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The Sky Crawlers: Innocent Aces

The Sky Crawlers: Innocent Aces

Héroes de Trapo

Hace tiempo, mucho tiempo, las fuerzas invasoras decidieron ceder a cualquier intento de hacer la guerra. Los supervivientes tratan de vivir con normalidad, pero llegados a cierto punto, se aburren. La falta de noticias en la prensa condiciona la decisión del Gobierno nacional de abandonar todo apoyo a la milicia, manteniendo la flota aérea como entretenimiento para los que necesitan muertes, tragedia y drama. Comienza fuerte The Sky Crawlers. Pese a que el guión acaba por desvanecerse de la trama, la jugabilidad y la puesta en escena hacen de esta producción de Project Aces un simulador aéreo más que recomendable para los aficionados.

Pocos son los jugadores que sepan explicar el por qué de la alarmante ausencia de simuladores aéreos en la generación actual. Se pueden barajar toda clase de excusas o justificaciones para la situación que se vive en este sentido desde hace cinco o seis años, bien distinta de la que se disfrutaba en PlayStation y en su sucesora. No se sabe en qué momento comenzó a cambiar el panorama. Lo que antes era garantía de éxito hoy es poco menos que un fracaso comercial sin precedentes. Namco Bandai lo ha reconocido en un par de ocasiones: sería difícil trabajar con una nueva franquicia que abarque este género sin el nombre de un estudio reputado tras de sí, o sin licencias que se reconocen con facilidad entre los usuarios, tal es el caso de Ace Combat, que por cierto está cerca de volver a entrar en escena gracias a la adaptación que se destapaba hace pocas semanas en exclusiva para PSP.

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Todo muy centralizado en las consolas de Sony, sin opciones de innovar o de sorprender al público que nunca ha disfrutado de esta clase de simuladores en el pasado. Bien sea por este motivo en concreto o por la suma de todos los que se han expuesto anteriormente, lo cierto es que The Sky Crawlers es una pequeña pieza de coleccionistas para todo jugador que busque pasar un buen rato al frente de su consola, más aún si lo que se desea por encima de cualquier otro elemento es disfrutar de un ‘juego de aviones' en el que prima la acción, el combate a muerte entre dos facciones que difícilmente podríamos asociar con alguno de los conflictos a escala mundial que ha vivido nuestro planeta en el último siglo. La sobremesa de Nintendo cuenta con la experiencia suficiente para mostrar la validez de una propuesta como la que pone sobre la mesa Project Aces; un calco de lo que Ace Combat ha ofrecido a lo largo de los años con el aval de un argumento firmado por Hiroshi Mori.

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La escasa información (o las pocas ganas de informarse como es debido) ha llevado a la prensa especializada a insistir ciegamente en que este título es una adaptación de la película de animación japonesa que dirigía Mamoru Oshii en 2008, concepto que poco o nada tiene que ver con la realidad que vivimos al poner por primera vez el DVD en la consola. Namco Bandai, o más concretamente Project Aces, ha volcado sus esfuerzos en adaptar uno de los cinco libros que componen la tetralogía de Mori, denominado con el mismo sobrenombre que la serie en cuestión. De los cinco es el primero en ver la luz a principios de 2002, aunque el autor ha querido recalcar en varias ocasiones que cada obra es independiente de las demás en lo que a la trama se refiere. El argumento es el pilar básico sobre el que se asienta el resto de la obra que hoy analizamos, después de esperar más de un año para que se confirmase su aparición tanto en Estados Unidos como en Europa.

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Héroes de usar y tirar
En el contacto con la edición norteamericana de Sky Crawlers hacíamos especial hincapié en el argumento que presenta este título, por lo que recomendamos su lectura a los usuarios que deseen profundizar en este aspecto más allá del resumen somero que el lector encontrará a continuación. La historia de este título destaca por encima de la mayoría de simuladores que hemos probado en Wii hasta la fecha, inspirada como explicábamos anteriormente en la obra de Hiroshi Mori. El escritor japonés muestra un gusto peculiar por combinar el misterio con la ciencia ficción, obteniendo resultados a medio camino entre el planteamiento filosófico y una teleserie con todos los elementos necesarios para atrapar al jugador en ella. Es evidente que la base en la que se sustenta la obra de Project Aces está relacionada prácticamente en exclusiva con las vivencias que los héroes protagonizan dentro de sus cazas, cuando han de cumplir alguna misión.

