Transformers: El lado oscuro de la luna
- Plataforma3606PS3
- GéneroAventura, Acción
- DesarrolladorHigh Moon Studios
- Lanzamiento24/06/2011
- EditorActivision
A la tercera no va la vencida
Activision nos presenta el juego basado en la tercera película de Transfomers, una aventura de acción cargada de combates entre grandes robots. Un título con momentos interesantes pero con defectos típicos de las adaptaciones de este tipo.
Como cada año, llega el verano y, con él, las grandes superproducciones cinematográficas, que pretenden arrasar en cartelera gracias a su espectacularidad y a su capacidad de diversión para toda la familia. Este mes de junio de 2011 supone el regreso de Transformers a la pantalla, la tercera adaptación al cine de los tradicionales juguetes de Hasbro. Y como siempre ha ocurrido en estas situaciones, toda gran producción viene acompañada, inexorablemente, de su correspondiente versión jugable. Es un aspecto que muchos usuarios temen ya de antemano, debido a que la calidad de estas producciones es una auténtica lotería, con algunas que pueden ser muy satisfactorias pero con abundancia de títulos que merecen caer en el olvido, independientemente de que tengan detrás a una gran desarrolladora.
¿En donde se debería situar a este Transformers: El lado oscuro de la luna? Pues, posiblemente, en un término medio, una tierra de nadie que demuestra que no ha sido un gran fracaso pero tampoco ha logrado destacar dentro de un mercado saturado. La responsable de dar forma a esta producción es High Moon Studios, quien nos dejó un gran sabor de boca con el notable Transformers: La guerra por Cyberton que llegó a las tiendas el año pasado. Sin embargo, posiblemente las tradicionales prisas para llegar a tiempo al estreno de la película han evitado que el estudio lograse un trabajo igual de satisfactorio y elaborado, tratándose a grandes rasgos de un título de consumo rápido destinado fundamentalmente a los amantes de la franquicia y, sobre todo, de la película.
Como suele ocurrir en estas producciones, parece que el juego seguirá la película según unas directrices básicas, aunque narrando y explotando territorios diferentes. Tampoco es que se trate de una aventura especialmente larga, por lo que todo el aspecto innovador se limita a pequeñas excusas para presentar un nuevo nivel y que todo se reduzca, como casi siempre, a la dinámica básica de combatir y acabar con todos los enemigos que salgan a nuestro paso. Desgraciadamente, el juego presenta un importante problema de ritmo y de ajuste en este aspecto jugable, lo cual lastra notablemente la experiencia y provoca que el título, pese a no ser muy largo, consiga caer en el tedio y la reiteración.
Para alargar algunos niveles y que estos no se limiten a ser una arena cerrada en la que combatir sin más, se han introducido algunas pequeñas secuencias en las que debemos llegar a un punto X, recomendablemente con la forma de coche (para tardar menos). Estos momentos se hacen demasiado lentos y carentes de interés, excesivamente alargados y poco disfrutables por el regular sistema de control de la forma de vehículo. Por su parte, cuando empieza la acción (que será el eje central de la producción), esta presenta también problemas importantes en detalles como son, precisamente, los cambios menores que se han introducido con respecto a la entrega del año pasado.
Todo robot que controlemos contará con tres formas: la de humanoide, la de vehículo y una forma intermedia entre ambas. Como humanoide, podremos saltar, disparar diferentes tipos de arma (o ataques cuerpo a cuerpo) y tendremos una barra de vida que, al agotarse, pereceremos (y puede bajar más rápido de lo que parece en un primer momento); curiosamente, ahora no tendremos que preocuparnos de la munición, la cual será infinita, por lo que todo se limita a disparar sin ton ni son, limitándonos a recargar de vez en cuando, mientras que si la vida baja demasiado, tan solo tendremos que ocultarnos unos segundos para que se regenere completamente. El problema de esto es que no hay demasiadas coberturas ni alternativas salvo salir de la zona del enfrentamiento, por lo que es probable que, de estar mal de vida en muchos de los niveles, acabemos explotando antes de poder ocultarnos.
La segunda forma, la de vehículo, se reduce a lo que su propia descripción indica, pudiendo acelerar, derrapar y saltar. El principal problema de esta forma es lo mal que se controla y lo poco pensados que están muchos escenarios para sacar provecho de la misma; en ocasiones se nos obliga a utilizarla para llegar rápido a un punto concreto (con tiempo límite) y veremos cómo el control se enfrenta con el propio diseño de los escenarios. Por último, está la tercera forma, un estado intermedio en el que seremos vehículo pero también medio robot, dado que podremos disparar. Lo más llamativo de esta forma es cómo se desliza por el escenario de manera extraña, casi como si estuviésemos sobre una pista helada, lo cual produce una sensación peculiar.
Pero lo peor de esta forma es que se convierte en la idónea para los combates, ya que el robot posee el armamento de la forma humanoide pero con todas las virtudes del vehículo (es decir, mayor velocidad de movimiento y ser un blanco más pequeño, lo cual favorece que los enemigos fallen mucho más). Esto desequilibra un tanto el sistema de juego en su favor, por lo que las tres formas se antojan, en general, innecesarias. Poco más que destacar de un juego que se mueve entre el combate y las secciones de avanzar sin nada que hacer, al que le falta frescura en sus planteamiento y al que los cambios con respecto al notable La guerra por Cybertron le sientan bastante mal y rompen un sistema de juego que parecía estar equilibrado; sobre todo en el modo multijugador, un importante paso atrás. Las opciones son muy básicas (Deathmatch normal y por equipos y Conquista) y el multijugador se antoja poco profundo y caótico, pero puede ofrecer una alternativa de juego adicional al modo principal.
Lo más preocupante nos lo encontramos en la escala, dado que este juego sufre del síndrome del que adolecen muchas producciones protagonizadas por grandes robots: no se transmite que así sea, los escenarios no terminan de hacernos sentir grandes bestias mecánicas, y la diferencia incluso de tamaño entre la forma humanoide y de vehículo se antoja mínima. Además, el apartado sonoro es extremadamente molesto, hasta el punto de estar doblado el juego pero no contar con las voces de la película. Todos estos pequeños detalles, que por separado podrían ser menores, en conjunto deslustran la producción y dejan un sabor agridulce de un título poco pulido para llegar a estar al nivel que se le debería exigir.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.