Remnant 2
- PlataformaPS58PCXBS
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorGunfire Games
- Lanzamiento25/07/2023
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorGearbox Publishing
Review
Análisis Remnant 2, la secuela que confirma el potencial de From the Ashes
Gunfire Games vuelve a la carga y refina una propuesta que ya sorprendió a muchos jugadores en 2019.
Hace casi 4 años, Remnant: From the Ashes se convirtió en una de las sorpresas de 2019 gracias a la atractiva idea que surgió en las oficinas de Gunfire Games: meter en una coctelera un TPS (third person shooter) junto a varias mecánicas soulslike, elementos procedurales y un ligero toque RPG en lo que al desarrollo de personajes se refiere. El resultado fue un título realmente interesante, ya que ofrecía diversión sin mayores pretensiones y era terriblemente adictivo.
En cierto modo, el juego logró demostrar que no todo es blanco o negro, o mejor dicho, indies o superproducciones, sino que también hay espacio para esos AA a los que a menudo llamamos infravalorados. Y ahora, en mitad de un año marcado por lanzamientos realmente potentes (Zelda: Tears of the Kingdom, Final Fantasy XVI, Starfield...) llega Remnant II, una secuela llamada a seguir los pasos de su antecesor: aterrizar sin hacer demasiado ruido y conquistar una vez más a los amantes de la acción más desenfrenada.
Lo mismo, pero más y mejor
Dicen que no es buena idea tocar algo que ya funciona, y no podemos estar más de acuerdo con tal afirmación. Gunfire Games sabía perfectamente que su triunfo en 2019 llegó gracias a esa extraña —y atractiva— mezcla de géneros que giraban en torno a la acción con una experiencia desafiante de naturaleza soulslike muy adictiva, en la que una vez cogíamos el mando era prácticamente imposible parar de jugar. Matar, avanzar, morir, renacer y volver a matar. No había mucho más que explicar.
Eso es justo lo pone sobre la mesa Remnant II: un TPS intenso como pocos en el que no hay segundo de respiro, en el que la muerte acecha en cada esquina y en el que una vez nos adentramos en sus mundos es imposible saber qué nos espera a la vuelta de la esquina. Porque no conviene olvidar una de las grandes virtudes de la primera entrega como era esa idea de combinar universos y llevarnos a través de un puñado de escenarios a cada cual más variopinto.
Bosques habitados por criaturas mágicas al más puro estilo Final Fantasy, ciudades de arquitectura victoriana que perfectamente podrían servir para ambientar un hipotético Bloodborne 2, templos construidos por especies de otra galaxia como los que explora el Jefe Maestro durante sus misiones... Son solo algunos ejemplos, pero son más que suficientes para que os hagáis una idea del despliegue realizado por el estudio a la hora de sumergirnos en una serie de mundos en los que el único objetivo es abrirnos paso a tiro limpio hasta encontrar un modo de viajar al siguiente nivel.
Ya que hablamos de los niveles, no podemos pasar por alto su diseño, tanto a la hora de explorarlos como de avanzar en la historia. En Remnant: From the Ashes no eran pocos los jugadores que terminaban confundidos por su extraña estructura, mientras que aquí encontramos un sistema de rutas muy similar al de Returnal, con un mapa mucho más práctico que nos ayuda en todo momento a elegir el camino correcto y cambiar de área una vez derrotamos al jefe final que suele aguardar al final de la misma.
Si se mueve, dispara
Si lo valorásemos únicamente como juego de disparos, probablemente no tendríamos ningún defecto que achacarle. La jugabilidad ha sido refinada, el apartado técnico está a la altura de lo que un título de acción frenética requiere y el bestiario enemigo es lo suficientemente variado como para que no acabemos cansados tras abatir a decenas de ellos antes de pasar al siguiente nivel. Hemos visto de todo durante nuestras expediciones. Humanos poseídos por el demonio, robots procedentes de un futuro lejano, bestias salvajes... Aunque todos tienen algo en común: si les disparas, mueren.
Las aberraciones no querían perderse la fiesta. ¿Recordáis ese sonido inconfundible cuando un enemigo de categoría superior nos detectaba? Esa especie de chirrido que automáticamente nos ponía en modo alerta. Pues aquí volvemos a lidiar con un buen puñado de estas criaturas que hacen las veces de minijefes, pues son mucho más poderosas que el resto de enemigos y basta con ver su aspecto físico para saber que estamos ante algo realmente peligroso.
Algo en lo que Remnant II supera —por no decir algo que suena peor— a su antecesor es, sin lugar a dudas, los jefes finales. Este tipo de enemigos tiene la obligación de dar lugar al clímax de todo juego de acción que se precie, y aquí tenemos que ponernos en pie y aplaudir a Gunfire Games, porque no solo tenemos una amplia lista de jefes finales, sino que están muy bien diseñados y nos llevan al límite en todo momento. Hay algunos que nos exigen esquivar y atacar cuerpo a cuerpo al más puro estilo Dark Souls, otros nos obligan a participar en un rompecabezas en el que debemos hallar la manera de acabar con ellos... No queremos desvelaros ninguna sorpresa, pero os aseguramos que todos son realmente buenos.
