Diez años de Settlers

Comenzado en la tercera parte, y confirmado con la cuarta, el progresivo declive de una serie tan entrañable como The Settlers originó un cambio agresivo en la temática del juego, materializado en El Linaje de los Reyes. Si eres de los que piensan que The Settlers II fue el mejor de la saga, y no te agradaron los cambios del quinto capítulo, ahora estás de enhorabuena.

Según reza el manual, los sondeos realizados por la prensa alemana del sector, revelaron que The Settlers II era el título más popular de la serie. Y no son los únicos que piensan eso, pues muchos fans españoles (y del resto del mundo) de la franquicia añoran aquella entrega. La conclusión que sacó Ubisoft fue, ¿qué mejor forma de cumplir el 10º aniversario de este capítulo que relanzándolo con varias mejoras? De esta forma, los alemanes de Funatics, en colaboración con Blue Byte, se pusieron manos a la obra, y el resultado es el juego que hoy nos ocupa.

Y entonces, de un día para otro, nuestras mujeres desaparecieron sin dejar rastro, y nuestra tierra sucumbió en el caos. Vino una terrible sequía y el ganado murió de sed en los áridos campos, enormes nubes de langostas devoraron lo poco que quedaba de los fértiles campos, la tierra tembló y los volcanes escupieron su fuego.

En nuestra desesperación, buscamos el consejo de un vidente; en sus visiones, vio riquezas, mujeres, y un largo viaje que nos llevaría a los confines del mundo. Siguiendo su consejo, preparamos una expedición, una flota de dos barcos. Sin embargo, nuestras naves se vieron atrapadas en una fuerte tormenta y cayeron víctimas de las insaciables olas que lo devoraban todo. De este modo, comienza nuestra forzosa odisea por nuevas tierras.

La campaña para un jugador consta de 10 adictivos niveles que, aunque parezcan pocos, nos reportarán una buena cantidad de horas de juego. El objetivo principal será llegar a un portal que se encuentra alejado de nuestra posición, para poder pasar a la siguiente fase. Llegar hasta él será cuestión de cumplir una serie de requisitos y sobrepasar algunos obstáculos, siempre centrándonos en la construcción de un asentamiento floreciente. Nuestros oponentes serán primero los nubios (ligeramente fáciles) y, más adelante, los chinos (mucho más desafiantes que los anteriores).

Normalmente contaremos, nada más empezar el nivel, con un cuartel general y una pequeña zona donde construir. Los edificios se dividen en tres categorías, dependiendo del espacio libre que necesiten para ser construidos. Para saber la categoría del edificio que podemos levantar en un determinado lugar, podremos habilitar la función Vista del Lugar de Construcción, por la cual una serie de sencillos iconos amarillos sobre el mapa nos lo indicarán. De todas formas, nada nos impide hacer una casa de nivel 1 en una zona de nivel 3, aunque sería desaprovechar el espacio. La función Vista del Lugar de Construcción también coloca el nombre del edificio encima del mismo y su productividad en tanto por ciento.

A pesar de que tenemos unos recursos iniciales, que podemos visualizar haciendo clic sobre el cuartel general, debemos asegurarnos una producción continuada para avanzar. Para ello comenzaremos creando una cabaña de leñador, que se ocupa de talar los árboles. Pero estos no renacen por arte de magia, por tanto, el siguiente paso será erigir una cabaña de guardabosques, que se asegura de plantar árboles. Ambos trabajarán en un perímetro determinado, y no irán más lejos de él. Continuando con los edificios esenciales, en el aserradero los troncos se transformarán en tablones y en la cantera se trabajará la piedra, elementos necesarios para la edificación.

No debemos olvidar un detalle que es uno de los pilares de The Settlers II, así como rasgo característico de la serie; los caminos. Los colonos no transportan las mercancías caminando por donde les da la gana, sino que lo hacen por unas rutas de transporte que nosotros deberemos crear sabiamente. En función de cómo hayamos creado estos caminos, tendremos mayor o menor tráfico a lo largo de la fase, incluso podríamos sufrir graves cuellos de botella, especialmente cuando tenemos decenas de edificios que producen y necesitan recursos. Para casos como este se nos ofrece cambiar la prioridad de transporte de cada mercancía, en la útil ventana de estadísticas, y así favorecer a la que no está llegando donde es requerida. Otra posible solución radica en los burros, que se crían en la granja de burros, que nos ayudan a acelerar el transporte de materiales.

