Análisis de The Crew Motorfest, ¿una alternativa a Forza Horizon 5?

Por tierra, mar y aire. Los vehículos son los protagonistas de The Crew Motorfest, una nueva entrega de la saga de conducción de Ubisoft Ivory Tower, que regresa con su capítulo más ambicioso hasta la fecha. El festival Motorfest convierte a Hawái en una fiesta del motor, una explosión de colores y de rugidos sobre el asfalto, que recorre la isla de norte a sur y de esta a oeste. El juego sigue una estructura similar a Forza Horizon 5, lo que significa que participaremos en emocionantes carreras, realizaremos desafíos y nos haremos con nuevos coches, que podremos personalizar. La cuestión que muchos se harán: ¿Es tan bueno como la obra de Playground Games?

El tono festivo no es nuevo en los títulos de Ubisoft. Juegos deportivos como Riders Republic ya apostaban por esa estética e invitaban a los jugadores a buscar y a compartir su propia identidad a través de la figura del protagonista. Habida cuenta de que The Crew Motorfest sigue la misma filosofía, la personalización es una de las claves del videojuego. Podremos crear y editar a nuestro piloto desde el primer momento, elegir su ropa, modificar su aspecto físico y llenar el garaje de vehículos.

El exotismo hawaino marina bien con un juego de estas características, tan colorido y desenfadado. Es, como decíamos, una celebración por todo lo alto, una fiesta de la conducción. Sin embargo, introduce ciertos elementos culturales, como también lo hace la saga Forza Horizon. No todas las carreras son una competición, a veces sirve para conocer detalles sobre Hawái, sus localizaciones y su cultura. Un narrador cuenta todas estas historias, que nos sumergen en la ambientación y nos dejan actuar como turistas mientras conducimos. Una pena que no haya sido doblado al español, ya que leer subtítulos es complicado cuando hay que estar atentos a otras cosas. Ya se sabe, si conduces ni bebas ni quites los ojos de la carretera.

Las Playlist, el corazón de The Crew Motorfest

El mundo abierto de The Crew Motorfest ofrece divertimento y actividades varias, pero el núcleo jugable se centra en las Playlist, que vienen a ser una serie de carreras o actividades enmarcadas dentro de una misma temática. La propia naturaleza conceptual del videojuego nos anima a explorar la isla y a realizar las actividades a nuestro ritmo, de forma que el orden a la hora de completar las Playlist no está preestablecido. Podemos completar una carrera de una de ellas y luego saltar a otra diferente, aunque algunas solo se desbloquean a cumplir ciertos requisitos previos.

La faceta cultural no se limita a los escenarios, sino que se extiende a la cultura del motor, la Historia de ciertas marcas, los estilos de conducción o los vehículos. El enfoque pedagógico es bienvenido, ya no solo para los seguidores del motor, sino también para todos aquellos profanos que no distinguen un Ferrari de un Lamborghini.

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Una buena idea es comenzar con Hawaii Scenic Tour, porque viene a ser un recorrido turístico por la isla, sin más pretensiones que escuchar las historias y descubrir cuáles son los bellos emplazamientos que nos rodean. Deja de lado la competición y sirve de primer contacto, si bien el prólogo intercala varias Playlist y nos deja probar distintos tipos de vehículos.

No pueden traer Japón a Hawái, pero sí diseñar una Playlist que simule la noche japonesa, una prueba de la variedad que podemos encontrar en The Crew Motorfest. Vintage Garage es para los aficionados a los coches de los 50-80, mientras que Automobili Lamborghini remite una carta de amor a la marca. Ubisoft Ivory Tower se ha esforzado en insuflar experiencias diversas a las Playlist para que no se limiten a las carreras, así que también podemos competir por el acelerón más rápido o los derrapes in extremis. El youtuber de Rule of Streets nos hace elegir entre coches para ver cuál de ellos tiene un mejor desempeño en la carretera, mientras que Motorsports nos pone al volante de vehículos monoplaza. Prueba coches eléctricos, motos, lanchas y aviones, todo sirve.

