Trauma Center: New Blood, Impresiones

Hace varios meses, Wii estrenaba Trauma Center: Second Opinion, el que fuera una especie de remake del juego original aparecido en Nintendo DS el año pasado. De esta forma, el doctor Derek Stiles y sus compañeros convertían el Stylus en Wiimote, viviendo de nuevo la aventura médica que ya había protagonizado aunque agrandándola en complejidad y contenidos.

Wii se prepara ahora para Trauma Center: New Blood, la que de verdad sí es la segunda entrega de la saga, con una historia y personajes nuevos aunque con el mismo planteamiento y estética de corte sencillo. Markus Vaughn y Valerie Blaylock son los encargados en esta ocasión de recorrer distintas zonas del mundo luchando contra todo tipo de lesiones, enfermedades y trasplantes, con un telón de fondo que tiene al Stigma, una poderosa enfermedad degenerativa, como principal peligro para toda la humanidad.

La estética manga, colorista y sencilla vuelve a hacer aparición en un juego que no ha retocado nada su apartado gráfico. Nos encontramos con una nueva experiencia visual que combina 2D y 3D a partes iguales y en la que cada movimiento que hagamos con nuestras herramientas quirúrgicas ocasionará cambios en la zona operada, siempre resaltada con más color y visibilidad que el resto del cuerpo, que se queda borroso y oscurecido en cuanto pasamos a la acción.

TC: New Blood es un juego ideado para dos jugadores, pero que también puede ser experimentado en solitario. Su elevada dificultad es similar en partidas individuales o acompañados, por lo que jugarlo en solitario puede resultar frustrante y hasta poco recomendable en ocasiones. Esta nueva concepción de juego idóneo para dos jugadores y difícil para uno ya la hemos visto en otros títulos de Wii como Resident Evil: The Umbrella Chronicles, que no varía tampoco su dificultad independientemente de que lo jueguen uno o dos Wiimotes.

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Por ello, hay que diferenciar claramente ya en este sentido a Trauma Center: New Blood que al anterior Second Opinion. New Blood no es una experiencia nueva si ya se jugó al primero de Wii. Las virtudes y defectos de aquél continúan en éste, por lo que el título parece una nueva entrega de capítulos, una expansión con otro fondo y personajes. No obstante, también presenta algunas pequeñas novedades jugables, pero no son demasiadas.

Empezando por su estructura, TC: New Blood sigue teniendo una historia lineal, que seguir mediante conversaciones entre los personajes y que no deja ver ningún vídeo o animación. Como novedad, las estáticas siluetas y dibujos de los personajes que participan en la historia ya tienen voces, y no aquel silencio imperdonable que acompañaba a Second Opinion. No sabemos si las voces llegarán dobladas a nuestro idioma pero, debido a la sencillez que supondría un doblaje como éste, todo nos hace pensar que Nintendo se portará bien y nos traerá el juego totalmente traducido al castellano.

Las intervenciones de los personajes siguen siendo por turnos, como si de un teatro simple se tratara y éstos no muestran expresión facial móvil en ningún momento, sino caras estáticas que expresan y van acordemente con la frase que esté pronunciando el dibujo en ese momento. Este apartado técnico sencillo puede ser defendido por muchos por su originalidad pero bien es cierto que peca precisamente de una excesiva simplicidad formal. No sería demasiado costoso colocar animaciones a los personajes o crear algún vídeo, y no que así el juego parece seguir siendo el primero, aparecido hace más de un año en Nintendo DS.

A pesar de todo, cada modelo en 2D de cada personaje está detalladamente dibujado y todos bien diferenciados entre sí, mejor que en Second Opinion. Con las expresiones faciales sucede lo mismo, están más detalladas que las que vimos hace meses y resultan más creíbles, algo que aumenta con las voces reales. Todos los personajes pueden intervenir antes, durante y después de las operaciones, por lo que las voces resultaban imprescindibles para no tener que perder la vista de nuestra tarea a contrarreloj mientras leíamos los subtítulos. Como decimos, la implementación de voces es, sin duda, un gran acierto.

