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Plants vs. Zombies: Garden Warfare 2

Plants vs. Zombies: Garden Warfare 2

  • PlataformaXBO8PS48PC8
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorPopCap Games
  • Lanzamiento25/02/2016
  • TextoEspañol

Plants vs Zombis: Garden Warfare 2

Segunda entrega de la vertiente shooter de la saga Plants vs Zombis con más modos para competir, jugar en solitario o en cooperativo, nuevas clases hilarantes y doce mapas disponibles. El juego sale en

PopCap Games vuelve a la carga con uno de los sleepers de principio de generación: Plants vs Zombies Garden Warfare 2. El juego de acción en tercera persona que quería trasladar el éxito del plantas contra zombies de los dispositivos móviles consiguió cuajar entre un gran grupo de jugadores por una propuesta fresca y distinta a lo que estamos acostumbrados en el género de la acción en tercera persona. Eso sí, llegó algo escaso en contenido y eso acabó pesando en la experiencia general. PopCap Games parece haber tomado nota y en esta nueva entrega se mantiene la base que ya conocimos con un elenco de modalidades, mapas y posibilidades mucho más sólido. Es la guerra y toca tomar partido.

Lo que fue una sorpresa en los meses previos a la salida de la primera entrega de la saga Garden Warfare es ya una realidad de cara al lanzamiento de esta segunda iteración. Un juego que sigue estando enfocado al multijugador, pero que hace varios guiños a los usuarios que quieran disfrutar, también, de algo que va más allá  de disparar munición vegetal y de no muertos entre equipos de jugadores. Es algo que se agradece, aunque tal vez no esté tan pulido como nos hubiera gustado. Todo empieza desde un gran llamado el patio que es como nuestra casa. Desde allí accederemos al multijugador (también con bots), a las misiones en solitario, al modo horda, a un tablón con desafíos para ganar experiencia, a una tienda de cosméticos y sobres y otros detalles, como estadísticas, además de algunas sorpresas y extras que podemos ir desbloqueando.

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Para quien desconozca de qué va Plants vs Zombis: Modern Warfare, explicar que básicamente va de disparar a diestro y siniestro con unos personajes nada convencionales. Un pirata zombi pata de palo que puede usar un cañón gigantesco, una rosa druida capaz de convertir en cabra a sus enemigos, un zombi jugador de fútbol americano que embiste a rivales y hace aparecer dummies de entrenamiento, un girasol simpático que dispara a distancia y cura a sus compañeros o una especie de zombi-moco de pequeñas dimensiones que corre a gran velocidad y es un dolor de muelas acertar. No se trata de tener un elenco de personajes a cada cual más extravagante, sino de lo que aportan a la jugabilidad. Y es bastante. Cada uno de ellos tiene habilidades propias que cambian la manera de afrontar los combates.

El mencionado pirata con pata de palo tiene un revolver que es genial a larga distancia y sirve como escopeta a corta, pero en situaciones intermedias no sirve para mucho. Cuenta con un barril explosivo para refriegas a quemarropa, con un cañonazo para disparar a lo lejos y con la posibilidad de controlar a su loro para disparar desde los aires con él. La flor druida, en cambio, no tiene utilidades a distancia pero es letal en el cuerpo a cuerpo: puede lanzar un hechizo que encadena al enemigo durante un tiempo, convertirlo en cabra y, si van mal dadas, evaporarse para escapar. Otro ejemplo radicalmente distinto: El científico zombi. Tiene un arma principal que no va mal a media distancia, pero destaca sobre todo por sus habilidades curativas (sirve de apoyo al grupo), poder escapar con un sprint y dejar bombas letales en el camino.