En total hay quince Playlist diferentes:

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Hawái, su mundo abierto y la conducción

La elección de Hawái aporta la diversidad de biomas que The Crew Motorfest necesita: desde ciudades hasta bosques, playas, montañas y zonas desérticas. Se trata de un mundo abierto preñado de detalles, pero un poco incómodo de transitar. No le hubiera venido mal un sistema de viaje rápido más ágil, porque se va desbloqueando muy poco a poco. De todos modos, casi desde el principio del juego obtienes una lancha y un avión, por lo que —sobre todo desde el aire— llegar al destino es mucho más rápido.

Ubisoft ha escondido desafíos dentro del mundo: superar una serie de kilómetros en x tiempo, buscar tesoros, misiones de fotografía, pasar por zonas marcadas... no es que estén mal, pero como suele ocurrir en los títulos tan abiertos lo que al principio es fresco al final se convierte en una actividad repetitiva. Tanto las victorias en las Playlist como la superación de desafíos se unen intrínsecamente al sistema de progresión, que se basa en la subida de nivel y en la obtención de recompensas. También ganamos dinero de juego que podemos invertir en nuevos coches y en mejoras.

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La conducción arcade es simple pero efectiva, si bien no tiene la profundidad de Forza Horizon 5. Esto se debe a que los vehículos del mismo tipo no se diferencian en demasía, ni siquiera cuando modificamos los coches con las piezas de equipamiento que obtenemos como recompensa o compramos. Y eso que algunos componentes otorgan ventajas una vez equipadas. Además, el pilotaje de las lanchas y los aviones no nos ha parecido muy satisfactorio.

La inteligencia artificial crea situaciones en las que da la impresión de que la habilidad del jugador queda en un segundo plano. En alguna de las carreras, hemos sido testigo de cómo nos superaban nada más empezar, de manera que era casi imposible alcanzarles. Depende en gran medida del modo de dificultad, que no siempre lo vemos bien balanceado.

The Crew Motorfest hace equilibrios entre el realismo de la cultura automovilística y la fantasía de la conducción, que es lo que se explora en este juego. Se crea una ficción en torno al mundo del motor, que también se impregna de elementos fantasiosos como el uso del Nitro, una mecánica que nos brinda la oportunidad de utilizar el turbo durante la carrera. Hay que elegir bien cuándo hacerlo, pero cuando se logra en el momento justo puede generar dinámicas trepidantes.

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Un apartado audivisual bastante competente

En el apartado audiovisual destaca la presentación de cada una de las Playlist, cuidadosamente rodadas en acción real. Gráficamente rinde a un nivel bastante aceptable, sin ser uno de los más punteros del género. Encontramos cierta irregularidad en el diseño de los coches, pues se percibe que algunos están más trabajados que otros. Por lo general, hallamos buenos efectos climatológicos, densidad de la vegetación, texturas y distancia de dibujado. Eso sí, es difícil distinguir los vehículos “fantasma” de los que no lo son, de modo que a veces te chocas creyendo que vas a traspasarlo. Sin sistema de desperfectos, las físicas necesitan algo más de trabajo, ya que a veces parecen autos de choque.

Las comparaciones son odiosas, pero si lo ponemos de tú a tú con otros juegos del género (ya sea arcade como Forza Horizon 5 o simulador, como Gran Turismo 7 o Forza Motorsport), el sonido de los coches es demasiado homogéneo. Por otro lado, se echan en falta más temas, pese a que hay emisoras de radio de sobra.

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En el modo online se echa de menos la opción de la carrera rápida, aunque tiene algunas ideas frescas como el divertidísimo battle royale Demolition Royale, que comienza en avión y se transforma en un diablo sobre ruedas por equipos. Manejamos un coche, cogemos potenciadores y nos dedicamos a arrollar a los rivales. La pena es que sea un título siempre online. Por lo demás, una alternativa más que decente a Forza Horizon 5. Es el mejor de la saga.

The Crew Motorfest ya está disponible en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S y PC.

Análisis de la versión PS5. Código proporcionado por Ubisoft.