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Sin embargo, lejos de basar el contenido del juego en la clásica disputa entre dos facciones, la idea con la que juega Hiroshi Mori en su tetralogía encuentra sus raíces en la imperante necesidad de los medios especializados de contar con algún conflicto bélico que ocupe los titulares de periódicos e informativos televisivos. ¿Qué sucedería si un buen día se acabasen las noticias? En Sky Crawlers se maneja una de las posibilidades: el Gobierno crea las pautas de un acuerdo al que se denomina ‘Tratado de Lautern', el cual obliga a cesar la fabricación de armas de guerra, con libre uso para emplear el material con el que se contaba hasta ese momento. El ejército pierde todo poder en la política para convertirse en un espectáculo circense que curiosamente cautiva la atención de los ciudadanos de toda Europa, terreno en el que al parecer tiene lugar el conflicto bélico, por así llamarlo.

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Básicamente lo que nos cuenta esta descripción es el uso de una subespecie de seres humanos cuya procedencia sólo conocemos a media partida. Los Kildren son seres especiales, niños que se suben a un caza para hacer la guerra sin conocer los principios de la guerra, o si quiera el motivo último de su combate. Sencillamente no existe tal cosa. Ellos son los encargados de hacer funcionar el circo en el que se ha convertido la guerra actual; no se arriesgan vidas, los pilotos de antaño se retiran o mueren en las escaramuzas que se disputan en el cielo, y de una forma u otra acaba por imponerse el sentido común. ¿Para qué arriesgar vidas cuando otros pueden ofrecer el espectáculo que tanto se desea? El jugador encarna a Lynx, un piloto que se une a un escuadrón de combate liderado por el capitán Yamasaki. A él le corresponde mostrar la forma de actuar en el campo de batalla, educar a los pilotos, de ayudarles a mantener la cordura pese a los extraños acontecimientos que se suceden cuando comienza a desarrollarse la trama.

La línea a seguir del argumento es a grandes rasgos la que Project Aces ha utilizado en los capítulos recientes de Ace Combat. Antes de la mayoría de los combates presenciamos una escena animada donde los personajes muestran su forma de ser, sin incidir demasiado en su pasado o en los motivos que les llevan a convertirse en soldados. Después del anime de marras (de factura sobresaliente, como siempre con Production IG) toca presenciar una explicación de la estrategia que debemos seguir en combate. Un plano muestra a los enemigos que nos vamos a encontrar, lo que posteriormente nos permite tener una idea de qué clase de arsenal equipar en el caza para salir a combatir. La historia es interesante, aunque se toma su tiempo para entrar en materia. No debemos esperar nada a la altura de los libros o de la adaptación anime, tampoco lo pretende.

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Entrando en materia
Antes siquiera de que se produzca el pistoletazo de salida con el que arranca la historia, el juego obliga a participar en los tutoriales que enseñan al usuario cómo controlar tanto el movimiento del avión como los CMT, las maniobras con las que nos ocupamos de hacer frente al enemigo de forma semi-automática. Ya habrá tiempo de comentar este aspecto más adelante; de momento nos interesa la presentación de la mecánica de juego. Poco o nada se puede añadir en este sentido que no se haya explicado un centenar de veces en anteriores Ace Combat: un comandante nos asigna un objetivo que debemos cumplir para pasar a la siguiente misión, con un total de 20 pruebas en las que debemos superar retos de toda índole. No sólo derribar al enemigo o eliminar a las unidades de tierra, sino también participar en simulacros de combate, sacar fotos de bases enemigas para que sean estudiadas por expertos, etcétera.

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La variedad de las misiones es uno de los puntos más destacados del paquete que ofrece este Sky Crawlers. Es fundamental apreciar en su justa medida este hecho, ya que viene siendo la única posibilidad jugable que nos ofrece el juego. No hay más modos de juego que el que se hace eco del argumento, con posibilidad de disputar las misiones por separado en cualquiera de los tres niveles de dificultad que el jugador podrá seleccionar. Así pues, desde el menú principal sólo podremos acceder a las opciones de juego, desde donde encontramos distintas configuraciones para manejar nuestro caza, o al tutorial, divido en tres secciones: Volar con Gracia, Combate Aéreo y Por la Victoria. Puede que el lector se pregunte si realmente es necesario superar este primer punto para disfrutar del juego: lo cierto es que sí. Por su puesta en escena, The Sky Crawlers es un simulador atípico, que basa todo su sistema de control en el sensor de movimientos que ofrece Wii.

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El tutorial se esfuerza por hacernos comprender los patrones básicos del juego en este sentido, todo lo que necesitamos saber para manejar el caza que estemos pilotando. Existen distintas configuraciones, como fue expuesto anteriormente, que el jugador podrá seleccionar según sus preferencias, aunque siempre se ha de manejar nuestra nave mediante el binomio wiimote/nunchuk. Con el primero medimos la velocidad, mientras que el segundo regula la altitud y el arsenal que hayamos equipado en el avión. Todo lo que respecta al movimiento es lo viejo conocido: la inercia del aparato nos obliga a tener muy en cuenta la estabilidad del mismo al volar a bajas revoluciones, con todo lo que esto conlleva a la hora de realizar piruetas y otras filigranas. Para poner en práctica este apartado contamos con la ayuda de las ya mentadas CMT, determinadas maniobras que efectuamos con el nunchuk, y que generalmente nos ponen en situación ventajosa en relación al enemigo.

