SEGA Ages 2500: Gunstar Heroes ~Treasure Box~

Una nueva entrega en Japón para la línea SEGA Ages. Sí, esa que de momento no catamos en Europa ni en los USA y que cuenta ya con 25 entregas al otro lado del mundo. En este caso se trata de un pequeño homenaje a Treasure para Megadrive en forma de tres juegos. Nostálgicos e incrédulos, sed bienvenidos.

Una vez más, cuando alguien habla de las 2 dimensiones es imposible no recordar a la compañía más impresionista de cuantas han programado alguna vez para un sistema doméstico. ¿Alguien recuerda las rotaciones de Gunstar Heroes, o Dynamite Headdy? ¿O los tamaños de los sprites de Alien Soldier? ¿O la tremenda acción y adicción que destilaban todos ellos? Pues la amnesia tiene solución, aquí está SEGA para recordar, vía emulador por software de Megadrive/Genesis para PS2, que estos juegos existen, o mejor dicho, existieron.

Porque en la nueva entrega del explotado sello SEGA Ages se nos brinda la oportunidad de recuperar tres grandes de la más que extinta Megadrive, a saber: Dynamite Headdy, Gunstar Heroes y Alien Soldier, tres de los mejores títulos del catálogo de la máquina de 16 bits de SEGA que afortunadamente llegaron al mercado occidental en pleno auge de la consola. Los tres son un monumento a la jugabilidad y los tres están programados, casualmente, por la misma compañía: Treasure.

Aunque Treasure hizo algunos cartuchos más para la Megadrive, ya no como equipo engrosado en las filas de Konami sino como grupo de programación independiente, el sobrenombre "Treasure box" viene a reconocer que los tres incluidos en esta recopilación son de lo mejor que realizó en aquella época dorada de los 16 bits. Pese a que la máquina no contó con el favor del público japonés (la única que causaba furor era la SUper Nintendo en aquel momento), Treasure siempre contó con el reconocimiento de SEGA y esta utilizó los productos de aquella para potenciar las ventas en occidente, y de paso presumir de aquello que la competencia afirmaba no tenía: buen hardware.

Los juegos de Treasure, aunque también otros como el Castlevania Bloodlines o el Megaturrican, ponían más efectos en pantalla que ningún otro. Múltiples planos de scroll, scroll parallax, rotaciones, zooms, paletas de color por encima de lo esperado, a veces hasta cuatro jugadores simultáneos. Todo aquello que hoy parece de risa, y que sin embargo en su momento era el paradigma de la programación en una máquina, conocer sus circuitos al máximo y sacar un rendimiento superior a la media. Un portento.

Por ello tiene especial importancia que un emulador, cualquiera que sea, imite perfectamente un juego de Treasure, es un buen banco de pruebas, si no el mejor. Y por ello hay cierta excitación cada vez que se anuncia un nuevo juego suyo, siempre se espera lo mejor de esta compañía y de la máquina elegida. Lo hemos vivido recientemente con el Astro Boy y el Gunstar Super Heroes, ambos cartuchos de Gameboy Advance, pero también en el pasado reciente con Ikaruga en puras 3D y Bangai-o para N64 y Dreamcast, con jugabilidades impresionantes.

Inspirado claramente en la saga Contra, de la que eran perfectamente conocedores, Gunstar Heroes es un divertidísimo y frenético arcade para uno o dos luchadores, lleno de variopintas situaciones, como en casi todos los productos "made in Treasure". Peca de ser algo corto, evidentemente porque uno siempre quiere más y más, nunca es suficiente cuando se pasa bien, y quizá pueda resultar algo difícil, aunque nada que ver con los otros dos incluidos en el pack. Gunstar Heroes, pese a ser el primer producto oficial del grupo, es sin duda el mayor de los venerados en 16 bits, afortunado es el que posee el cartucho original para Genesis.

El protagonista era un pequeño ser cabezón con la particularidad de poder "equipar" diferentes versiones de su cabeza con diversas habilidades. Como siempre, Treasure añadiendo cierto grado de originalidad en sus producciones, en este caso dejando claro el sentido de humor de cada uno de los diferentes escenarios por los que Dynamite debía pasar. Un mundo de marionetas, cabezas arrojadizas, enemigos a tutiplén, rotaciones, efectos como degradados de color, zooms, reescalados de la imagen, escenarios móviles. Probablemente, y pese al aspecto infantil de este juego, de lo más relevante que exprime una 16 bits al máximo.

Alien Soldier llega en la época tardía de Megadrive. Con un mercado muy maduro, tanto este como el posterior "Light Crusader" fueron de esos productos logrados pero con poco público. Es quizá el menos conocido de los tres, y el que posiblemente valga más la pena, por aquello de sentarse a intentar acabar con él por orgullo ético-profesional y porque goza de una jugabilidad a la antigua usanza (avanzar un poco más antes de morir de nuevo).

Vamos, que esa mítica historia corre el peligro de ser maltratada por una y otra reversión para consola sin ningún otro extra que simples artworks o vídeos promocionales. Claro que en este caso vienen tres auténticos juegazos, pero desde luego Capcom y su "remake" del primer Resident Evil dejó el listón demasiado alto, y ahora este tipo de conversiones, que todos sabemos corren bajo el mismo emulador y se sacan con cuentagotas y con apenas ningún extra para aprovechar el tirón comercial, nos resultan insuficientes y a veces hasta cansinas y repetitivas.

Evidentemente, es un lujo jugar en un televisor con un mando de consola, sin tener que abrirla ni caer en la ilegalidad de descargar una rom de dudosa procedencia. Pero dado el tamaño de un DVD y el de un cartucho de Megadrive, está claro que caben no tres sino trescientos juegos como estos que nos ocupan ahora. Y sinceramente, la historia de SEGA es demasiado grande como para caer estrepitosamente en la profunda reiteración. Lo tiene crudo para aparecer en Europa, con todo y con esas lo recomiendo encarecidamente a quienes estén coleccionando los SEGA Ages desde su salida, este es un auténtico imprescindible, de lo mejor que ha aparecido bajo el sello AGES.