Juego de acción táctica en tiempo real que te permite tomar el mando de una fuerza de élite compuesta por mercenarios. El juego comienza con la salvación de los restos de la unidad, abandonada por su cuartel general tras haber sufrido una emboscada durante una misión en Angola.
La rutina es siempre la misma. Primero, nuestra misión es explicada en un vídeo con buena ambientación y en un perfecto y flemático inglés (Si... en inglés). Llegamos después a nuestra pantalla de planificación. Esta se divide en tres apartados: Mapa, equipamiento y personal.
El apartado de personal nos muestra un catálogo de mercenarios que ofrecen sus servicios, los perfiles de estos soldados de alquiler y el precio del contrato. No es tan simple como parece, pues los mercenarios más atractivos van a estar, generalmente, fuera de nuestro alcance monetario. Nuestro equipo ha de depender más de la maña que de la fuerza; así, la diversificación es crucial. No conviene confiar en llevar a cabo una misión con explosivos sin tener algún mercenario que posea una habilidad apreciable con estos aparatos, al igual que rescatar a un prisionero en una prisión fuertemente custiodada será difícil si todos nuestros soldados son más ruidosos que un elefante en una cristalería. Qué duda cabe que si podemos contratar a un mercenario habilidoso en varias áreas será mejor (y más barato) que dos mediocres. Sin olvidarnos, por supuesto, de incluir por lo menos un par de combatientes con buena habilidad en subfusiles y armas de asalto, pues son estos los que nos sacarán las castañas del fuego en una escaramuza o en caso de ser descubiertos.
La elección del armamento se hace notar aquí sin ninguna dificultad. El rango de alcance, la precisión, la potencia o la dispersión están muy bien representadas. La ventaja estará siempre del que lleve el arma más apropiada. Atacar desde la distancia a una patrulla será una tarea muy diferente dependiendo del armamento que llevemos nosotros y del que lleven ellos. Si nosotros portamos fusiles de asalto con un buen alcance y ellos van armados con escopetas antimotín, es probable que estén todos muertos antes de que hayan podido dar un par de pasos. Si la situación se invierte, seremos picadillo antes de poder acercarnos distancia de tiro. Del mismo modo, el más imponente mercenario equipado con un rifle carísimo tiene todo en contra si se enfrenta en corto alcance a un guerrillero armado con un arma de postas.
Mención aparte merece el enemigo, uno de los componentes indispensables en este tipo de programas. Inteligente y orgánico, su actuación será tan esperada o inesperada como la de un ser humano. Sensible a los sonidos, a detalles sospechosos o nuestra descarada visión, sus reacciones variarán desde perseguirnos para darnos caza a huir para salvar la vida (o dar la alarma). De comportamiento inteligente, una pequeña patrulla que nos sorprenda puede hacernos mucho daño. Un puesto de vigilancia en el que sus moradores se percaten de nuestra presencia resultará mucho más difícil de tomar que uno desprevenido y un enemigo evadido puede llenar la zona de patrullas bien armadas. En resumen, será buena política no subestimar nunca ni a la patrulla más inofensiva; un sólo soldado puede dar al traste con la misión si está equipado con un lanzacohetes. De todos modos, el jugador de Shadow Company no tendrá dificultad a la hora de tener cuidado con su equipo, pues el grado de personalización de tus mercenarios es tal que muchas veces te encontrarás cuidando con mimo de tu equipo y procurando que no les pase nada.
Hasta aquí, Shadow Company es un brillante juego de estrategia táctica con un buen montón de elementos que aseguran horas de diversión y adicción a raudales. Sus aspectos de presentación son también muy buenos, con unos gráficos más que cumplidores y que mantienen el realismo donde lo dejan el resto de aspectos, sobre todo gracias a las altas resoluciones soportadas. El sonido, a su vez, es tan realista como cabe esperar y no defraudará a nadie. La experiencia de jugar Shadow Company con un 19 pulgadas, a 1280x1024 y a 32 bits de color es realmente irrepetible en mundo de la estrategia. Pero es precisamente en el apartado visual donde se encuentra la primera carencia: El interfaz de opciones es, a veces, demasiado simple e insuficiente. No está tan cuidado como el resto de la presentación, lo que a veces resulta algo chocante.
