Konami se atreve con la acción desenfrenada, y la presenta con un llamativo envoltorio. Acompaña a Feel y a los Katena en una lucha para salvar al planeta. Bienvenido al mundo de Oz...
Konami se atreve con la acción desenfrenada, y la presenta con un llamativo envoltorio. Acompaña a Feel y a los Katena en una lucha para salvar al planeta. Bienvenido al mundo de Oz...
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Hay ciertas desarrolladoras que se han ganado a pulso, a lo largo de las distintas generaciones de consolas, una merecida buena fama en cuanto a su trabajo. Es el caso de Konami, y en concreto del estudio Konami TYO, que cuenta bajo su amparo con grandes nombres como Suikoden o Silent Hill. El desarrollo de un nuevo título para PS2 ha creado unas grandes espectativas, y tratándose de un juego tan llamativo como es este OZ, están más que justificadas.
Konami ha definido a OZ (Over Zenith con nombre y apellidos) como un juego de "acción en equipo", una especie de "yo contra el barrio" en el que se hace especial hincapié en la colaboración del jugador con sus compañeros de aventuras, controlados artificialmente. Pero para Konami no bastaba hacer de OZ un divertido título de acción, y lo ha acompañado con una interesante ambientación y un cuidado apartado artístico.
OZ (PlayStation 2)
OZ (PlayStation 2)
El objetivo de los dioses no es otro que el de poder disponer totalmente de la fuente principal de energía del planeta, una sustancia llamada Ateria. En esta misión, llevada a cabo en parte por el trío de Katenas del que el título toma su nombre (OZ), se interpone el pueblo natal de Feel, el protagonista. Bajo el mando de una de las Katenas de OZ, una mujer llamada Almira, el pueblo resulta destruido por completo, y la hermana pequeña de Feel, Dorothy, secuestrada.
OZ (PlayStation 2)
En ese momento, Toto - el gato de Dorothy - se transforma en una terrible espada (¡es verdad!), y Feel, empuñándola, se bate en duelo con Almira. Al derrotarla, la libera también de la armadura que la sometía al subyugo de los dioses, y Almira se decide a acompañar a Feel, en una jornada para liberar a los demás Katenas, y descubrir el motivo del secuestro de su hermana.
OZ (PlayStation 2)
OZ (PlayStation 2)
La colaboración con los Katenas que acompañan a Feel - Almira y Leon inicialmente, más 3 nuevos Katenas una vez avanzado el juego - resulta ser una pieza fundamental, o más bien la única, en lo que se refiere al apartado jugable de OZ. Más allá de los golpes básicos realizados con el botón cuadrado, la única manera de ejecutar golpes especiales y combos más complejos es la de rellenar una barra, y la única manera de rellenarla es cuidando el trabajo en equipo.
OZ (PlayStation 2)
Al golpear a cualquier enemigo, y una vez éste haya muerto, se puede elevar en el aire con un sencillo golpe, para que uno de tus compañeros siga dándole, mientras está suspendido en el aire, su personal ración de galletas. Después del primero, un segundo compañero puede continuar golpeando al enemigo, y tras él el propio jugador, en una especie de bucle infinito de tortas, que cuánto más se alargue, más rellenará esta barra especial.
OZ (PlayStation 2)
La barra cuenta con varios "niveles", y se vacía rápidamente una vez que el enemigo en cuestión toque el suelo, así que es importante aprovechar cuanto antes la ventaja que otorga. La barra completa hasta el nivel 1, permite realizar con Feel una potente estocada, pero los golpes avanzan en poder de destrucción y espectacularidad conforme a la misma. Cuando se llega al nivel 3, el protagonista y los 2 Katena que lo acompañan, se unirán en una espectacular ataque conjunto que prácticamente barrerá el escenario de enemigos.
OZ (PlayStation 2)
OZ (PlayStation 2)
Se une a todo esto la posibilidad de mejorar a los personajes disponibles conforme se avanza en las fases. Gastando el dinero recolectado con la derrota de cada enemigo, se pueden mejorar ciertos aspectos de Feel o los Katenas, como el tamaño de la barra de vida, el poder ofensivo y defensivo, etcétera. Asimismo, una amplia variedad de accesorios equipables para los personajes se pone a nuestra disposición entre fase y fase.
OZ (PlayStation 2)
En cuanto al control, y conocida la acción frenética que caracteriza al juego, resulta no ser lo suficientemente preciso que debería. El constante uso de los gatillos (L1 para cubrirse, y R1 para localizar enemigos), entorpecen demasiado la acción. Sobre todo, el incómodo sistema de localización, que obliga a mantener pulsado el gatillo, no resulta tan adecuado para un título tan frenético como OZ, que parece requerir un control más ágil e intuitivo. Quizás un sistema de localización semiautomático solucionaría gran parte de este incoveniente.
OZ (PlayStation 2)
OZ (PlayStation 2)
La bonanza demostrada en el apartado artístico se ve empañada, en cambio, por un apartado técnico carente en algunos aspectos fundamentales. Los escenarios no gozan de un diseño espectacular ni precisamente variado, tampoco así los enemigos, pero esta carencia es casi una constante en los juegos del género y se puede incluso perdonar. Cabría comentar también la presencia de jaggies, pero nada alarmante ni nada que no hayamos visto cien veces en PS2. Lo realmente preocupante, y es algo que se convierte en un importante lastre para un juego de acción como OZ, es el framerate.
OZ (PlayStation 2)
En momentos puntuales, como al realizar combos, y sobre todo cuando un gran número de enemigos está presente en pantalla, el juego se ralentiza de manera significativa. Esto no supondría un problema tan grave si no fuese porque estos momentos puntuales - en presencia de combos y muchos enemigos - son toda una constante a lo largo del desarrollo de OZ, y provocarán que finalmente nos encontraremos con el problema del framerate muchas más veces de las que quisiésemos.
OZ (PlayStation 2)
OZ (PlayStation 2)
Y es que son realmente muy pocas las quejas sobre OZ... lo malo es que son importantes. El control, lejos de estar bien depurado, y el framerate, lejos de ser constante, son dos cargas quizá demasiado pesadas, tratándose además de un título de la naturaleza de OZ. Aun así, contiene suficiente diversión, y suficiente talento impreso en muchos de sus aspectos, como para esperar a su publicación en Europa - todavía sin confirmar - con los brazos bien abiertos.