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Tokyo Dark

Tokyo Dark

Análisis Tokyo Dark

Analizamos Tokyo Dark, este intenso thriller de terror y misterio desarrollado por el pequeño estudio de Cherrymochi dentro de la iniciativa Square Enix Collective.

Actualizado a

La estoica detective Ayami Ito está pasando por una mala racha. Su último caso ha puesto su nombre y su carrera profesional en duda. La misteriosa reaparición de una chica supuestamente fallecida le ha hecho cuestionar todo lo que sabe, y la pérdida de su compañero le ha hecho emprender una desesperada búsqueda de respuestas en la que su ética y su propia vida penden peligrosamente de un hilo.

Tokyo Dark es un juego, efectivamente, oscuro. Su historia nos lleva a caminar por la peor cara de la ciudad japonesa. Los barrios bajos, la gente de dudosa moralidad, los tratos entre empresas peligrosas, el ambiente sórdido y las luces de neón. Si todo esto no fuera poco, el caso también parece poseer un aura innegablemente paranormal, algo que saca totalmente a Ito de su zona de confort.

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El juego toma la forma de una visual novel con tintes de aventura gráfica. La narrativa por tanto está conducida principalmente por texto, con un sencillo apartado visual que la sustenta y ocasionales (y muy cortas) secuencias animadas que refuerzan momentos clave. Puesto que lo que haremos en el juego mayormente es leer, es una buena noticia descubrir que su guión está muy bien construido. Los diálogos tienen chispa, la mitología que desarrolla en sus descripciones es atractiva y compleja, y el desarrollo del argumento está lleno de momentos bastante memorables. El guión sabe equilibrar bien el tono entre momentos más intensos con otros más relajados o de humor, bien introducidos.

La intriga policiaca de la historia del juego abraza tanto el noir contemporáneo urbano como el misticismo del Japón rural, y se complementan con bastante éxito en un conjunto con influencias orientales pero también occidentales (True Detective sería una de las más obvias actuales). La historia que ha desarrollado el estudio Cherrymochi es atractiva para una audiencia amplia, y sabe llevarla con muy buena mano.

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Aunque las omnipresentes secciones de diálogos van descubriendo la historia al jugador, avanzamos por el juego como en una aventura gráfica tradicional. Mover a nuestra protagonista, interactuar con items en el entorno, participar en diálogos… todo eso lo hacemos usando sencillas mecánicas de point and click.

El juego, desde su perspectiva en 2D, se estructura en pequeñas secciones lineales que representan diferentes zonas de Tokio. En cada zona se encuentran lugares y personajes con los que interactuar y accedemos a ellas a través de un mapa que representa el Tokio del juego. Este mapa es casi simbólico, no obstante, pues aunque haya momentos en los que se nos permite dirigirnos con libertad a secciones que queramos para investigar, la mayor parte del tiempo solo nos dejará dirigirnos al siguiente lugar necesario para avanzar en la historia. En nuestro camino se nos puede presentar algún puzle o minijuego esporádico, pero por lo demás el juego se centra exclusivamente en el desarrollo de la historia a través de sus interacciones contextuales. Iremos descubriendo pistas y hablando con personajes que nos ayudarán a seguir con nuestra investigación. Hay algo de backtracking, pero la mayor parte del tiempo estaremos descubriendo cosas nuevas. Esto le da a Tokyo Dark un desarrollo muy lineal, que resta libertad al jugador, pero compensa dándole a la historia un buen ritmo y una constante sensación de descubrimiento y progreso.

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Tan interesante como la propia historia es el hecho de que podemos ser partícipes en cómo ésta se desenvuelve. En este sentido el sistema de decisiones es una parte crucial de la experiencia. Podemos elegir qué responder en ciertas conversaciones, cómo interactuar con objetos del entorno y realizar diferentes acciones según la situación. Como ocurre en los juegos de este corte, gran parte de lo que vamos decidiendo importa menos de lo que desearíamos, y la gran mayoría de los eventos relevantes del guión son inevitables. Eso sí, las decisiones que tomamos van modificando el curso de la investigación de un modo u otro, y hacia la recta final el juego revela todas sus cartas abriendo rutas radicalmente diferentes. Para cuando hemos terminado nos queda la sensación de que aunque hemos estado a merced del guión, nuestro rol ha sido relevante. El juego además cuenta con varios finales y nos invita a ser rejugado para descubrirlos. El modo New Game + te permite omitir secciones de diálogos para avanzar con más rapidez en la historia, así como ranuras independientes de guardado (la primera partida solo permite autoguardado) para poder cargar secciones independientes probando con diferentes decisiones.

El medidor SPIN es otro aspecto interesante del juego y complementa la toma de decisiones. Sus siglas hacen referencia a las palabras Sanity, Professionalism, Investigation y Neurism. Estos cuatro parámetros suben o bajan adecuadamente con cada decisión que tomemos: tomar la medicación subirá nuestra Sanity, usar la violencia bajará nuestro Professionalism, avanzar en el caso descubriendo pistas subirá Investigation, etc… El sistema nos ofrece feedback del estado de Ayami a lo largo del juego, y afecta a ciertos momentos y diálogos.

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El universo de Tokyo Dark está representado con una estética anime, en sincronía con su identidad cultural, totalmente japonesa. Visualmente es un juego simplito, con escenarios sencillos y personajes que solo cuentan con un par de expresiones. Aunque el conjunto convence, deja entrever en ocasiones un toque quizás más amateur del pretendido, por la falta de detalles de muchos de sus diseños y por el escaso trabajo de animación. Es por esta falta de recursos que el juego sorprende más cuando descubrimos que es capaz de atraparnos con una fantástica atmósfera. Gracias a un gran trabajo de sonido (la banda sonora es bastante memorable) y sencillos pero eficaces efectos visuales, Tokyo Dark consigue meternos de lleno en su oscuro misterio, y regalarnos momentos genuinamente inquietantes.

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7.3

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.