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Polarium

Polarium

Puzzles en blanco y negro...

Pensar en un puzzle es asociarlo inconscientemente a un nuevo Tetris, pero nada más lejos de la realidad. Polarium reinventa el género con originalidad, diversión y mucha, mucha calidad.

Pensar en un puzzle es asociarlo inconscientemente a un nuevo Tetris, pero nada más lejos de la realidad. Polarium reinventa el género con originalidad, diversión y mucha, mucha calidad.

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Polarízate...
Los puzzles y las portátiles siempre se han llevado muy bien. No es lo mismo sentarse en un sofá y poder disfrutar durante horas una consola de sobremesa que disponer de ratos más o menos cortos (ir en bus, un rato antes de dormir...) en lo que buscar un ritmo intenso y frenético. Muchos de estos "nuevos" puzzles son cambios mínimos en la mecánica del clásico Tetris pero con el fin de juntar piezas de determinado color y destruirlas de determinada forma. El caso de Polarium es diferente. Su nombre intenta evocar la posibilidad de polarizar las piezas, es decir, darle dos polos opuestos: blanco o negro.

Las piezas caen desde arriba y al conseguir una línea de un solo color ésta desaparece, pero aquí acaba lo común con otros títulos del mismo género y empieza una mecánica extraña a la par que adictiva. Explicar la mecánica de Polarium resulta cuanto menos un reto pero imaginarla en otra consola que no sea Nintendo DS daría como resultado un producto demasiado caótico.

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g r á f i c o s
Extremadamente simples, pero más que suficientes. Este apartado técnico siempre ha sido el "pero" de muchos puzzles, pero en este caso va aún más alla, puesto que sólo veremos a lo largo de todo el juego blanco y negro. Poco tenemos que exprimir las neuronas para imaginar Polarium en una GameBoy original, descargable en flash o en un móvil cualquiera, pero lo que lo hace único y exclusivo, es la pantalla táctil de la consola.

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Pese a ser bicolor, no da en ningún momento la sensación de estar jugando con algo antiguo, sino completamente revolucionario. Unos menús iniciales muy claros por los que movernos con facilidad con el stylus, el uso de las dos pantallas como si la inferior fuera continuación de la superior y y el predominio absoluto de las 2D de principio a fin. La sobriedad gráfica no hace que se eche en falta ningún elemento adicional que lo haga más atractivo. Quizá alguna animación inicial, una cámara cenital que le diera volúmenes a las piezas planas, pero nada de lo que no se pueda prescindir. Polarium no es más que unas fichas blancas y fichas negras. Entonces, ¿donde está la gracia? No seáis impacientes...

s o n i d o
Una agradable melodía electrónica nos acompaña de principio a fin, pero su poca relevancia nos hará pasarla de largo y relevarla a un segundo plano. Por su parte los efectos sonoros aderezan nuestros logros cuando eliminamos muchas líneas a la vez (suena un ritmo como más triunfal) y durante el resto del juego hacen el justo acto de presencia. Podrían ser mejores, pero tampoco sería demasiado relevante.

j u g a b i l i d a d
Llegamos al quid de la cuestión y al punto en que a mí, como redactor, se me hace un nudo en la garganta. La mecánica de Polarium es tan básica que cuesta creer que ofrezca tantas posibilidades y con lo sencilla que resulta al probar el juego por primera vez, se antoja complicado explayarlas en un análisis.

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El objetivo del juego es eliminar las fichas blancas y negras formando líneas de un mismo color. Para lograrlo, habrá que hacer uso del lápiz táctil para cambiarlas de tonalidad. En primer lugar nos encontramos con una pantalla llena de fichas de ambos colores. Si en una fila hay, por ejemplo, siete negras y una blanca, bastará con darle con el stylus para que se vuelva negra o por el contrario darle a las siete negras y que se vuelvan blancas. Da igual que el resultado sea de un color u otro, mientras toda la fila sea del mismo, desaparecerá al instante.

Podremos eliminarlas una a una, pero como constantemente caen nuevas filas enteras de fichas por arriba de la pantalla, en pocos segundos se habrá acabado la partida. Así, podremos trazar con el lápiz una línea que haga desaparecer varias de una sola vez. Esta línea se puede dibujar de arriba abajo e izquierda derecha de un solo trazo y siempre con giros de 90º. Una vez seleccionado el número de piezas contiguas que hemos señalado, bastará con darle con el stylus en el punto final de la línea que hayamos trazado para que las fichas marcadas cambien de color.

