Shadow Grounds

En Shadow Grounds encarnamos un mecánico de la más avanzada base humana, Ganímedes. De repente la luz se va y extraños sucesos empiezan a tener lugar. A nosotros nos toca arreglar la situación. Tener gatillo fácil es requisito imprescindible.

Shadow Grounds es el primer juego de FrozenByte, una compañía finlandesa creada allá por el 2001 y que tiene previsto lanzar varios juegos en los próximos meses. Pero la salida de este primer título no ha sido sencilla. Hace ya casi un año que se tuvo que cambiar el nombre original del juego, Preyground, para evitar a los abogados de 3D Realms, encargados del FPS Prey. El camino ha sido largo, se esperaba la salida del juego para finales del 2005, pero al final el juego ya está en la calle. Y parece ser que la espera ha merecido la pena.

Shadow Grounds es un juego con cierto aire retro. Recuerda a aquellos juegos de los 90 en los que las cámaras cenitales abundaban debido a que el mercado aún no estaba saturado de polígonos con texturas foto-realistas. El juego bebe, en ambientación, de títulos recientes como pueden ser Doom3 o FEAR, pero sin preocuparse tanto por las apariencias e intentando alcanzar otro nivel en lo importante: la diversión.

g u i ó n
El hilo argumental de Shadow Grounds es, por decirlo de algún modo, típico a más no poder. Encarnamos a Wesley Tyler, un jefe mecánico desplazado en la base extraterrestre de Ganímedes. De repente las luces se apagan y empiezan a aparecer todo tipo de alienígenas con ganas destruir nuestra base y a todos sus científicos. Seguro que a más de uno le suena lo que ocurre a continuación…

Como se puede ver, el juego no cuenta con un guión elaborado lleno de giros que nos tendrá enganchados hasta el final, pero resulta un buen recurso de la acción del juego. Además la trama es sólida y no presenta errores. Digamos que es la excusa ideal y mil veces utilizada para liarnos a mamporros con todo lo que encontremos por nuestro camino.

Sin embargo, el juego tal vez se le haga corto a los más curtidos. Shadow Grounds cuenta con casi una docena de misiones de una duración media aproximada de media hora o tres cuartos. No se puede guardar partida durante la misión, lo que nos obligará a repetir más de una desde el principio. Sin embargo, en cada nivel contamos con cuatro vidas que nos permitirán continuar desde un punto cercano a donde nos mataron y, en la mayoría de los casos, deberían de ser suficientes para acabar el nivel sin tener que volver al principio.

Además el juego cuenta con cuatro modos de dificultad que lo convierten en un juego bastante rejugable. Sobre todo si se tiene en cuenta que Shadow Grounds tiene un modo cooperativo, en el que podremos jugar con otros tres compañeros las mismas misiones que hemos jugado solos. Por supuesto la diversión se multiplica. El único inconveniente es que sólo permite jugar desde el mismo ordenador, el juego no tiene modo LAN u online, por lo que tendremos que hacernos con tres pads para poder disfrutar de este modo plenamente.

Y aunque la versión a la que ha tenido acceso Meristation aún no poseía esta característica, los desarrolladores del juego han prometido sacar durante las próximas semanas un completo editor de niveles. Un editor que pretenden sencillo, pero del que los más veteranos también podrán sacar jugo. Con esto se espera conseguir una buena cantidad de mapas para aumentar aún más la vida de Shadow Grounds. Para estar a la última de la salida de esta característica hay que visitar la página web oficial del juego que encontrareis en la ficha.

j u g a b i l i d a d
Shadow Grounds es un juego de disparos, pero no uno de los que hoy en día están tan de moda FPS (First Person Shooter). El título de FrozenByte vuelve unos años atrás y nos mueve la cámara desde la típica primera persona, en la que sólo vemos el arma, a una vista cenital en la que veremos a nuestro personaje siempre en el centro de la pantalla mientras se mueve por el escenario.

Esto ayuda mucho a la ambientación oscura del juego, ya que nuestro campo de visión siempre estará limitado. No hay zoom que valga, así que para matar a nuestros enemigos no nos quedará otra opción que acercarnos.

Como índica el título del juego, las zonas bien iluminadas con la que nos encontraremos son bastante escasas y casi siempre tendremos que echar mano de la linterna. Ésta tiene una batería que tarda bastante en agotarse y bastante poco en recargarse, por lo que podremos hacer un uso bastante intensivo de ella, aunque por supuesto nuestro campo de visión será bastante limitado. Además resulta curioso que algunos monstruos reaccionen a la luz de nuestra linterna. Algunos se sentirán atraídos a atacarnos, otros se esconderán de ella hasta que decidan lanzarse a por nosotros e incluso algunos serán invisibles hasta que los enfoquemos con un chorro de luz.

