Katana sin afilar

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Como primera aparición en una plataforma esperábamos más. La veterana saga Samurai Warriors ha sido la recién llegada a Wii con el que es su capítulo más alternativo y curioso de todas sus entregas. Abandonando la jugabilidad de matanza masiva en tercera persona propuesta por los anteriores capítulos y su licencia hermana Dynasty Warriors, ahora nos toca encarnar a un samurai desde dentro, en una no demasiado trabajada vista en primera persona y con avidez de hacernos sentir en plena batalla.

Armado con Wiimote y Nunchuk, el jugador deberá recorrer. en estructura de raíles, parajes de la edad Sengoku de Japón, haciendo frente a centenarias hordas de enemigos de todo tipo: soldados, ninjas, altos samurais, y hasta criaturas extraídas de la cultura tradicional japonesa. Desde que se anunció, su puesta en escena parecía prometedora al igual que su jugabilidad. No creíamos que los creadores de esta gran saga de acción fueran a decepcionarnos con un cambio tan radical.

Pero no ha sido así, Samurai Warriors Katana decepcionará pronto a los aficionados a la franquicia, pues en todo momento se respira un aire de posibilidad de mejoras. La implementación de los espadazos se queda muy por debajo de lo que esperábamos, la apariencia gráfica no alcanza el nivel medio de PlayStation 2, y su ausencia de traducción a nuestro idioma lo alejarán de lo que, a veces por su facilidad, parece perseguir: los nuevos jugadores.

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La escasa arquitectura que aparece en el juego apenas destaca como tal y parece un cúmulo capas superpuestas de muros verticales y horizontales. No hay demasiada variedad de materiales ni elementos y, pese a que el argumento nos asegura que nos encontramos en pleno campo de batalla, todo parece vacío y desierto, con grupos de soldados pululando de manera coreográfica y artificiosa, poco natural o realista.

Los personajes son otra decepción de peso. A pesar de su importancia en un juego como éste, ni los protagonistas ni los enemigos poseen unas animaciones decentes. Apenas hay vídeos y los que hay son sosos y anodinos. Los diálogos entre personajes guían la historia y se muestran en la parte inferior de la pantalla, tal y como es costumbre en la serie. Los personajes no mueven las bocas, responden a exagerados patrones de movimiento y siempre parecen marionetas, a pesar de que intenten mostrarse como imponentes.

Por su lado, la música y los efectos de sonido sí están algo mejor. Bajo aceleradas bases electrónicas se sintetizan melodías orientales, consiguiéndose una música de acción que encaja a la perfección con la propuesta jugable del título. Los efectos de los espadazos, los menús, la lluvia, etc. están también bien realizados, sin destacar pero resultando aceptables en su conjunto. Además, y para hacer más inmersiva la experiencia, ciertos movimientos o instantes quedan reflejados sonoramente en el altavoz del Wiimote.

Pero hay un aspecto imperdonable. El juego no está traducido a nuestro idioma y, si queremos enterarnos de algo del no demasiado original argumento, tendremos que conocer bien el inglés. Para colmo, en los diálogos los personajes no siempre hablan y a veces hay que ir leyendo sin oír voz alguna. Este tipo de audios, chabacanos e incompletos son inaceptables en los tiempos que corren. Además, el hecho de no estar ni siquiera traducido lo hará para muchos prácticamente vacío en su aspecto argumental, que tampoco es nada sorprendente.

La historia de este Samurai Warriors vuelve a narrarnos una guerra entre ejércitos enfrentados por el poder y los territorios. Varios coroneles y asesinos se han propuesto capitanear a estas numerosas hordas de luchadores de todo tipo y nuestra misión será la de acabar con todos ellos para convertirnos en el "Demon King" del Japón de la época. Las armaduras y las armas de los personajes nos indican que no hemos abandonado la etapa feudal en la que siempre se han desarrollado los Samurai Warriors. Esta vez encarnamos a Nobunaga Oda, un fuerte soldado que acabará dando más de una sorpresa.