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Las CMT establecen la verdadera chicha de los combates. Teniendo en cuenta que la trama se desarrolla a mediados del siglo XX es importante entender que no existe tal cosa como un fijador de blancos ni un HUD (salvo uno extremadamente pequeño en la parte inferior izquierda de la pantalla), ni ninguna otra innovación que hayamos conocido en las entregas modernas de Ace Combat. The Sky Crawlers apuesta por un sistema que nos lleva a afrontar el combate aéreo prácticamente como si de un cara a cara contra el enemigo se tratase. Cuando el rival se acerca a nuestra posición o viceversa aparece un medidor en pantalla que podemos activar moviendo el stick analógico del nunchuk hacia cualquier dirección. Dependiendo de las exigencias de la situación, nuestro caza realizará de forma automática (pulsando el botón A en el wiimote) un acercamiento inmediato hacia la cola del enemigo.

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En la mayoría de las ocasiones el movimiento sale con éxito, siendo extremadamente fácil eliminar las unidades enemigas en pocos minutos, dependiendo del caza que controlemos y de las piezas que hayamos equipado previamente al combate. Da igual el nivel de dificultad que hayamos elegido: la mayoría de las misiones se cumplen con relativa facilidad, haciendo un flaco favor a la duración total del título, que oscila entre las 6 y las 8 horas. Demasiada escasa o justo lo necesario, la decisión depende del jugador. Lo que no admite juicio alguno es la facilidad con la que superamos los retos a los que nos enfrenta el juego, que a la larga obliga al jugador a centrarse en obtener el mayor rango posible al terminar las misiones. Si somos un poco hábiles a los mandos de la consola será cuestión de tiempo encarrilar varias ‘S' (el mayor rango al que podemos aspirar).

Esto a su vez nos recompensa con numerosas piezas para nuestra nave, encontrando distintas áreas que debemos completar: motor, ala, arma, cabina, color y blindaje. Muy variado y sin duda dentro de las exigencias de cualquier jugador que desee pasar un rato personalizando a su antojo la máquina que va a utilizar. El número de cazas es demasiado reducido, y entre la lista de elegidos encontramos un Sanka M-II, Senryu, Shougu, Suiga… Es posible terminar el juego empleando el primero de los cazas a los que tenemos acceso, salvo en las misiones en las que por fuerza mayor debemos manejar otro aeroplano. La forma de pilotar de cada nave cambia notablemente dependiendo de sus características propias, un aspecto que se ha plasmado como pocas veces antes habíamos visto en un juego de estas características. El control da otro paso al frente reafirmando su valía pese a los problemas que el jugador encontrará para hacerse con su mecanismo.

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Notable belleza
Si la mecánica de juego busca innovar y no se conforma con las fórmulas de toda la vida, el aspecto técnico no se queda atrás en cuanto a ambición se refiere. En primer lugar tenemos que tener en cuenta que hablamos de un título que aparecía en el mercado japonés en octubre de 2008, a un más año vista del momento en el que se escribe este análisis. Tal vez por este motivo los jugadores no queden boquiabiertos al contemplar las fantásticas texturas con las que se han reproducido los cazas. De lo que no cabe la menor duda es del asombroso empeño que se ha puesto en los efectos lumínicos. Resulta cuando menos sorprendente sobrevolar las cordilleras suizas mientras el sol hace imposible visualizar correctamente al enemigo, incluso cuando las texturas que quedan por debajo de nuestra nave dejan bastante que desear. Nada que deba sorprender a los que estén acostumbrados a disfrutar de este género, que encuentra en este punto uno de sus mayores hándicaps.

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Se podría haber mejorado este aspecto, pero de ninguna manera se debe criticar el trabajo que Project Aces ha realizado en este sentido. Tanto a nivel de interfaz (simple y sencilla, como de costumbre) como a nivel de escenas animadas como en todo lo que se refiere a la puesta en escena del guión y de los personajes, The Sky Crawlers es el simulador aéreo más destacado que encontraremos en Wii en este sentido, incluso pese a contar con una competencia considerable. Podemos estar tranquilos en los que a la variedad de escenarios se refiere, ya que combatiremos sobre ciudades, parajes naturales, sobre el mar, de día, de noche, a media tarde… Parece que Project Aces ha querido ofrecer una perspectiva diferente en cada una de las misiones que disputamos. No hay tirones ni ralentizaciones. Con todo, esperamos que en alguna posible continuación se toque techo en este sentido: lo presente todavía tiene margen de mejora.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.