Y es que hay enemigos de lo más variopinto, dentro de lo que un conjunto alienígena típico nos puede permitir. La mayoría nos recordarán al instante a entregas de Doom o Alien sin ningún problema. Y aunque la variedad es buena, tal vez se echen en falta un par de enemigos más. Pero, sobre todo, el mayor problema es que los enemigos que pretenden, o al menos deberían pretender, ser bichos gigantescos a los que no nos acercaríamos por nada del mundo, no logran transmitir esa sensación. Se nos antoja que si fuesen un poco más grandes y la IA no se limitase a lanzarse a por nosotros nada más vernos, la cosa sumaría varios enteros. Aunque hay que decir que el par de monstruos finales que nos encontraremos por el juego nos harán sudar la gota gorda.

Pero no se puede culpar por esto a un juego que lo único que pretende es satisfacer a todos los aficionados del gatillo fácil. Por supuesto estos necesitan un buen arsenal de armas, cosa que es sin duda uno de los puntos fuertes de Shadow Grounds. El juego cuenta con  una decena de armas, todas con un uso bien diferenciado y útiles en diferentes ocasiones. Por ejemplo, encontraremos enemigos más sensibles al lanzallamas que a una metralleta mientras otras veces preferiremos usar el lanzagranadas y poner pies en polvorosa.

Pero donde reside la verdadera 'novedad' es en el sistema de mejora de las armas. Ciertos enemigos dejarán piezas de actualización al morir, cuando reunamos las suficientes podremos ir al menú de actualización de armas y elegir la que más nos guste. Todas tienen tres posibles actualizaciones, dos suelen ser aumentar la capacidad del cargador o el daño del arma y la tercera siempre corresponde a la adición de un segundo modo de disparo. Por ejemplo la pistola podrá lanzar balas tranquilizantes, el gatling nos permitirá colocarla en el suelo fija mientras nosotros paseamos armados con otro arma, y así hasta completar todo el arsenal.

Por supuesto hay que tener en cuenta que mejoras son las que nos serán útiles y si no sería mejor guardar las piezas para más adelante. Una buena elección puede hacer el juego mucho más sencillo.

g r á f i c o s
Shadow Grounds no es un juego que pretenda vender entrando por los ojos. El moldeado y texturas de los personajes y escenarios no es muy detallado, aunque tampoco lo necesita, ya que la vista cenital está lo suficientemente alejada para que todo se vea perfectamente. Sin embargo, cuando en las escenas de transición la cámara se acerca lo suficiente como para captar el detalle, esta carencia se hace presente.

Pero que nadie se lleve a engaño, el juego visualmente es muy bonito. Y ello se debe a los excelentes efectos visuales y de iluminación que se dan en él. En un juego tan oscuro la iluminación es muy importante y en Shadow Grounds ésta está resuelta perfectamente. La linterna crea unas sombras y unos efectos muy convincentes.

Disparar algunas armas también será un espectáculo visual. Digno de mención en este aspecto es el fuego que escupirá el lanzallamas, o la explosión de unas cuantas grandas en cadena. Y es que el sistema de partículas también destaca en este juego. Aunque aprovechar estos efectos al máximo obliga tener una máquina muy potente.

También es de agradecer que aunque los gráficos en general no estén a la altura de las grandes superproducciones, el motor sea sólido y no nos deje atrancados en cualquier lugar para hacernos volver a empezar.

s o n i d o
La banda sonora de Shadow Grounds pasa prácticamente inadvertida durante todo el juego. Es una buena compañera para aumentar la sensación de opresión, pero no pasará a la historia.

Las voces se encuentran en inglés y tampoco es que llamen mucho la atención, pero cumplen su cometido. En este aspecto es de agradecer el esfuerzo de Nobilis-Ibérica de traducir los textos al castellano de forma correcta.

Lo mejor en este apartado es sin duda los efectos sonoros. Las armas de Shadow Grounds tampoco tienen que envidiar en el aspecto sonoro a sus hermanas mayores. Todo suena perfectamente y en el momento exacto.

c o n c l u s i ó n
Shadow Grounds es un juego con una historia sencilla explotada hasta la saciedad. Sin embargo, también es perfecta para ponernos a descargar adrenalina sin tener que preocuparnos por nada más. La vista cenital es algo a lo que en los últimos años no nos tienen acostumbrados los juegos de disparos y es de agradecer que de vez en cuando aparezca un título con estas características.

Las armas están muy bien resueltas y su sistema de mejora, según recogemos ciertas piezas, añade bastante interés al conjunto.

Y aunque el modo historia se puede hacer corto, la inclusión de un modo cooperativo, aunque sólo en el mismo ordenador, y la próxima aparición de un editor de niveles; hacen que la vida del juego aumente muchas horas.

Shadow Grounds es un buen, incluso muy buen, juego de disparos. No ofrece nada más aparte de disparar a diestro y siniestro, pero resulta realmente adictivo. Además todo esto a un precio muy atractivo.

l o  m e j o r
-  Su precio.
- El arsenal y el sistema de mejora de armas.
- El modo cooperativo.
- Su sencillez y acción directa.
- El sistema de iluminación.

l o  p e o r
- Algunos aspectos gráficos.
- La historia esta demasiado trillada.
- No poder jugar el modo cooperativo por Internet o LAN.