Con respecto a su duración, podemos decir que Katana no es un juego excesivamente largo aunque no está mal. En su modo principal para un jugador, cuatro campañas con unas 20 misiones cada una nos tendrán entretenidos durante unas horas, y decimos "unas" porque su mecánica se hace repetitiva hasta la saciedad desde el poco tiempo de empezarlo. Las situaciones son casi siempre las mismas, los soldados aparecen de las mismas maneras, se repiten. La esencia mata-mata sin sentido no desaparece en ningún momento y, salvo en cuatro o cinco ocasiones, nuestra jugabilidad se basará en pulsar A repetidamente, agitar la muñeca, apuntar a pantalla y pulsar B de manera esporádica.

Pero, sin duda, lo más divertido e inmersivo es todo lo referente a los espadazos reales. Con movimientos rápidos y marcados de nuestra muñeca, en pantalla se registrarán hasta 8 trazos posibles, por lo que de nuevo, y de forma decepcionante, seguimos sin ver en Wii como lo que hagamos con nuestro movimiento es lo que realmente se hace en pantalla. Mejorando levemente la técnica de Red Steel, los golpes de espada se realizan con una mínima latencia y cruzarán toda la pantalla, permitiéndosenos así barrer a las decenas de enemigos que se nos colocarán delante continuamente.

Y es que limpiar la pantalla es la acción central del juego, por lo que no es aconsejable jugar demasiado tiempo seguido debido al esfuerzo físico requerido en ciertas ocasiones. Estos momentos pueden ser simples enfrentamientos muy poblados o pequeños eventos alternativos que dan algo de variedad al juego, como correr agitando ambas manos, hacer ataques especiales, montar a caballo o derrotar a algún jefe final. Nos encontramos, quizá, ante uno de los juegos que más cansan la muñeca de manera general.

Por su parte, el Nunchuk nos permitirá activar el estado de desenfreno con sólo agitarlo y una vez que la barra roja esté llena. En este potente estado realizaremos de manera instantánea los golpes consiguiendo, además, un mayor alcance en todos ellos y resultando una gran opción que debemos muy bien saber cuándo utilizar. El gatillo Z permite bloquear. Según cómo bloqueemos a nuestros enemigos estos podrán hasta tambalearse y dejarnos vía libre para un contraataque.

También hay que decir, volviendo al manejo de la espada, que Katana nos presta la mejor implementación de espada que hayamos visto en Wii, aunque no por ello se nos presenta un control de la calidad que la máquina puede ofrecer. Tocará seguir esperando a otras apuestas como los próximos Dragon Quest Swords o Star Wars. En no pocas ocasiones hay malinterpretaciones de los movimientos que hagamos, lo que en niveles altos puede llegar a ser frustrante y determinante en los enfrentamientos. No obstante, como hemos dicho, su dificultad media es bastante baja. Aunque en Opciones haya un selector de dificultad, el juego no pondrá a prueba a los más exigentes.

Casi todas las misiones son en raíles, esto es, que no hay libertad de movimiento, el personaje sigue una ruta prefijada y la acción se desarrolla según lo establecido. En ocasiones, se nos ofrecen dos caminos a elegir, suceden dos cosas contrarias si acabamos o no con ciertos enemigos, etc. Además, algunas misiones nos dejan cierta libertad de movimiento con el joystick, pudiendo mirar a varios sitios, pero no abundan.

Entre tanto espadazo a pasivas marionetas, de vez en cuando aparecen jefes de nivel, que siempre muestran enfrentamientos más entretenidos y variados. Sus mecánicas son más ofensivas que las del resto de enemigos, bastante paraditos. A veces tienen armas especiales, hay que matarlos rebotándoles lo que nos tiren, esquivándolos y contraatacando, y de otras maneras que se salen un poco de la dinámica general del juego.

Por otro lado está el modo Entrenamiento, que se desbloqueará según avancemos en el principal. En este modo se nos ofrecen varias misiones alternativas desarrolladas en escenarios ya visitados, por lo que su interés queda únicamente como mediocre prolongador de la duración. En unas tablas podremos consultar nuestras estadísticas y records de hazañas, viendo el perfil de jugador y las mejores marcas temporales, de enemigos aniquilados, etc.

Pese a su novedoso sistema de juego, su correcta implementación de los mandos de Wii y algunos momentos memorables que presta, su jugabilidad no está todo lo trabajada que se esperaba, su nivel técnico es inadmisible, no está traducido a nuestro idioma y su duración y repetición entristecerán a los que buscaban en él un buen juego. La franquicia ha cometido un error que no es digno de un samurai de renombre.