No terminan aquí las pegas, ya que Shadow Company presenta varios aspectos que deslucen el conjunto de una manera un tanto absurda. Por ejemplo, seleccionar un objeto o unidad puede volverse un poco lioso en ocasiones; la cámara subjetiva que tan buenos resultados da a la hora de presentarnos la acción parece haber sido un factor de complicación en este aspecto. El problema parece irrelevante hasta que nos encontramos en un momento delicado y necesitamos una respuesta rápida y unívoca del programa. Incluso, a veces, cuando hagamos una selección múltiple, alguno de nuestros personajes quedará marcado como seleccionado pero no obedecerá nuestras órdenes posteriores (lo cual, si la orden es salir cagando leches, es un problema gordo). Además, sobre todo cuando andemos cerca de terreno complicado (la orilla de un río, el borde de un saliente sobre el mar o trepando por unas escaleras), los personajes tienen una leve tendencia a liarse y acabar atascados, perdidos (quiero decir, desaparecidos del mapa por completo) o a precipitarse al agua de la manera más absurda posible. Este problema, que se da en casos muy puntuales, puede llegar a provocar situaciones verdaderamente absurdas. Por poner un ejemplo; tras la orden de bajar unas escaleras, mi equipo al completo ignoró el hecho de que habían llegado al suelo y siguieron descendiendo hasta que desaparecieron rumbo, al parecer, a las profundidades del averno. Nada pude hacer posteriormente más que recuperar la partida anteriormente guardada.
La perfecta simulación de terreno y línea visual falla también en algunas ocasiones, sobre todo cuando nuestro objetivo está situado en una plataforma elevada. Nuestros personajes optarán en ocasiones por trepar hasta el mismo nivel que el enemigo en vez de dispararle desde el suelo, lo cual unido a la evidente superioridad del agresor elevado significará irremediablemente que seremos acribillados con toda comodidad. Entre esto y ciertas increíbles caídas al mar, uno genera una cierta impresión de que sus mercenarios tienen tendencia a creerse lemmings.
Y ya que estamos enumerando defectos, cabe quejarse también de la velocidad de carga de los niveles y partidas guardadas: Simplemente, exasperante. Aunque es un aspecto comprensible dada la complejidad del territorio al que nos enfrentamos, el desbaratamiento de nuestros planes provoca más incomodidad por el hecho de tener que cargar una partida guardada que por haber sido vapuleados.
Tu equipo está en inferioridad numérica, pero juega con el factor sorpresa y con un equipamiento a priori mejor del que el enemigo medio va a poner en juego. Usa a cada hombre para lo que mejor se le da, y cada arma para lo que debe ser empleada. Una escopeta jackhammer es infinitamente superior a un fusil de asalto en un callejón, y un cuchillo no vale para nada a no ser que lo uses por la espalda.
Planea todo cuidadosamente y observa lo que sucede en el campamento enemigo. No dejes que una patrulla itinerante te sorprenda mientras agujereas una alambrada, y no andes por el campo abierto como si fueses de compras por la quinta avenida. Agáchate o túmbate si sospechas que hay patrullas cerca, ya que si disparas primero es probable que no lleguen a herir a ninguno de tus hombres. Si dejas que te sorprendan, vas a sufrir una carnicería. Ten en cuenta que si el enemigo ve a tu equipo junto no se va a cortar en dar uso a una de sus granadas.
La noche es tanto un aliado como un enemigo, aunque tiene más de lo primero que de lo segundo. Las emboscadas y la infiltración son más efectivas durante el día, aunque la oscuridad empeorará la puntería de tus hombres. No olvides equipar un visor nocturno y no te preocupes por las miras telescópicas o las cámaras fotográficas, están preparadas para la eventualidad. Los prismáticos, por el contrario, serán prácticamente inútiles con baja iluminación.
Ten mucho ojo con los centinelas elevados; son tu mayor enemigo en incursiones a fortalezas. Desde ahí arriba, ellos tienen bonificaciones y tú penalizaciones. Elimínalos desde lejos, con un francotirador (desde una posición más elevada si es posible) o acércate por detrás y déjales una granada cerca (con tirarla en el suelo
bastará, puesto que la onda expansiva los matará o los derribará de su situación.
Como consejo final, cuando tengas que robar vehículos y llevarlos a posiciones de rescate procura limpiar antes el camino que hayas de recorrer montado en ellos. Generalmente, se tratará de vehículos no blindados (coches o camiones) y que no soportarán fuego intenso, así que cualquier encontronazo puede acabar con tus esperanzas de acabar la misión.
8
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.