Sonic Riders: Zero Gravity, Impresiones

Sonic vuelve a pasearse por nuestras Wiis para dar continuidad a la franquicia 'Riders', iniciada hace dos años en GameCube. Prepárate para vivir las carreras más llenas de velocidad, acción y adrenalina en estado puro, todo de la mano del celebérrimo erizo azul y del resto de sus amigos. En Meristation ya hemos jugado a Zero Gravity, ¿Quieres saber qué nos ha parecido?

Si tuviésemos que elegir a la desarrolladora que más empeño está poniendo en ofrecer un catálogo amplio y de calidad para Wii, rotundamente, y sin lugar a dudas, SEGA sería la compañía elegida. Desde Sonic y los Anillos Secretos, hasta su última propuesta, NiGHTs Journey of Dreams, pasando por Ghost Squad, Mario y Sonic en los JJOO, o Super Monkey Ball, SEGA ha demostrado que quiere estar de nuevo en lo más alto y recuperar la gloria que en otra época disfrutó a base de juegos y más juegos.

Uno de los ejemplos más claros de los esfuerzos de la compañía nipona se puede observar en cómo ha estrechado los lazos con su antaño eterna rival, Nintendo. Fruto de esta unión han salido varios títulos en los que las mascotas de ambas compañías comparten protagonismo, como el juego oficial de las olimpiadas de Pekín, o el esperadísimo Super Smash Bros Brawl, amén de las exclusividades anteriormente citadas sólo para Wii.

Sonic Riders Zero Gravity comienza con la caída de un meteorito en plena noche en los almacenes de robots de Meteor Tech -qué irónico-. Los misteriosos poderes del artefacto espacial con forma de anillo hacen que los robots cobren vida automáticamente, sumiendo al día siguiente a la ciudad en el más completo y absoluto de los caos. Afortunadamente, Tails vislumbró el impacto, y tras recoger el artefacto espacial, se dispone a investigar la procedencia del anillo y su efecto sobre los robots. Tras un aparatoso primer encuentro con los autómatas,  Sonic, Tails y Knuckles descubrirán que el meteorito tiene poderes especiales, otorgando a su portador la habilidad de controlar la gravedad.

Como ya podréis imaginar, esta nueva aventura de la saga Riders bebe directamente de uno de los principales referentes en lo que a 'carreras locas' se refiere, Mario Kart. Por lo tanto, no tendremos que preocuparnos exclusivamente de llegar el primero a la meta, si no que también tendremos que aprender a utilizar sabiamente los objetos y power ups que vayamos consiguiendo durante el trazado, ya que una buena bomba o un turbo gravitacional en el momento oportuno pueden inclinar la balanza a nuestro lado.

Además, en esta ocasión tendremos un apartado jugable lleno de posibilidades. Para empezar tendremos tres personajes más que en su anterior entrega, completando un variado elenco de dieciocho corredores que como ya sucediese en el Sonic Riders original, se dividirán en tres grupos -velocidad, fuerza y vuelo- que harán que determinadas habilidades estén potenciadas frente a las del resto, ofreciéndonos un amplio abanico de posibilidades de juego.

Otra de las novedades interesantes se encuentra en el modo tienda, en el que podremos comprar nuevos vehículos con sus habilidades aumentadas si hemos recolectado suficientes anillos durante las carreras, que además de para comprar, también nos servirán para 'liberar' el poder de nuestra tabla e incrementar la velocidad durante la carrera o transformarla en uno de los vehículos citados anteriormente.

Además de todo lo citado anteriormente, el principal rasgo distintivo a nivel jugable se encuentra en el uso de la ingravedad, como el mismo nombre del juego indica. Gracias a la Estrella Fugaz conseguiremos eliminar durante unos instantes la gravedad que nos rodea, consiguiendo una propulsión sónica que alterará devastadoramente los escenarios y nuestro entorno, y que nos permitirá acceder a nuevos recorridos situados en las paredes o el techo. Gracias a esta nueva característica, cada circuito será una nueva experiencia cada partida gracias a las tres formas de jugarlo con sus tres tipos de itinerarios, ya sea recorriéndolos en Extreme Gear, mediante un vehículo especial, o con gravedad cero.