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La estructura lineal que caracterizaba a los dos Trauma Center anteriores se ve relativamente alterada en New Blood. Ésta es otra de las mejoras, ahora los médicos protagonistas deberán recorrer distintos hospitales de todo el mundo que les llevarán desde Irlanda hasta China, pasando por Alaska o Tokio. Esta vuelta al mundo para ejercer de cirujanos no supone demasiada variedad en el planteamiento clásico del juego que ya conocíamos. Operar una y otra vez para resolver diferentes cuadros médicos supondrá la tarea constante en el juego.

A las operaciones clásicas que ya conocíamos, como trasplantes, curar heridas en órganos peligrosos, extraer objetos punzantes o paliar quemaduras se le unen acciones nuevas como ingertar piel en zonas quemadas de extrema sensibilidad o volver a poner en funcionamiento determinadas extremidades actuando directamente sobre el sistema nervioso y muscular.

También sigue siendo similar el manejo. Mediante Wiimote y Nunchuk deberemos elegir con el joystick qué herramienta médica queremos en cada momento y aplicarla en la zona señalada con el puntero, el cual parece controlarse de manera algo más suave. Puesto que la cooperación será idónea en este nuevo Trauma Center, repartirse bien las tareas y las zonas con nuestro acompañante de juego pasará a ser un requisito imprescindible ante la dificultad impuesta por el tiempo y la vulnerable y delicada barra de constantes vitales.

Pero nuestros médicos protagonistas vuelven a tener ciertos poderes mágicos o momentos de trance que podremos usar una vez por operación y con los que podremos ralentizar el tiempo o mejorar la salud del operado durante un rato. Esta habilidad, el Toque Curativo, ya la pudimos ver en Second Opinion pero en New Blood cobrará una importancia literalmente vital, pues usarla o no y en qué momento lo hagamos supondrá el éxito o fracaso (la vida o muerte de nuestro paciente) en muchísimas ocasiones.

Uno de sus puntos que aumentaban la dificultad en la primera aparición de la saga en Wii y que siguen haciéndolo en New Blood es que se abusa del apuntado con el Wiimote. No es lo mismo marcar con un Stylus y hacer una línea recta, que conseguir el mismo trazo con el brazo levantado apuntando a la pantalla. Pues bien, esta nueva entrega no arregla en ningún momento este aspecto y nos hará encontrarnos momentos de verdadera frustración porque lo que se nos pide son auténticas pericias de precisión y pulso firme.

Otro de los modos incorporados en New Blood es el online. No tiene demasiada repercusión jugable ya que sólo nos propondrá dejar nuestros mejores resultados en una tabla mundial, pudiendo competir con esas marcas contra el resto de los jugadores de todo el mundo. No es demasiado pero al menos hará que se enganchen aún más los más competitivos. También debemos señalar como novedad importante la inclusión del formato 16:9 entre sus opciones y la posibilidad de disfrutar de la experiencia en alta definición a 480p.

En definitiva, Trauma Center: New Blood indudablemente ha mejorado la experiencia, con un modo multijugador sensacional. Tanto, que ahora casi es difícil superarlo al 100 en solitario. El juego guarda todas las virtudes que hicieron grande a los anteriores y sigue funcionando perfectamente en Wii. La lástima es que no haya excesivas novedades y que a simple vista aparente ser una secuela similar, cargada únicamente de nuevos episodios y operaciones que realizar. Sus apartados gráfico y sonoro han mejorado en cuanto a presentación, pero no suponen un salto verdaderamente considerable. Ahora los personajes tienen voces y están mejor detallados, especialmente sus expresiones faciales.

El argumento se acopla a la perfección a la serie Trauma Center. Una nueva enfermedad azota el mundo entero y estos dos cirujanos tienen la clave para pararle los pies. De nuevo nos tocará sentirnos como verdaderos médicos y desempeñar operaciones que mezclen rapidez y precisión de manera totalmente equilibrada a la vez que frenética. New Blood es única y precisamente eso, nueva sangre, nuevas operaciones, personajes y retos que superar con las mismas herramientas, procedimientos jugables y apariencia técnica. Una locura no apta para personas con enfermedades cardíacas…

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