La faceta RPG se limita a ofrecernos un menú en el que podemos equiparnos con todo tipo de objetos: anillos que nos otorgan beneficios de un modo muy similar a lo visto en los juegos de From Software, sets de armadura compuestos por piezas para las piernas, brazos, cuerpo y cabeza... Todo lo que usamos para personalizar a nuestro personaje tiene unos valores de defensa, resistencia a determinados elementos y —en algunos casos— beneficios exclusivos.
Y ya que hablamos de los personajes, decir que tenemos varias clases para elegir y que nos han resultado muy interesantes, ya que se desmarcan un poco de lo que habitualmente encontramos en una gran cantidad de propuestas. Por ejemplo, en nuestro caso hemos optado por el Domador, que cuenta con la ayuda de un perro guardián. El perro no solo es capaz de distraer y atacar a los enemigos, sino que también puede reanimarnos cuando caemos en combate, algo que sin su ayuda solo sería posible en el caso de jugar online junto a otro jugador. Hay varias clases para elegir y todas están muy bien diferenciadas.
Por último, las opciones de personalización también se centran en las armas, ya que si bien es cierto que no hay tantas como nos gustaría, es posible aplicar modificadores para conseguir que no haya dos iguales. Por ejemplo, podemos hacer que un rifle dispare una especie de mandrágora con forma de tentáculos que además de perseguir e infligir daño a los enemigos, nos devuelve a nosotros la salud que ellos pierden. También probamos a imbuir las balas de un revólver con fuego, haciendo que cada disparo dejase a nuestro rival en llamas. Como todo, lo mejor es probar todo tipo de combinaciones hasta dar con la tecla y sentirnos cómodos en combate.
Viejos fantasmas
Aunque es cierto que Remnant II refina la fórmula y ofrece un conjunto mucho más sólido que su antecesor en elementos tan importantes como el apartado técnico, el diseño de niveles y la jugabilidad, también lo es que arrastra algunos problemas de su antecesor. No es que sean demasiado graves, pero pensar que sin ellos podríamos estar hablando de un título redondo nos deja cierto sabor amargo.
Para empezar tenemos el sistema de loot, descompensado y poco gratificante debido a que se echa en falta una mayor variedad de armas y armaduras. Hay muchos anillos para equiparnos y modificadores de disparo, pero en cuanto al arsenal, la oferta no es muy generosa, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos ante un juego en el que si algo hacemos constantemente, no es otra cosa sino apretar el gatillo. Tampoco habría estado mal potenciar las mecánicas de exploración con una mayor cantidad de armas y armaduras repartidas por el escenario, ocultas en cofres y como recompensa por matar enemigos.
El sistema de progreso y desarrollo de los personajes, por su parte, tampoco es que sea demasiado satisfactorio. ¿El motivo? La lentitud con la que notamos un crecimiento real, ya que es necesario dedicar unas horas para subir un nivel y ni siquiera es algo que tenga una gran incidencia en las partidas posteriores. En cada ascenso obtenemos un punto de rasgo que podemos invertir en aumentar la salud máxima, la resistencia elemental o el tiempo de reutilización de habilidades pero, como decimos, todo está pensado para el largo plazo.
Conclusión
Remnant: From the Ashes llegó sin hacer ruido en 2019 y el boca a boca de los que confiaron en él le permitió hacerse con una legión de seguidores. El título era muy interesante, pero su factura no estaba a la altura y las costuras de un desarrollo modesto se podían ver fácilmente. Pero ahora las cosas han cambiado, porque Gunfire Games ha sabido pulir el diamante que tenía hasta dar forma al juego que, probablemente, querían hacer desde el primer momento. Remnant 2 es una propuesta fiel a su antecesor, pero más y mejor en todos y cada uno de sus apartados. No es perfecto, pues hay elementos como el progreso de los personajes o el catálogo de armas que se antojan un tanto decepcionantes, pero aún así cuenta con argumentos más que suficientes para erigirse como un imprescindible para cualquier amante de los videojuegos de acción.
Lo mejor
- Mejora a Remnant: From the Ashes en todos y cada uno de sus apartados
- La mezcla de géneros sigue funcionando de maravilla
- Los niveles son muy variados y la ambientación es fantástica
- Las batallas contra jefes finales son espectaculares
- Ofrece una cantidad ingente de horas de juego
Lo peor
- La historia es previsible y la narrativa interrumpe el ritmo en más de una ocasión
- Se echa en falta una mayor variedad de armas
- El sistema de progreso del personaje es lento y poco gratificante
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.