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Shogun 2: Total War

Shogun 2: Total War

A la conquista de Japón

La serie Total War ya se ha convertido en un referente de la estrategia para PC, gracias a abundantes entregas de calidad. Con más de una década de éxitos a sus espaldas, The Creative Assembly ha decidido volver a sus orígenes y ofrecernos una nueva visión del juego que dio origen a todo: Shogun.

La espera ha llegado a su fin: el juego que todos los amantes de la estrategia estaban esperando con ansia por fin llega al mercado. The Creative Assembly ha conseguido forjarse una leyenda en el género gracias a la excelente calidad de todas las entregas de su franquicia estrella, Total War. Una serie de títulos que comenzó, curiosamente, con el primer Shogun y ante la cual este nuevo capítulo se antoja casi como cerrar un círculo y regresar a unos orígenes humildes más de una década después. En gran medida, este Shogun 2 es similar a lo que fue en su momento Medieval II, es decir, recoge el planteamiento de la primera entrega y, manteniendo una misma dinámica y ambientación, aprovecha las nuevas tecnologías para poner al día dicho título.

Pero a diferencia de la entrega medieval, la diferencia entre las dos entregas de Shogun es mucho más notoria, fundamentalmente debido a que han pasado tantos años entre ellas, además de abundantes entregas y expansiones de la franquicia, que la comparación entre ambos títulos no tiene sentido siquiera, dado que son tan diferentes como la noche y el día pese a mantener una directrices básicas similares. Tras el desencanto que supusieron las últimas entregas para algunos sectores de aficionados, Shogun 2 vuelve con fuerza y con la intención de redimir a la franquicia a ojos de todos y revalidar su título como referente del género de la estrategia en PC. Y lo cierto es que, pese a no ofrecer grandes ni drásticas innovaciones con respecto a entregas anteriores, el sabor de boca que deja es, sencillamente, excelente.

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Tiempo de guerra en Japón
Al igual que la primera entrega, y tal y como su propio nombre entrega, Shogun 2 nos lleva de vuelta al Japón del siglo XVI, tras la guerra de Onin, a un país que en aquel momento se encontraba devastado por culpa de la guerra entre los distintos shogunes. Como es habitual en un país en tan mal estado, no tardaría en iniciarse un enfrentamiento político y militar entre los nueve grandes señores de la guerra, cuyo objetivo final era alzarse con el poder. En esta guerra, ninguno de los involucrados dudaba a la hora de recurrir a todo tipo de artimañas, aunque eso supusiese la destrucción de ciudades tan importantes para el país como Kioto. Precisamente este será el papel del jugador, que deberá encarnar a uno de estos líderes militares y llevar a su clan hacia la victoria.

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Los clanes que tendremos a nuestra disposición serán nombres tan reconocibles para los amantes de la historia nipona como Chosokabe, Shimazu, Date, Hojo, Mori, Oda, Takeda, Tokugawa y Uesugi (además de otros menores que poblarán el mapa aunque no podremos controlarlos). Como siempre, cada uno de estos clanes tendrá sus propias características: empezarán con diferentes territorios, tendrán algunas unidades propias (aunque sean diferencias menores), comenzarán con una serie de enemigos y aliados, tendrán objetivos particulares, etcétera. Sus diferentes situaciones geográficas se plasmarán también en los recursos que cada región puedan ofertar al clan, además de posiciones estratégicas de cara a afrontar el acercamiento a las regiones colindantes por tierra o mar. Tal es así que cada clan tendrá asignado un nivel de dificultad (independiente al nivel de dificultad de la campaña), junto con un completo resumen de características generales, para que el usuario sepa qué esperar de cada familia.

