Snipperclips - ¡A recortar en compañía!
Análisis Snipperclips - Los recortes también pueden ser divertidos
Si disfrutabas de peque con unos cuadernos y tijeras haciendo recortables, con Snipperclips no solo recuperarás esa sensación, sino que la expandirás resolviendo situaciones inesperadas mientras te echas unas risas con tus amistades.
Muchas veces al ilusionarse con un videojuego, la tendencia natural es la de centrarse en el concepto y su potencial, pero a la hora de la verdad, lo que realmente importa es el resultado, su materialización: una gran ejecución puede maquillar un concepto simple, pero una pésima ejecución es capaz de arruinar la mejor idea. Por suerte Snipperclips es un ejemplo con mayúsculas de lo primero.
Y es que pocas premisas pueden ser más simples que la que nos propone este título de Nintendo: recortar un par de trozos de papel. De ese punto de partida, sin embargo, surgen multitud de distintas posibilidades jugables, algunas tremendamente originales, todas basadas en el concepto de la colaboración. Porque este es un juego que se puede jugar solo (alternando entre personajes), pero que se disfruta en compañía.
No es una simple casualidad, de hecho, que este juego se distribuya como complemento del segundo par de Joycon, pues no podremos sacar todo el jugo al juego sin reunir a cuatro amigos, cada uno con su mando, ya que uno de los modos es directamente exclusivo para cuatro jugadores.
Mimado al detalle
Si algo llama la atención al iniciar este título, es lo cuidado de todos sus elementos. Y no se trata solo de que se vea bonito, sino de aspectos que hacen que la experiencia del jugador sea mucho más grata.
De ellos, el más importante, las expresiones, gestos y sonidos de los dos trozos de papel protagonistas. Tomando inspiración del cine mudo, no necesitan decir ni una palabra para transmitirnos toda clase de emociones y dejar claro que tienen mucha personalidad, bastante atrevida y un poco pilla, dicho sea de paso.
También se ha realizado un excelente trabajo en personalizar cada uno de los tres mundos en los que se engloban los niveles: cuaderno travieso (basado en el mundo de la papelería), retrodiversión (inspirado en la estética de los juegos clásicos) y ciencia alternativa (una loca parodia de un laboratorio).
Y más allá, de la imagen, los efectos de sonido son también una auténtica delicia, no tanto la música, que ambienta perfectamente, pero podría mostrar una mayor variedad pues se acaba haciendo algo repetitiva sin llegar a ser un problema.
La jugabilidad, un equilibrio entre puzle y acción
El mimo se extiende a la propia mecánica de cada nivel, donde se nos plantea siempre un reto tan mudo como los protagonistas: nuestro primer reto será descifrar qué debemos hacer ya que no hay instrucciones o explicaciones. Unas veces será un recortable en el que deberemos adivinar qué cortes son necesarios en nuestros personajes para rellenar la silueta indicada.
Pero otras veces los retos, sin dejar la cabeza de lado, ponen a prueba también nuestra agilidad, como mover unos huevos a unos nidos sin caerse cortando y moviendo a nuestros personajes para que hagan de puente, recortándonos para girar tuercas, encestando canastas, ayudando a nuestra silueta a ser fácil de atrapar por una grua, empujando una luciérnaga hasta dentro de una bombilla, cortando el camino a una vagoneta para que atraviese un camino con diamantes…
La variedad de puzles es mayor de la que el concepto podría dar a creer y aunque suele haber un par o tres de puzles basados en cada mecánica en total, la sensación es de gran variedad. Por otra parte es de destacar el trabajo de prueba y error realizado durante el desarrollo, pues la propia mecánica de los puzles, y la enorme variedad de cortes o movimientos posibles hace que el riesgo de no poder completar un puzle por no rellenar perfectamente una silueta, por ejemplo, fuese muy alto. Pero sin embargo parecen funcionar en todo caso y circunstancia sin problema. Se nota mucho de nuevo el mimo puesto en este juego.
En compañía o solo
Como se indicaba al principio de este análisis, el juego puede jugarse en solitario, tanto en modo portátil con los joycon acoplados como con un solo joycon en modos tv o sobremesa. El juego no es compatible con ningún otro mando o configuración de mandos, por lo que no se puede jugar con el joycon grip o con el mando pro. De hecho, entrar al juego usando este mando dejará al jugador “atrapado" pues ni siquiera el botón HOME funciona una vez dentro del juego. La única solución será buscar nuestro joycon derecho, se para jugar o volver al menú, en una decisión difícil de entender.
Pero mandos aparte, en este modo utilizaremos el botón X para alternar entre cada personaje, mientras el otro se quedará congelado en la posición que se encuentre. De esta forma el juego es divertido, pero no desata todo su potencial que se obtiene cuando juegas en compañía. Y es que la propia mecánica se presta a colaborar, pero también a molestar, a picar a nuestro compañero, a cortarnos, a hablar sobre qué pasos dar, y ahí reside una parte importante de la diversión.
La experiencia se multiplica a dobles y crece de forma exponencial a cuatro, pues hay un mundo exclusivo de puzles pensados para usarse con dos pares de Joycon, que lógicamente solo podremos disfrutar cuando consigamos traer colegas a casa.
Pero no se quedan solo en puzles las posibilidades jugables, el juego incluye tres modos multijugador más que ayudan a alargar la vida útil del juego más allá de los niveles normales: Baloncesto (basado en los minijuegos de encestar que da momentos de gran diversión), Hockey (que nos ofrece un panel de frenético ice hockey con la peculiaridad de poder cortar a nuestros rivales) y Lucha (donde directamente jugaremos a cortar nuestros rivales hasta hacerlos desaparecer). Todos estos juegos admiten de dos a cuatro jugadores. Snipperclips nos llega completamente localizado, si bien cuenta con muy poquito texto.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.