Stunt Racer 64 (Nintendo 64)
Aunque es casi seguro que en España no podamos "volar" con las carrocerías de Stunt Racer, os avanzamos lo que ha sido una de las trayectorias más tortuosas y desesperantes del mundo de la automoción en Nintendo 64...
La primeros datos que se dieron parecían indicar que, o bien se replanteaba el desarrollo, o eso quedaría erradicado de la lista de lanzamientos de la por el momento, responsable de que aquello fuera a buen puerto. Aunque a pesar de todo, la cosa no parecía ni moverse. Ninguna de las dos partes se puso manos a la obra para a retocar o replantear alguna estrategia que dejara hueco para las dos obras en el mercado. Como narró Cela, es la crónica de una muerte anunciada.
Desgraciadamente, los esfuerzos que apartir de ahí se tomaron fueron en vano. De hecho, nos parece una forma realmente espantosa del desaprovechar el talento de Boss editando su título a unos cuantos videoclubs del país de los 52 estados, y tan siquiera meditar sobre una reincorporación en sus planes de futuro. Sin más vuelta de hoja, hemos de ceñirnos a la página que actualmente se muestra en el historial de esta empresa, en el que suponemos, no sentará muy bien haber estado trabajando duro para ver como comparten estantería con compactos de segunda mano...
Si por algún casual tienes la oportunidad de jugarlo, te percatarás a los dos minutos que el juego sufrió muchos cambios durante su gestación. Incluso da una tenue sensación de vacío entre la que se escapa grandes dosis de creatividad. Para empezar, y siempre salvando que la obra de Atari es mucho más amplia en cuanto al mapeado, los gráficos y parajes de SR64 son un tanto prominentes. No se limita a ejecutar varios decorados repletos de neón, carteles, calles pendientes y túneles enfocados de principio a fin, sino que la variedad salta en favor de elementos móviles en medio de un trazado (de los 12 existentes), más coches, más longitud, y siempre bruñido con la estética post-indústrial que bañaba a su sinónimo. Además de todo este festival en el que se han dado cita efectos de luz impresionantes, derrapes firmados hasta la eternidad en el asfalto, modelados de aupa, y con una absencia casi total de popping, hemos quedado cautivados por payasos gigantes de sonrisa bufona que ponen los pelos de punta al más pintado, y hasta un dragón que habita en páramos gélidos que escupen masas de hielo a tus pasos.
Entonces, con este aviso, seguimos preguntándonos el porque de su desaparición. Contando que muy probablemente este no haya sido el resultado definitivo que tenían en mente sus responsables, estamos casi seguros que alcanzaría las dosis de jugabilidad del premiado Rush. Sin embargo, es aquí donde puede flojear el conjunto. Un control algo arisco, al que se le escapa de vez en cuando de la estela una cámara que pierde el septentrión, no es precisamente lo que esperábamos de algo donde por lo menos la caligrafía, es la misma que World Driver.
Con todo, tiene un par de similitudes más con títulos de su especie. El recientemente estrenado modo para realizar piruetas también está presente, aunque acompañado por uno principal basado en los duelos, puntuaciones, ganancias de créditos, y el conocimiento de tus rivales, más una opción que permite jugar a fútbol con una balón de crasas dimensiones emulando a Monster Track Madness, o al ahora jurásico Street Racer. Compartiendo con ellos, entre otras cosas, una calidad discreta del sonido y músicas machacones que desentonan con parajes que circulan a no menos de 30 Frames y rebosantes de condimentos.
No es tan tremendamente maniobrable como Top Gear, ni con los detellos de la técnica que supuso el cartucho del premio de Turismos, pero si es digno de estar en las calles de todo el mundo codeándose con miles de juegos que por menos méritos, no deberían ni haber dignado en editar. Esperamos con ansias que Boss intente resarcir esta mala experiencia lo más pronto posible, aunque a nosotros nos ha encantado el resultado de lo que en realidad no sea más que una BETA...
- Conducción