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Siguiendo con la tradición de la franquicia, de estrategia pura, Shogun 2 se centra fundamentalmente en la libertad del usuario para conquistar o sobrevivir de la manera que considere apropiada, sin imponerle unas líneas de avance. Es por eso que a nivel narrativo tan solo tendremos secuencias de vídeo para presentarnos a cada uno de los clanes, pero lo interesante de Total War siempre ha sido que a partir de ese momento, la historia la escribimos nosotros mismos sobre el mapa y el campo de batalla. En ese aspecto, Shogun 2 saca matrícula, ya que consigue ofrecernos una interesante presentación de todos los elementos, hasta el punto de que desarrollaremos vínculos emocionales con algunos generales y miembros de nuestra propia familia.

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Modos de juego
Una de las características más interesantes de la franquicia Total War, que es su variedad de modos de juego, se ve aquí reflejada una vez más, posiblemente incluso potenciada. Para empezar, tendremos el tradicional modo Campaña en el que, tal y como comentamos anteriormente, podremos seleccionar a uno de los clanes disponibles e intentar conquistar Japón. Como es habitual, tendremos la opción de personalizarla ligeramente, determinando el tipo de juego que queremos (campaña corta, larga o dominación mundial), así como el nivel de dificultad (cinco niveles disponibles que van desde fácil hasta legendaria). Ya solo con este modo y con los diversos clanes disponibles, estaríamos ante un juego muy completo y longevo, pero The Creative Assembly no se limitó solo a esto.

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Además, tendremos la posibilidad, también habitual, de revivir batallas históricas como las de Okehazama (1560), Kawanakajima (1561), Kizugawaguchi (1578)  o Sekigahara (1600), todas ellas recreadas con una gran fidelidad a los acontecimientos reales. Pero donde más se ha mejorado es en el modo multijugador, donde aparte de los habituales combates directos, ahora tendremos la opción de disfrutar de un modo de juego que se podría clasificar de MMO al tratarse de un mundo persistente en el que iremos evolucionando y conquistando el mapa a nuestro alrededor. El primer paso será crear nuestro avatar, personalizando algunas de sus características y bandera antes de saltar al mapa de Japón. Este será una versión simplificada del que disfrutamos en el mundo campaña, pero mantiene las regiones.

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Eso sí, estará habitado por los clanes de otros jugadores y nuestro objetivo será vencer en diversas batallas para ir ganando territorios y adquirir de esta manera nuevos objetos y unidades (cada región tendrá sus propias particularidades en este aspecto). Tendremos también abundantes posibilidades para gestionar nuestro ejército y determinar nuestras tácticas para los combates; además, en cada batalla iremos ganando puntos de experiencia (aunque perdamos) que permitirán que subamos el nivel de nuestro ejército y de nuestro avatar. De hecho, este contará con sus propios árboles de habilidades en los que podremos determinar el camino que queremos seguir para potenciarlo del modo que consideremos apropiado. Este modo resulta muy interesante y oferta un importante número de horas de diversión que harán las delicias de los amantes de la estrategia.

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Sistema
A nivel jugable no hay grandes novedades de la mecánica de la serie Total War. Podría decirse que Shogun 2 es el resumen y homenaje perfecto a diez años de evolución de la franquicia, ya que recoge todos y cada uno de los elementos que han sido objeto de elogios y éxitos a lo largo de las entregas anteriores y los pule para darles una pincelada de su propia personalidad. A nivel básico, cualquiera que haya disfrutado anteriormente de una entrega de Total War sabrá qué se va a encontrar en Shogun 2 y cómo afrontar el sistema de juego, sin sorpresas en este aspecto. Eso sí, se han añadido pequeños matices de mejora que se harán notar e influirán directamente en la jugabilidad, pero el conocimiento previo del sistema favorecerá una rápida y agradecida asimilación de los nuevos conceptos.

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Como siempre, el juego se divide en dos tipos de dinámica, la estrategia por turnos sobre el mapa de Japón y la estrategia en tiempo real en el campo de batalla. Según nuestras preferencias, podremos disfrutar de ambos tipos de juego o bien limitarnos solo a un sistema, de modo que, por ejemplo, si no somos grandes estrategas de combate podremos evitar contundentes derrotas de nuestras tropas debido a nuestros errores inocentes. En el mapa de campaña tendremos que preocuparnos de todos los devenires políticos, sociales, ideológicos, tecnológicos, económicos y militares de nuestro clan. Es decir, por ejemplo, deberemos ajustar los impuestos de tal manera que podamos evitar las revueltas y, al mismo tiempo, financiar el tan necesario ejército para defendernos o atacar las demás regiones.