Otros elementos a considerar, fundamentales para la minería, son el pescado, el jamón y el pan. El primero se consigue instalando una cabaña de pescador cerca del mar. El segundo es menester del cazador, que cura la carne de sus presas y la entrega directamente, o con el carnicero en el matadero, que necesita cerdos para producir el jamón. Los cerdos, a su vez, se crían en la granja de cerdos, que debe poseer agua y grano para criar a los animales. El agua se toma de los pozos de agua, que pueden ser edificados en cualquier lugar (a diferencia del juego original, que requería la llamada de un geólogo para que buscara este recurso), y el grano de la granja. Por último, el pan se elabora en la panadería, a base de agua y harina, que se elabora en el molino con grano y agua.

Aunque parezca muy lioso, en la práctica no es así, pues todo es realmente lógico y, gracias a la clara interfaz, mejorada ampliamente para esta versión, se agiliza el entendimiento del juego. Algunas de estas mejoras la constituyen los informes (los que avisan de la finalización de una construcción, del descubrimiento de un mineral o del ataque de un enemigo). Ahora aparecen automáticamente en la esquina superior izquierda de la pantalla, acompañados de una señal acústica, por lo que se arregla el tema de los tediosos correos de la versión original.

Una vez tenemos los elementos básicos comentados, podemos pasar al siguiente apartado, que ya nombramos más arriba: la minería. Aparte de los iconos de las casas y las banderas (para hacer los caminos), tendremos otros con el símbolo del pico y el martillo. Este icono aparecerá en zonas rocosas o montañosas, donde podremos llamar al geólogo, mediante clic en la bandera y selección del botón correspondiente. Su función será la de detectar la presencia de alguno de los tres minerales: oro, hierro y carbón. El geólogo colocará un cartelito con un dibujo del elemento encontrado, siendo este el lugar para construir la mina apropiada.

En la mina de oro se extraerá el preciado metal para crear monedas de oro en la casa de la moneda, para lo cual será también necesario el carbón. Estas monedas son únicamente destinadas a la ascensión de rango de los soldados (soldado raso, cabo, sargento, oficial y general). A mayor rango, mejor combatirán y más golpes resistirán. En la mina de hierro se obtiene el mineral bruto, que se procesará en la fundición de hierro con carbón. Una vez procesado, el hierro se utiliza en la herrería para hacer espadas y escudos y en el taller de metalistería para confeccionar herramientas. La mina de carbón provee el negro material a los edificios ya mencionados.

Después de leer que había soldados, querrás saber como funciona el apartado militar en el juego de Ubisoft. Al ser un título de gestión, la guerra se ha encarado de forma casi automática. Primero deberemos levantar un edificio militar, y hay varios tipos, diferenciados por la capacidad de soldados que ofrecen y, por tanto, el espacio que ocupan en el terreno: cuartel (2 soldados), cuartel de guardia (3), atalaya (6) y fortaleza (9). Estas construcciones ampliarán nuestras fronteras y necesitarán más recursos para ser edificados, de menor a mayor medida, respectivamente.

Para atacar, simplemente tendremos que hacer clic sobre un cuartel del oponente y pulsar el botón correspondiente, pudiendo elegir, previamente, el número de efectivos que usaremos. Asimismo, cada vez que ganemos una batalla, ocuparemos la edificación enemiga y el resto de construcciones se destruirán automáticamente. Obviamente, la inteligencia artificial hará lo propio con nosotros. Un buen complemento a un ataque es la catapulta, que lanzará bloques de piedra al enemigo.

A pesar de que la capacidad máxima de infantería de un edificio militar sea fija, la ocupación de ésta dependerá de la cercanía del edificio con el enemigo, que sabremos por una bandera izada a la izquierda de la entrada. Si la bandera es totalmente blanca, la frontera enemiga está muy lejos, por lo que sólo entrará un soldado en la construcción. Si tiene una banda diagonal negra, nos encontramos a una distancia media del oponente, entrando dos soldados al edificio. Si la bandera tiene una equis negra significa que estamos en situación de hostilidad cercana, y la edificación se ocupará totalmente de guerreros. Sin embargo, este nivel de ocupación en relación a la cercanía del enemigo se puede modificar en la ventana de ajustes económicos.