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Podríamos seguir con varios ejemplos más entre las novedades, como la mazorca asesina que tiene un movimiento evasivo muy bueno y un salto que permite desperdigar bombas de maíz como si fuera un caza, o el súperheroe zombi, una de las novedades y que tiene ataques cuerpo a cuerpo dignos de un juego de lucha pero que además, puede cambiar su arma por un disparo láser letal a lo lejos. Por no hablar de Pomelo, que con su escudo futurista A medida que subimos de nivel con ellos podremos cambiar algunas de sus habilidades únicas: por ejemplo el científico zombi puede curar a un compañero apuntándole o cambiarlo por un aspersor que cure a los que estén en esa zona. En total tenemos siete plantas de base y siete zombis a partir de los cuáles desbloquearemos decenas de personajes: Las bases tienen distintas variables que podremos ir desbloqueando con nuevos héroes y características propias. 

Naturalmente, la variedad de personajes y sus habilidades –además de ser muy originales algunas de ellas- hacen que este sea uno de los grandes atractivos del título, tanto por los personajes que se mantienen del primer Garden Warfare como por algunos de los añadidos simplemente letales. Nuestra elección afecta nuestro papel en la partida (controlar una base disparando a distancia es ideal, atacar otra con fortalezas a rango corto, también) y debe depender de cada modo de juego. Seguramente algunos personajes no nos irán bien en ciertas reyertas, y eso aporta variedad y motiva al jugador a cambiar según cada momento. También es cierto que hay ciertos desequilibrios entre el rendimiento de algunos personajes que seguramente se pulirá en futuros parches.

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A todo esto se añaden invocaciones y torretas que podemos ir colocando en ciertos puntos estratégicos del mapa y que nos pueden dar ventajas, desde muertes extras hasta recuperar vitalidad si estamos tocados. Estos elementos son consumibles y tendremos que recargarlos comprando sobres (el precio es asequible ya que se trata del sobre de menos monedas). De hecho, el sistema de sobres para conseguir todo tipo de elementos (objetos, piezas para tener un nuevo personaje, detalles estéticos, etc.) da la sensación de generar suficientes monedas como para que podamos invertir de manera periódica en conseguir novedades para equipar.

Modalidades para todos los gustos
El título cuenta con seis modos, incluido un mix que permite ir rotando entre ellos, en los que disfrutar de los doce mapas que se han diseñado para la ocasión. Un número suficiente y convincente. Sobre todo si lo comparamos con los mapas que tuvo de salida la primera entrega. Entre las modalidades, pocas sorpresas sobre el papel pero un concepto de juego que atrapa al jugador en varios frentes. No faltan combates por equipos en los que tenemos que llegar a 50 puntos antes que el rival o la variante de derrota confirmada, que al más puro estilo Baja Confirmada nos obliga a recoger orbes de los caídos enemigos para sumar puntos.

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Pero son otros los modos que realmente divierten y ofrecen una experiencia intensa. Uno de ellos es Suburbination, que vendría a ser el clásico Dominio con tres bases que tenemos que controlar para sumar puntos. Las refriegas que se generan en el punto B del mapa son antológicas, gracias en parte a un acertado diseño de niveles que permite que cada jugador y tipo de planta o zombi pueda encontrar su manera de luchar. No son mapas excesivamente grandes y permite que haya dinamismo entre las tres bases a conquistar. Junto a él, bomba gnomo es otro de los modos más divertidos. Un escenario en el que aparece una bomba de gnomo de manera aleatoria, los equipos luchan por conseguirlo, meterlo en una estatua de los enemigos y defenderlo durante varios segundos para que explote. Tres explosiones, victoria. La estrategia, cubrir al compañero con el gnomo, armarse fuerte ante todos los flancos cuando defendemos la bomba y de paso sumar algunas muertes.