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Como es tradicional, también podremos mejorar nuestros edificios, desarrollar nuevas tecnologías armamentísticas, crear rutas comerciales por el mar, entablar relaciones diplomáticas con otras facciones, etcétera. Todo esto será de vital importancia dado que la mejora de las rutas revalorizará nuestros territorios, por ejemplo, o una mejor explotación de los recursos gracias a los avances tecnológicos nos permitirá ampliar nuestra riqueza. Las principales novedades en este terreno nos las encontramos en que prácticamente todo tendrá su propio árbol evolutivo, desde las unidades hasta los edificios, y además estos se basarán en distintos principios zen de marcada ideología nipona, pudiendo tomar el camino del dominio de las artes bushido o de las artes chi.

Estos árboles, afortunadamente, estarán muy bien equilibrados, y para toda unidad habrá otra que será su archienemiga y que la pondrá en serios aprietos. En cuanto a unidades de mapa, se han introducido interesantes cambios en el uso de los agentes y de los generales, empezando por el nuevo sistema de experiencia que, como comentábamos anteriormente, permitirá a dichas unidades mejorar sus habilidades y ser cada vez más poderosas. Precisamente en ese crecimiento de los agentes radicará gran parte de nuestro interés en ellos y en evitar sus derrotas o fallecimientos, lo cual nos incitará a no cometer actos poco meditados. Destacar que en esta ocasión la unidad espía, como no podía ser de otra forma, son los ninja.

Contará con una gran habilidad para la infiltración en territorio enemigo, donde podrán llegar a convencer a las tropas enemigas para que abandonen a su señor, abrirnos las puertas de fortificaciones rivales o incluso provocar revueltas en las calles de una ciudad. Importante también será que todo lo que hagamos sea desde el honor, ya que ese sentimiento tan arraigado en la cultura nipona se dejará ver de manera muy marcada en todas nuestras acciones: el honor lo será todo para nuestras unidades y para nuestros enemigos, y la lealtad de todas las unidades puede verse comprometida hasta el punto de que puedan llegar a cometer suicido al sentirse deshonrados. Y aparte de las opciones de mapa, tendremos los siempre interesantes despachos en los que desarrollar la diplomacia con otros clanes.

A grandes rasgos, estos no han cambiado y se trata del clásico intercambio de bienes y favores para pactar treguas, declarar guerras o simplemente abrir rutas comerciales. Sin embargo, se han añadido nuevas opciones muy interesantes, como la posibilidad de liberar rehenes o de casar a nuestras hijas con los hijos de otros clanes para así fortalecer nuestras posiciones con una unión matrimonial que puede llegar a suponer la fusión de los clanes con el tiempo. Y además, también tendremos que tener muy en cuenta la estación del año en la que nos encontramos, ya que nuestras tropas desplegadas sufrirán las inclemencias del tiempo y tendremos bajas si, por ejemplo, les atrapa el invierno en las montañas. Son muchos los factores a tener en cuenta en Shogun 2 y, precisamente por eso, el juego se antoja tan completo y satisfactorio en su planteamiento estratégico.

Posteriormente tenemos las grandes batallas en tiempo real, a las que podremos acceder directamente en diversos modos de juego o disfrutarlas cada vez que se dé un choque de unidades en el mapa de Japón durante la campaña (aunque se podrán simular en esos casos). Dichos enfrentamientos se reducen, a grandes rasgos, a la tradicional estrategia de seleccionar tropas, darle una serie de tácticas e indicarle a quién tienen que atacar, pero ahora requieren calcular nuestros movimientos con mucho más cuidado que nunca. Ser un general en el campo de batalla nunca es fácil, por eso mismo el interfaz es mucho más accesible y sencillo que en entregas anteriores, permitiéndonos transmitir las órdenes a nuestras tropas de forma más directa.