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Si lo hemos hecho correctamente varias filas de piezas desaparecerán y repetiremos el mismo proceso. Al principio resulta fácil crear una línea horizontal con todas las fichas iguales, pero poco a poco se hará cada vez más complicado. Para ayudarnos en la tarea existe un margen en la zona inferior y a ambos lados de la pantalla ausente de fichas, por lo que al pasar el stylus por esta zona nada cambiará de color. Esto nos será util por ejemplo si queremos cambiar de color una ficha de la fila 1 y otra de la fila 3, pero la de la fila 2 queremos dejarla igual. Bastará con empezar a dibujar la línea en la fila 1, salirnos al margen, subir hasta la fila 3 y seleccionarla. Al darle la vuelta, la ficha de la fila dos permanecerá en su color mientras las otras dos sí se darán la vuelta.

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Os aseguro que es infinitamente más difícil explicarlo que probarlo. Un excelente tutorial inicial nos adentrará en el maravilloso mundo de Polarium explicándonos todas las reglas del juego. Una vez iniciados podremos elegir dos modos de juego. El modo Desafío consiste en eliminar cuantas filas seamos capaces mientras caen cada cierto tiempo nuevas piezas en la pantalla superior. Servidor sólo ha conseguido llegar aproximadamente hasta las 250 líneas de las 1000 que culminan el juego, así que hay Polarium para rato, siempre con un ritmo frenético y una atención máxima.

La otra opción es el modo Rompecabezas, más pausada pero que como su propio nombre indica, nos forzará a devanarnos los sesos para concluir las 100 pantallas disponibles. El número de piezas varía de una pantalla a otra, pero en esta ocasión no caen más por la parte superior, sino que el reto consiste en eliminar todas las fichas de una única trazada. Las primeras son bastante sencillas, pero poco a poco se vuelven retos intelectuales de gran calibre. Por suerte, los menos hábiles podremos activar alguna pista que nos ayude a resolverlo.

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Por supuesto encontramos un modo multijugador sin cables que nos permite conectar dos consolas con un solo Polarium y competir contra otro amigo a ver quién es más rápido eliminando fichas o resolviendo puzzles. Y no nos podemos olvidar del editor de puzzles, uno de los grandes atractivos del título y que alarga la vida del juego prácticamente hasta el infinito. Para crear un rompecabezas primero hay que delimitar el tamaño que va a ocupar, luego "polarizarlas" a nuestro antojo y por último probar que lo podemos resolver. Puede ocurrir que creemos un puzzle que ni nosotros mismos seamos capaces de resolver, aunque tenga solución. El nuevo rompecabezas se guardará en la memoria del juego (podremos albergar hasta 40) y generará un código.

¿Y para qué ese código? Muy sencillo, los treinta dígitos que componen el código permiten que al introducirlo en cualquier consola con el juego dentro se genere automáticamente el puzzle que hemos creado en nuestro editor. En la página web oficial del juego en Japón podemos encontrar gran cantidad códigos y en los foros de MeriStation ya hay mucha gente intercambiando sus propios diseños, y desde aquí os animamos a que hagáis lo propio.

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c o n c l u s i ó n
Polarium no cuenta con el factor "juego esperado" y tampoco es una saga consagrada que da el salto a las portátiles. Sin embargo es una gran alternativa a los actuales títulos de lanzamiento de la Nintendo DS. Demuestra como un título con una calidad gráfica limitadase vuelve tremendamente divertido al jugarlo con una pantalla táctil. Imaginarlo en otras plataformas le restaría fluidez y precisión.

La posibilidad de añadir nuevos diseños, propios o creados por otros y generados por códigos es una gran tentativa a la hora de plantearnos su compra, eso sin olvidar que su precio es 10 euros inferior al resto del catálogo. Quizá un mejor uso de la doble pantalla o del micro le alzaría al sobresaliente, pero aún así, tenemos Polarium para muuucho tiempo.


l o  m e j o r

  • Un soplo de aire fresco a un género muy repetitivo
  • Polarium se vuelve eterno con el generador de códigos
  • Un precio inferior al resto de títulos.


l o  p e o r

  • Al principio puede resultarnos algo lioso.
  • Endiabladamente difícil.
  • Un poco de color le hubiera sentado de maravilla.
7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.