The Mystery of the Druids (PC)
Las aventuras gráficas van de capa caída, pocos son los títulos sobre este género que consiguen salir al mercado. La compañía alemana CDV está preparando una aventura gráfica, pero...¿verá la luz en nuestro país?
Parece que una maldición se ha apoderado de la distribuidora alemana CDV. Aunque sus juegos arrasan en Europa no acaban de encontrar distribuidor a este lado de los Pirineos. Calidad no le faltan a sus productos, prueba de ello es que media Europa se ha rendido ante Sudden Strike y Cossacks, verdaderas joyas de la estrategia en tiempo real y pasto de cultivo para los foros, lugares donde se alaba las excelencias de ambos juegos.
No acabamos de entender como una distribuidora hispana hace oídos sordos a aquello que triunfa en medio mundo. La apuesta parece sencilla. Sea sólo por imitación o por que uno acaba dándose cuenta de que se está perdiendo algo importante, el público español acudiría a las tiendas para hacerse con una copia de Sudden Strike o de Cossacks. Pero esos son asuntos empresariales de los que personalmente, admitámoslo, tengo más bien poca idea.
El caso es que la maldición ibérica que persigue a CDV continuará haciendo de las suyas. Casi con toda probabilidad, The Mystery of the Druids tampoco verá la luz en la Piel de Toro. Así nos lo han hecho saber las distribuidoras del país. Una lacónica respuesta ("no tenemos intención a corto-medio plazo de publicar el juego que nos comentas") echaba mis esperanzas abajo.
Supongo que también la de muchos otros aventureros. Todavía había sitio para el optimismo... si pensábamos en Dinamic, no en vano se habían decidido a publicar Gilbert Goodmate. Desgraciadamente, como sabréis, Dinamic ha echado el cierre; lo que viene a incrementar el problema de distribución de aventuras en España. Antes de poneros a llorar, podéis probar la demo de Gilbert Goodmate y rezar para que San FX-Interactive tome el relevo.
Pero hablemos del juego que hoy nos ocupa. Mystery of the Druids nos llega desde Alemania. Se trata de una aventura con regusto clásico, en tanto que incorpora en su interfaz el sistema de point 'n' click, tipo de control que el paso de los años a confirma como el idóneo para las aventuras gráficas.
Gráficamente, el juego de House of Tales parece directamente influenciado por The Longest Journey, sólo que esta vez los personajes no parecen tan bien implementados dentro del escenario. Se les nota cierto envaramiento y los "elementos vivos" acusan una tendencia a la rigidez y el inmovilismo, a pesar de estar modelados con más de 1000 polígonos. Claro que estamos hablando de lo visto en la demo, cosa que puede pulirse en la versión definitiva.
Con cada día que pasa parece estar más claro que el aspecto de las aventuras gráficas acabará por tender hacia las tres dimensiones, olvidando el clásico de las 2D. Eterno debate, en el que videoadictos de todo el mundo han participado: ¿es mejor el paso hacia la tecnología de última generación o por el contrario la vieja/moderna estética bidimensional conserva eso que se ha dado en llamar "espíritu de los clásicos"? Dejemos la duda en el aire. Personalmente, poco me importa el aspecto gráfico. Lo que realmente cuenta en una aventura gráfica es la historia, la calidad de los puzzles y diálogos.
Y en ese aspecto, las características de Mystery of the Druids parece que van a satisfacer al aventurero más pintando. Diálogos, muchos. Podremos dar rienda suelta a nuestra labia conversando con los más de 20 personajes parlanchines que pueblan el juego, lo que se traduce en unas 50 horas de conversación. Y no lineales. Es decir, que dependiendo de lo que respondas, la acción tomará uno u otro cariz. Puede que tras jugar a The Longest Journey tan sólo una sesión continúa de películas de Woody Allen sacien tu sed de diálogos, pero es que el juego de Funcom batió récords en ese sentido.
¿Los puzzles? Bueno, las promesas hablan de enigmas que se quedan en el término medio. Lo típico, que irán creciendo en dificultad a medida que avanzamos en el juego. Nosotros hemos resuelto uno. El de la demo, claro. Tenías que entrar en una mansión. Haces lo típico, intentar acceder al interior por las buenas. Llamas al interfono y te presentas como agente de la ley. El mayordomo no te abre, faltaría más. Así que te vas a un lado del jardín, y platicas con un trabajador que arregla los setos. El tipo maneja con destreza las tijeras de podar.
En fin, el caso es que tienes que prenderle fuego a unas plantas y hacer que el jardinero salga pitando en busca de agua con la que aplacar el incendio. Aprovechando la ocasión coges las tijeras. Caminas hacia otro lado de la mansión, donde puedes separar unos hierbajos y cortar la alambrada electrificada que protege la casa. Haces un par de cosillas más y ya estás dentro. Ese era el puzzle. A grandes rasgos, claro. ¿Dificultad? Vosotros juzgareis, pero desde nuestro punto de vista justa. Muy justa.
Y no es que la trama del juego no de para mucho. El guión o más bien la historia que se cuenta, lo único que podemos juzgar sin una versión definitiva entre las manos, parece prometedora.
Viajemos al año 1000 antes de Cristo y acerquémonos a un extraño rito que se está celebrando en la construcción megalítica más importante del mundo: Stonehenge. Un grupo de druidas, conscientes de la extinción de su orden religiosa, está intentando perpetuar su poder en generaciones futuras. Sin embargo, tres o cuatro religiosos temen que el rito acabe por ser contraproducente, de manera que sus dudas hacen que la ceremonia quede incompleta. Misterioso comienzo para un juego. Adelantémonos ahora muchos años en el tiempo. Estamos en la época actual y somos Brent Halligan, un detective del cuerpo de Scotland Yard.
Poco aseado, derrotado, cínico y consumido por el escepticismo. Estamos investigando un extraño caso de asesinato. Indagamos un poco y llegamos a la conclusión de que el homicidio puede estar conectado de alguna manera con una especie de ritual. Para confirmar nuestras sospechas, acudiremos a preguntarle a la doctora Turner, reputada científica. Ella nos pone ante la buena pista: el asesinato tiene reminiscencias druídicas. Una cosa lleva a la otra y acabamos por descubrir que un personaje de la alta sociedad, Lord Sinclair, sabe mucho más de lo que parece....
Hasta ahí lo que podría ser un pequeño resumen de la trama del juego. Da la sensación de tener un buen arranque. La mezcla de fórmulas, en la que tienen cabida elementos del género fantástico, el terror y la novela negra, parece sugerente a priori. ¿No sería maravilloso jugar a una mezcla de Gabriel Knight, X-Files y Discworld Noir? Demasiado bonito para ser cierto.
Aunque The Mystery of The Druids no esté llamado a revolucionar las bases del género, sí puede tratarse de una muy correcta aventura que nos servirá de parche para la escasez y de aceite para las neuronas. Ahora recemos para que alguna alma caritativa nos lo ponga alcance de la mano. Repetid conmigo: Jesusito, Jesusisto, que eres niño como yo...
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