Hay otra vía para ampliar nuestro territorio, aparte de la militar, es la naval. Si construimos un puerto (sólo posible en muy pocas zonas delimitadas) y un astillero, podremos disponer de barcos y balsas que nos abrirán caminos a nuevas tierras. Como igualmente existirán los conflictos, la opción de ampliar edificación, nueva en esta versión, nos permitirá mejorar el nivel de una construcción militar existente. Por ejemplo, una atalaya puede transformarse en una fortaleza, sin tener que derruir nada como paso previo. De todas maneras, derruir cualquier edificio no será tan doloroso con cuando lo hacíamos hace 10 años; la mitad de los recursos utilizados en su construcción serán reembolsados.

La ventana de ajustes económicos es muy completa, y nos permite configurar varios aspectos del título de Funatics y Blue Byte. Podremos ajustar la producción de herramientas (cada edificio tiene su trabajador que utiliza una herramienta determinada - el cazador la lanza, el granjero la hoz, etc.), distribución de las mercancías entre las edificaciones, prioridad de transporte de mercancías, y un apartado militar. Por su parte, la ventana de estadísticas nos hará saber de nuestro progreso comparado con el de los oponentes, en sencillas gráficas que comprenden desde el número de colonos y de edificaciones, al tamaño del terreno, pasando por el estado económico, las bajas y la fuerza militar.

Para alargar el juego, se ha incluido un accesible editor de mapas, con un manual paso a paso en español que nos enseñará a utilizarlo. También tenemos la novedad en esta reedición, el modo multijugador, que ofrece una capacidad para hasta seis jugadores. Tanto en cooperativo como en competitivo, se nos ofrecen casi 20 mapas de varias dimensiones, tres opciones de victoria (destruir al enemigo, conquistar tres cuartas partes del mapa o acumular 100 monedas), y la posibilidad de cambiar de nación (romanos, nubios y chinos). Esto mismo se aplica a la modalidad 'juego libre'.

Ciclos de día y noche, sombras dinámicas, y algunos shaders por aquí y por allá, completan la remodelación gráfica de The Settlers II, principal atractivo de esta reedición. Debemos decir que tampoco es el no va más en este aspecto, y es que compite con pesos pesados como Company of Heroes, Joint Task Force y Faces of War. Sin embargo, ninguno de estos coincide exactamente en su temática. Por otro lado, también podremos acercar, alejar y mover la cámara a nuestro gusto, desde una vista de águila hasta el ras del suelo. El agua luce bastante bien, e incluye reflejos de los edificios, barcos y boyas, mientras que los escenarios, en general, son bastante ricos en detalles. Algunas texturas quizá no tengan la calidad deseada hoy en día, pero cumplen con su cometido.

La música que suena durante las partidas es buena, siempre acorde a cada región por la que nos movemos. De esta forma, en las fases de los nubios habrá sonidos muy egipcios, mientras que con los chinos oiremos algo similar a un shamisen (la guitarra de las geishas). También sonarán temas basados en la cultura que controlamos, la romana.

El denominador común de la banda sonora es la sensación de tranquilidad que transmite (a excepción de la música que suena en las batallas), por lo que es ideal para un juego de gestión como este. La pega es que, al ser tan largas las partidas, pueden llegar a molestarnos por la constante repetición de las mismas canciones. En cuanto a los efectos de sonido, son variados y correctos, representando desde el hachazo del leñador, hasta simples pisadas, pasando por el choque de las espadas en una batalla y los martillazos en una construcción.

The Settlers II 10th Anniversary (PC)

The Settlers II 10th Anniversary (PC)

Además, esta reedición incluye una interfaz remodelada, alegres y correctos gráficos, el ansiado multijugador, un editor de mapas, y una campaña que te mantendrá anclado a tu silla durante unas semanas. Se hubiera llevado una mejor nota si se hubiesen incluido detalles nuevos más destacables pues, básicamente, es el mismo juego de hace 10 años. Con todo, The Settlers II 10º Aniversario es agradable, prescinde de la violencia y la sangre, y se aleja del tipo de juego visceral, reportando recomendables momentos de relax y diversión adecuados para usuarios de todas las edades.

The Settlers II 10th Anniversary (PC)

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