Junto a ellos están los modos de asalto, tanto en una estación lunar si son los zombis quienes defienden como en un enorme espacio al aire libre si son las plantas (hay un par de mapas para Asalto herbal y jardines y cementerios, los dos modos "espejo" en el que uno atacan plantas y en otro, zombis). Básicamente un equipo tiene que ir conquistando bases hasta llegar al final o hasta que se agote el tiempo. Seguramente son las modalidades que menos nos han convencido. El desarrollo se puede hacer algo pesado con los checkpoints alejados cada vez que renacemos y un ritmo que se rompe a menudo y no tiene la intensidad de otros modos. La disposición de los escenarios también provoca que en ciertos casos el equipo de defensa pueda tener algunas ventajas en ciertos momentos difíciles de superar, sobre todo sin coordinación. También juega en su contra el hecho de ser partidas que a veces se alargan en exceso (el tiempo se reinicia cuando conquistamos una base) y pueden caer en el tedio. El netcode, al menos en las sesiones que hemos jugado, funcionaba de manera perfecta y sin problema permitiendo disfrutar de partidas de hasta 24 jugadores. El juego precisa de conexión permanente, aunque no suscripciones tipo Plus o GOLD para modos solitarios o locales.

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La docena de mapas disponibles (algunos exclusivos de ciertos modos) tienen un diseño variable y cambiante según la zona que nos obliga a trazar estrategias distintas en cada momento. Si jugamos el clásico capturar bases veremos brillar con luz propia ciertos escenarios, mientras que otros como los asaltos y defensa son algo más irregulares, con espacios muertos sin casi utilidad (pasa lo mismo con un escenario circular de bomba gnomo, que descuida la acción en varias zonas). En todo caso, en términos generales los mapas son variados entre sí y lo suficientemente versátiles para atacar desde larga, media o corta distancia según precisemos. Tal vez algo más de verticalidad teniendo en cuenta algunas habilidades de las plantas y los zombis no le habría sentado nada mal, eso sí.

Cooperativo y single player

El modo historia, por definirlo de alguna manera, nos invita a solucionar algunas misiones que nos encargan dos personajes, los líderes de las plantas y de los zombis. Podemos intercambiar el bando cuantas veces deseemos mientras avanzamos en sus tareas. Las misiones son bastante básicas y se basan en hacer varias de las cosas que ya hemos visto en el multijugador. Se añaden algunos jefes finales, tareas como escoltar a ciertos personajes o defender zonas concretas como si estuviéramos en el modo horda. En general, poco inspirado y sin ofrecer un gran desafío al jugador a lo largo de la veintena de misiones disponibles (se puede añadir picante con dificultad extra), ya que nos dedicaremos a ir hasta cierto punto, completar alguna tarea no demasiado difícil (salvo alguna de resistencia concreta) y poca cosa más salvo algún enfrentamiento original y un toque de humor en la trama tan absurdo como simpático.

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Más acertado es el modo Operaciones de Jardín (horda), que permite jugar en solitario –poco recomendable aunque podamos seleccionar IAs que nos acompañen- o con amigos, incluida pantalla partida en las versiones Xbox One y PS4,  mientras defendemoszonas de las hordas de enemigos que se nos van acercando en oleadas. No hay ninguna gran sorpresa en su desarrollo más allá de aparecer más enemigos, más virulentos,  aparecer objetivos clave, campeones o jefes de gran envergadura, pero es divertido: la intensidad con la que se libran las batallas superadas las oleadas iniciales es siempre in crescendo y la cooperación con nuestros compañeros se hace imprescindible. Tener un apoyo para regenerar vida, un personaje capaz de limpiar una zona en un momento dado, coordinar los movimientos y qué flancos cubrir son algunas de las tareas que se exigen en un modo que no es el adalid de la profundidad, pero que exige más que disparar a diestro y siniestro.

Apartado técnico
A nivel audiovisual el juego Destaca el diseño artístico de los personajes y unos escenarios coloridos, llenos de contrastes y con muchos detalles. No pasará a la historia pero tiene un acabado más que convincente para lo que intenta ofrecer. Es verdad que hay varios detalles visuales que afean el conjunto por no tener un acabado potente, pero en general cumple y contiene elementos divertidos en los escenarios, algunos sorprendentes. Por otro lado, el sonido cuenta con varios efectos característicos, una banda sonora que no acaba de tener la presencia que debería y un compendio de sonidos de disparos, explosiones y demás que sirve para fichar el expediente pero que tampoco será memorable. La OST tiene algo más de presencia en ciertas misiones de la trama para un solo jugador, con ritmos animados y toques electrónicos pegadizos.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.