Rock Band 4, Impresiones
Tras un largo descanso Rock Band vuelve a la carga este año para la nueva generación de consolas. Con la herencia de centenares de consolas, 1080p y 60fps, nuevos instrumentos y nuevas mecánicas para dar libertad total al jugador.
El género de los juegos musicales entró en barrena hace ya algún tiempo. La sobresaturación de entregas, instrumentos, modelos de negocio y demás hicieron que el mercado no diera para más y que títulos como Rock Band o Guitar Hero, que habían estado en muchas casas y habían ocupado muchas tardes de actualidad quedaran en saco roto. Un parón necesario porque el terreno estaba totalmente trinchado. No daba más de sí. Esta pausa ha ido más que bien, porque dicho género parece volver con mucha fuerza en este 2015 con las consolas de nueva generación. Y uno de los grandes ejemplos es el de Rock Band, que mantiene la esencia que lo hizo grande pero añade novedades de lo más atractivas. Vuelven las estrellas de la música en tu propia casa.
La idea principal era volver por todo lo alto, y eso empieza por hacer compatible el juego con instrumentos ya existentes y centenares de canciones que ya se han publicado en el pasado. No se quiere crear un negocio con algo que ya se compró hace tiempo, sino hacer atractivo el retorno al mundo de Rock Band tanto para los veteranos –que mantienen intacto todo aquello en lo que invirtieron- como los más nuevos, que tendrán a su alcance una cantidad ingente de herramientas y melodías por escoger. La jugabilidad se mantiene similar a lo que ya conocimos en el pasado, pero con suficientes novedades para dar un paso más en la simulación de una banda de música. Por temas de licencias, la compañía estaba trabajando para poder añadir las canciones de Rock Band 3 y se había descartado, cuando se anunció, The Beatles: Rock Band.
No se trata solo de tocar instrumentos, sino de ocupar el espacio que juegos como Singstar o Lips parece que no están ocupando en estos compases de generación. Y ahí es donde entra la voz. El título añade un sistema de melodía libre que amplía las posibilidades de este apartado. Ya no hace falta tener que adaptarse a la canción original y modular la voz para conseguir la máxima puntuación posible, sino la opción de que los cantantes puedan mostrar su estilo y personalidad siempre que mantengan el tono. Esto da mucha vida a las canciones, ya que se pueden vivir auténticas “versiones” de temas originales sin que el juego te penalice por ello. También se ha añadirá un sistema de puntuación que recompensa una u otra manera de canto.
Las partituras muestran nuevos indicativos a la hora de jugar que van desde saber en la guitarra si tocamos en una zona inferior o superior hasta las clásicas combinaciones de botones. Esto también se da en los Solo, pero en muchas otras ocasiones, simplemente tenemos un espacio de tiempo para dejar volar la imaginación. Algo que permite hacer auténticas virguerías y que ya no se basa en ser el mejor haciendo lo que te pide el juego a toda velocidad, sino de ser el mejor haciendo algo único y distinto a lo que sonará en casa de un amigo. Las posibilidades son infinitas y por lo visto hasta el momento, no hay la sensación que estamos ante combinaciones predefinidas sino ante algo realmente personalizable. Esto y el nuevo sistema Overdrive, que cuando está suficientemente cargado nos permite participar en secuencias de relleno que ahora están encajadas en las canciones y sigue el ritmo que toca con estos tambores de relleno totalmente replanteados.
La idea es que podamos ir tomando decisiones de todo tipo que vayan moldeando nuestro estilo y también nuestra carrera, como si se tratara de un juego de rol. Podremos adentrarnos en la creación de una banda, conseguir fans, promocionarnos y pensar si queremos seguir juntos, hacer un alto en el camino e ir por nuestro lado y cambiar de registros musicales. Según lo que decidamos podremos convertirnos en una estrella inigualable o escoger un camino más selecto con espacios de actuación más concretos. Ganar dinero, poder invertir en equipo para la banda y perfilar, también en este sentido, como vamos a sonar son algunas de las misiones que tenemos por delante en este modo en el que tendremos misiones y desafíos opcionales para poder superar. En definitiva, una manera de trasladar la pasión por la simulación musical con algo de narrativa y toma de decisiones que permite disfrutar de experiencias distintas en una misma campaña.
La batería también recibe un lavado de cara y lo que transmite actualmente es que es más realista, sin esa sensación de cartulina fina que a veces daba al tocar con ellos. Más consistente, un pedal más rápido y mejor acabado general. De momento, la única manera de acceder a estas nuevas baterías será reservando el juego para PS4 o Xbox One, una decisión que levantó polvareda pero que Harmonix defendió: cuestan de hacer estos instrumentos y la mejor manera de saber la producción que saldrá es con las reservas. El precio de batería, guitarra y juego estará en los 250 euros más o menos.
Rock Band vuelve como si de un gran grupo de música despertara de su largo letargo con uno de esos discos míticos que se convierte en imprescindible. No pretende revolucionar el género ni tampoco reinventar la franquicia, pero sí ofrecer una experiencia completa y justa con varias novedades que lo hagan fresco y atractivo. Veremos hasta donde llega cuando salga oficialmente a la venta.
- Simulación
Rock Band 4 es la cuarta entrega numerada del simulador musical Rock Band 4 para PlayStation 4 y Xbox One a cargo de Harmonix y Electronic Arts en el que la retrocompatibilidad con los temas de anteriores entregas con más de 1.200 canciones y los instrumentos de PlayStation 3 y Xbox 360 está asegurada, además de contar con nuevos periféricos especialmente diseñados para consolas next-gen.