversión para hacer todo lo que a nosotros nos venga en gana. El tutorial que nos acompaña durante los primeros compases de juego es bastante elocuente en este sentido: con la R apuntamos al objeto que nos interese y automáticamente ellos se dirigen hacia él para destruirlo.
Simple pero divertido
Sólo podemos utilizar dos estilos de ataque (cuadrado y triángulo) más el agarre para convertir a los soldados en no-muertos, un proceso que puede llevar unos segundos si no le hemos quitado energía al rival o unos instantes si le hemos debilitado. Si acertamos a convertir a nuestro rival justo en el momento adecuado recibimos un pequeño aumento de vitalidad, así como otro aumento en la barra de Ira, que nos permite efectuar un poderoso ataque durante unos segundos. Si somos duchos en esto de la acción no tendremos el menor problema para quitarnos de encima a varios soldados de golpe de una tajada, con recompensa incluida: en este estado alterado, al quitarle la vida a un soldado éste automáticamente se convierte en un Undead.
Tenemos un límite preestablecido de no-muertos que podemos llevar con nosotros, que nunca sobrepasa la docena. En algunas situaciones hemos de contar con un número determinado de esbirros para poder, por poner un ejemplo, destruir una puerta o eliminar una torreta de protección como si de un Pikmin se tratase. Aquí no hay ninguna clase de estrategia a tener en cuenta, sencillamente debeos buscarnos la vida para lograr terminar las fases en el menor tiempo posible obteniendo la mayor cantidad de puntos que podamos por el camino, lo que nos otorga la posibilidad de aumentar las habilidades que utilizamos durante los combates.
Las nuevas habilidades que obtenemos nos permiten equipararnos a las numerosas unidades contra las que nos tenemos que enfrentar. La mecánica no nos invita a ir mucho más allá de pasar de pantalla en pantalla eliminando a oleadas de soldados tratando de cumplir un cometido que a cada nuevo escenario se complica. Los tres modos de dificultad que podemos elegir al comenzar cada misión son muy útiles para evitar traumas innecesarios, pero después de todo la curva de aprendizaje es extremadamente corta, por lo que en cuestión de horas estaremos combatiendo felizmente haciendo uso de las habilidades de las que puede presumir todo personaje.
Además del modo principal, que como venimos diciendo se basa en superar escenarios cumpliendo un objetivo predeterminado, tenemos a nuestra disposición una modalidad online (sin infraestructura) con el que podemos invitar a tres amigos para que nos acompañen durante la aventura. El juego es muy divertido, es entretenido superar los retos, especialmente por la posibilidad de obtener alguno de los más de cuarenta logros que tenemos a nuestra disposición en el menú principal. Es una forma de aportar variedad a un título que por lo que hemos podido ver no propone demasiadas alternativas al combate non-stop que ya conocemos de sobra.
Por suerte siempre podemos recrearnos con el motor gráfico, que pese a no suponer ninguna evolución con respecto a Strikeforce sabe aprovechar sus virtudes con personajes muy bien recreados y una tonelada de sangre por cada enemigo que derrotamos. Para la cantidad de enemigos que aparecen en pantalla también es loable que apenas veamos ralentizaciones (salvo en momentos críticos, donde pocos juegos han dado el pego salvo God of War). Lo cierto es que a nivel técnico rinde a un buen nivel, aunque en lo que respecta a la banda sonora es muy cansino escuchar ilimitadas veces la misma melodía hasta la saciedad. En esta ocasión se abandonan los temas electrónicos para pasar al Metal más alocado que Tecmo haya podido encontrar.
Un digno sucesor
Undead Knights es un juego harto sencillo. Su planteamiento está claro desde la primera vez que ponemos las manos sobre la jugabilidad hasta la última partida. Por lo visto nos quedamos con las buenas vibraciones que transmite la jugabilidad, que por supuesto cuenta con sus peculiares hándicaps, así como con el motor gráfico que sabe aprovechar sus posibilidades. Lo que no nos ha acabado de convencer, además de varios desfases en el nivel de dificultad, es la cámara, que como de costumbre no acaba de cogerle en gusto a la pantalla de esta portátil. Por todo lo demás, los chicos de Tecmo han realizado un trabajo que a buen seguro los aficionados del beat em up sabrán apreciar cuando el juego vea la luz en nuestro mercado.
Algo que, por cierto, se ha confirmado pese a no tener fecha de salida prevista. Se calcula que a finales de noviembre debería estar en el mercado, y teniendo en cuenta el éxito de Strikeforce no sería de extrañar, aunque como decimos habrá que ver cómo rinde el título en Europa con esta peculiar propuesta que se ha sacado de la manga el binomio Koei-Tecmo. La famosa fusión comienza a dar sus resultados, en unas semanas conoceremos la valoración definitiva, siempre y cuando se produzca finalmente el ansiado lanzamiento del juego. Sería una lástima que no fuese así.
