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Slime Rancher

Slime Rancher

  • PlataformaPC8.5XBOPS4
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorMonomi Park
  • Lanzamiento01/08/2017 (PC)21/09/2018 (PS4)
  • TextoEspañol
  • EditorMonomi Park

Análisis de Slime Rancher

Tras más de un año en Early Access, el título de Monomi Park ha crecido y evolucionado hasta convertirse en una de las mejores opciones para granjeros virtuales. Te contamos lo que pensamos.

Hace unos años se pusieron de moda los juegos incrementales, juegos en los que toda la jugabilidad y recompensa se basa en inundar al jugador con recompensas por el simple hecho de continuar jugando. Cookie Clicker, el padre del género, proponía al jugador regentar su propio negocio de galletas cuyo principal método de obtención era el simple click. Así, por cada click el jugador obtenía una galleta, posteriormente pudiendo comprar abuelitas que aumentaran la progresión para al cabo de unos días convertirnos en un auténtico titán de la industria. Ni siquiera jugar era necesario para que nuestra “empresa” creciera en un mundo donde las acciones nunca bajan. Slime Rancher toma inspiración de este género pero decide aportar un toque de cariño, refinamiento y originalidad que resulta en un título muy especial.

El juego nos propone encargarnos de nuestro propio jardín de slimes. Estos seres gelatinosos nos proporcionarán plorps, moneda intergaláctica de uso común entre otros jardineros de gelatinas. La obtención de estos excrementos de gelatina es el eje central sobre el que gira la experiencia jugable que tiene dos componentes centrales. El primero y menos significativo consiste en explorar el mundo jugable para obtener gelatinas. El mundo de Slime Rancher presenta una gran variedad de ecosistemas que tendremos que aprender a atravesar si queremos acumular gelatinas para nuestra granja. El segundo, que ocupará la mayoría de nuestro tiempo, es la granja en sí. Gran parte de nuestros días consistirán en alimentar a nuestras gelatinas con sus correspondientes sustentos, recolectarlos al salir de dichas gelatinas y recolectar nuestra recompensa por los mismos. Usaremos dicha recompensa para mejorar nuestra granja con nuevos y flamantes edificios. Lo que a simple vista puede parecer un juego excesivamente simple resulta tremendamente adictivo por su ejecución.

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Acción en la granja

Slime Rancher es, a efectos jugables, un shooter en primera persona. Nuestra entrañable protagonista viene equipada con un arma que recuerda a una mezcla entre la famosa arma de portales y la aspiradora de los Cazafantasmas. Con el botón izquierdo del ratón podemos absorber cualquier elemento jugable y con el botón derecho podemos dispararlo. Así, usaremos estas dos simples acciones para absorber o disparar gelatinas aliadas o enemigas, alimentos e incluso patitos de goma o bolas de discoteca (más sobre eso después). Afortunadamente el juego cuenta con una precisión tanto a la hora de movernos como de apuntar que hace que resulte extremadamente satisfactorio realizar cualquier acción. Correr por el escenario, absorber una gelatina, dispararla hacia el lejano horizonte y verla desaparecer en el infinito… todo ello te deja sonriente al ver el claro esfuerzo que se ha puesto para crear un mundo donde cada sensación sea agradable.

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El mundo que acecha a las afueras de nuestra apacible granja es un amalgamiento de ecosistemas gelatinosos y dispares escenarios que no nos cansaremos de recorrer durante las quince a veinte horas que dura el juego. Cada vez que salgamos a explorar nos toparemos con una auténtica jungla donde el más fuerte sobrevive. Las gelatinas se comen unas a las otras y son capaces de evolucionar si consumen los plorps de una gelatina diferente, combinando sus propiedades. Por supuesto toda esta información será útil a la hora de atender a las necesidades de nuestra granja pero mientras tanto la usaremos para explorar el hostil territorio de las gelatinas y secuestrar a cuantas sea necesario para comprar mejores corrales en u nuestra granja en el futuro cercano.