Dado que estamos en una época en la que se fusionan las armas tradicionales (arcos y espadas) con las primeras armas de fuego, deberemos meditar con sumo cuidado todo movimiento que hagamos y pensar con mucha calma qué unidades queremos utilizar contra qué tropas, ya que como comentábamos antes, no todas pueden con todas y hay muchas posibilidades de cometer errores. Se han ampliado el número de formaciones posibles y, gracias a los árboles evolutivos de los generales, también las habilidades a nuestra disposición. Destacan también las nuevas unidades heroicas que pueden atravesar las filas enemigas con facilidad y, sobre todo, el mimo que se ha puesto en que el entorno del combate sea lo más fiel posible a la situación del mismo en el mapa de Japón. También habrá batallas navales, que beben directamente de las que vimos en Empire, aunque con algunos pequeños ajustes en el control de los barcos.

Apartado técnico
Cualquiera que haya disfrutado de entregas anteriores de la franquicia Total War se percatará, desde el primer momento, de que el motor empleado es una sencilla evolución del de los últimos capítulos, cuyo espíritu se respira en todo momento. Sin embargo, lo más llamativo es que, al desarrollarse el juego íntegramente en Japón, The Creative Assembly pudo centrarse en esa cultura para transmitirnos la época convulsa que vivió dicha isla. Los entornos, la arquitectura de los edificios, los personajes, las unidades, la evolución de armaduras y armas, el diseño artístico, la música, incluso los árboles evolutivos giran en torno a la cultura nipona hasta tal punto que nos sentimos parte de la historia viva de Japón, bañándonos de la ideología y la forma de pensar de una cultura muy distinta a la occidental.

Esto se hace especialmente notorio ya en el diseño del interfaz, pero también en las pantallas de carga (de gran belleza y acompañadas de poemas, citas y haikus) y en las secuencias de vídeo que nos relatan diversos acontecimientos de la historia de Japón y nos presentan algunas particularidades de esa cultura que se han adaptado a la jugabilidad propia de un título de estrategia de estas características y que, por motivos técnicos, no habían podido incluirse en la entrega original. Incluso en el mapa del modo Campaña nos veremos con una bella recreación territorial de nuestros territorios pero un 2D plano, simulando un mapa dibujado con tinta de la época, que va adquiriendo contornos 3D a medida que lo exploremos. Una de las formas más bellas y estilosas que hayamos visto de representar la niebla de guerra en juego alguno.

Otro elemento muy importante, tanto a nivel jugable como dentro de este diseño nipón que estamos comentando, serán la arquitectura y los entornos. The Creative Assembly se ha inspirado fielmente en la información que se posee de la época (contando, una vez más, con el asesoramiento de Stephen Turnbull, quien ya apoyara a la compañía en la primera entrega) para representar con todo lujo de detalles y la máxima fidelidad las construcciones habituales de la época (como castillos, puertos o aserraderos), así como los accidentes naturales (ríos, montañas, etcétera). Esto implicará, sobre todo en el campo de batalla, que se podrán utilizar estos accidentes y lugares para desarrollar más opciones estratégicas según las facilidades que ofrezca el entorno.

Todo esto está recreado con un excelente acabado gráfico, en el que el modelado y las animaciones individuales de los cientos de soldados se antojan poco menos que soberbias, logrando transmitir una credibilidad, sobre todo en los combates, que todavía no se ha logrado emular en otras alternativas del género. Los excelentes juegos de luces y sombras también juegan a favor de un apartado visual que cautiva desde un primer momento y que se potencia aún más gracias a la posibilidad de mover la cámara a nuestro antojo con rotaciones completas del mapa y acercamientos a la acción. Todo esto con una banda sonora y unos efectos de sonido (sobre todo las voces, tanto en japonés como en español para los tutoriales) de gran nivel y perfectamente adaptados a la época que se recrea en el juego.

9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.