Seasons After Fall, Análisis

Los franceses Swing Swing Submarine son los creadores de esta joya indie que vio la luz en 2015 en Windows, OS X y Linux. Este estudio, fundado en 2009, se define como un pequeño equipo de amantes de los videojuegos, cuyo propósito es crear juegos singulares para todo el planeta. Además de Seasons After Fall, son los padres de Blocks That Matter, otra aventura de puzzles y plataformas en las que Tetrobot, el robot-taladro, deberá recolectar bloques de materia para reciclarlos y convertirlos en nuevos bloques. Como secuela, el estudio galo lanzó Tetrobot and Co., otro juego del mismo género en el que el diminuto Psychobot se introducirá en los circuitos de Tetrobot para repararlo. Swing Swing Submarine, además, disponen de un mini-catálogo de juegos que ellos denominan “pequeños” y que se pueden jugar en su misma página web: Tetro Mario Bros (que combina Tetris y Mario Bros); Greek & Wicked, una parodia de God of War al estilo Game & Watch; y Meet Me at the Banana Disco, una aventura muy simple que refleja las dificultades de comunicarse en una discoteca.

Un precioso cuento de hadas y plataformas

Seasons After Fall es la última creación de Swing Swing Submarine, distribuida por Focus Home Interactive. En ella controlaremos a un zorro rojo en un bosque mágico que deberá reunir a los Guardianes de las Cuatro Estaciones, encarnados por cuatro animales de tamaño más superior al habitual en su especie —el Guardián del Otoño es una grulla, el de Verano, una cigarra; el de invierno, un oso y el de Primavera, una anguila— para resolver un misterio que se cierne en el orden de la naturaleza. El juego empieza con un espíritu conocido como Semilla, que fusiona a otro espíritu semejante, a quien denomina Pequeña Semilla, con el cuerpo de un zorro rojo y le encomienda la misión de robar los poderes de los Guardianes de las durmientes Cuatro Estaciones con el fin de realizar un misterioso ritual. El zorro irá adquiriendo dichos poderes con los que podrá manipular a voluntad el entorno para convertirlo en invierno, otoño, primavera y verano. Durante la segunda parte del juego, el Guardián del Invierno solicitará ayuda a la Semilla-Zorro, que habrá alcanzado un estado más etéreo, para resolver el misterio que se cierne sobre el bosque.

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En este cuento de hadas en formato videojuego nos moveremos por los diferentes escenarios de un bosque fantástico cuyos elementos podremos alterar mediante el poder de las cuatro estaciones. Por ejemplo, al invocar al otoño, florecerán setas que harán las veces de plataformas y el viento hará flotar hojas caídas a las que nos podremos encaramar; con la primavera podremos hacer que unas flores de agua rieguen semillas que se convertirán en árboles y subir el nivel de agua de los lagos; con el invierno congelaremos el agua y los géisers para poder desplazarnos sobre ellos y con el verano despertaremos a algunas plantas y secaremos los lagos. También podremos ladrar a plantas, insectos y entes espirituales para ponerlos en marcha. Además de movernos por plataformas, deberemos resolver puzzles que requieren observación e ingenio para combinar diferentes estaciones y alterar el paisaje para poder continuar avanzando. Los controles son muy sencillos; en la versión para PlayStation 4, que es la que probamos, usaremos el analógico izquierdo para desplazarnos, botón X para saltar, Botón cuadrado para ladrar y con R1 y usamos el poder de las estaciones, que escogeremos con el stick analógico izquierdo. La curva de aprendizaje es muy suave; en las primeras fases aprenderemos a manejar el zorro y, de uno en uno, conoceremos los poderes de las Cuatro Estaciones y las posibilidades que ofrecen.

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El mundo en el que se desarrolla Seasons After Fall se compone de diversas zonas. El Santuario es un claro situado en el corazón del bosque, y desde el cual nos dirigimos a los reinos de las cuatro estaciones, compuestos por tres escenarios cada uno. A lo largo del juego revisitaremos dichos escenarios varias veces, lo no se hace repetitivo a pesar de ello, puesto que en cada zona descubriremos rincones nuevos en cada fase de la partida. Como añadido, en cada zona hay unos secretos que, al descubrirlos, el zorro se echará a dormir y durante sus sueños escuchará fragmentos de la relación de la Semilla del Santuario con el Guardián del Invierno. Si no hallamos dichos secretos, tras la pantalla de créditos se nos sugerirá como extras para seguir explorando.

Durante toda la partida nos vimos cautivados la atmósfera mágica y llena de paz que transmite Seasons After Fall, compuesta por el hermoso apartado audiovisual y el sosiego con el que se desarrolla la aventura. No hay enemigos, ni posibilidad de morir (si el zorro cae hacia uno de los escasos abismos que hay, regresa al mismo punto por el que se precipitó), ni tiempo récord en el que cumplir las misiones.

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Lo más destacable de Seasons After Fall es su sublime belleza audiovisual. Los escenarios y personajes están pintados a mano y la banda sonora se compone de delicadas canciones con base de violín y guitarra que nos acunan mientras ideamos maneras de resolver puzzles y nos llenan de paz incluso en los momentos más frustrantes. Los movimientos se dan de manera muy fluida y elegante, pese al tirón que se da en las primeras fases, fruto de la portación a consolas. Las voces de los personajes tienen el carácter cálido y misterioso propio de un cuento de hadas, y les llenan de vida y personalidad.