La jugabilidad de exploración se mantiene entretenida gracias en gran parte a una enorme variedad de gelatinas. Desde las más simples, rosas, hasta gelatinas gatunas, radioactivas, rocosas, doradas, ardientes, melosas… no nos faltarán tipos de gelatinas que coleccionar y eventualmente exprimir en busca de plorps. A medida que juguemos iremos también consiguiendo llaves a base de alimentar a gelatinas especialmente gordas hasta que exploten. Sí, el mundo de Slime Rancher es curioso. Dichas llaves nos permitirán acceder a nuevas zonas, recordándonos en el proceso a los juegos de cierta cazarrecompensas interestelar (¿estarán conectados los mundos de Metroid y Slime Rancher?). Sumémosle una serie de mejoras que incluyen un como jetpack, numerosos tesoros escondidos por todos los escenarios y el diseño de niveles de Slime Rancher recuerda, como su jugabilidad, más a un juego de tiros de los años noventa que a los clickers que discutíamos.

Una vez recolectamos las gelatinas suficientes llega el momento de asegurarnos de sus seguridad y buena alimentación, pues no hay nada más valioso que sus preciosos plorps. Cada gelatina tiene un alimento favorito que la hace producir el doble de los mismos así como un comportamiento único que las hace ser habitualmente insoportables. Al unirse varias gelatinas en una jaula conspiran entre ellas como si de un gang carcelero se tratase para salir de dicha jaula, formando en ocasiones formidables pirámides gelatinosas que suelen resultar en más gallinas muertas de las que querrías. Dada su tendencia fugitiva conviene apoquinar y comprar pronto las mejoras de las jaulas que ayudan a la contención del colectivo gelatinoso.

Economía gelatinosa

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La alimentación de nuestras gelatinas también tiene un papel protagonista y dos caras principales. Como en nuestros propios ecosistemas hay gelatinas herviboras, carnívoras, fructivoras y omnívoras (las glotonas gelatinas rosas que primero encontramos). Por regla general, cuanto más difícil sean de alimentar más valiosos serán sus plorps. Así, aquellas gelatinas que disfrutan igual de una zanahoria que de un suculento muslo de pollo tardarán más en enriquecernos que la gelatina gourmet. Para ayudarnos a mantener a nuestro ganado bien alimentado tenemos corrales para gallinas y campos para cultivos. Cada celda de nuestra granja puede ser una jaula de gelatinas, un corral o un campo de cultivo dependiendo de la preferencia del jugador. Unas agresivas gelatinas de petróleo que aparecen al anochecer hacen recomendable comprar espantapájaros en cada celda independientemente de nuestro estilo, eso sí.

Todo esto servirá para ir mejorando nuestra granja, comprando los territorios circundantes y participando en un programa de mejoras interestelares que nos permitirá desbloquear numerosas mejoras para nuestra granja desde distintos colores hasta mejores expansiones. Mención especial para los juguetes de gelatina sin los cuales no sabríamos lo adorable que es un grupo de gelatinas rocosas jugando con una bola de discoteca. Como consejo al lector conviene desbloquear primero el Laboratorio, cuyo exorbitante precio escoge un sistema de mejoras alternativos que requiere recursos específicos, pero suele dar tremendas ventajas.

Acompañando la agradable jugabilidad viene una excelente banda sonora que no hace sino facilitar el trance que el resto del juego induce. Una instrumentación dulce sin vocales nos lleva a ese lugar apacible en el que reside uno mientras juega a Slime Rancher. Los adorables grititos de las gelatinas, el delicioso sonido de succión del arma que blandimos o el delicioso pop cuando disparamos a una gelatina hacia un futuro incierto contribuyen a atacar ese lugar en nuestro cerebro que nos hace estar a gusto.

Nota: hemos jugado al juego en su versión de Steam.

8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.