OVRDARK: a Do Not Open story
Review
Análisis de OVRDARK, una aventura escalofriante que pondrá a prueba tu temple
Review de este notable un escape room con rompecabezas, jump scares y esencia Resident Evil para PS VR 2 y PC VR.
Las experiencias escape room han encontrado el marco ideal con el formato de la realidad virtual, videojuegos que mantienen la esencia de tan entretenidos, desafiantes y, a menudo, terroríficos pasatiempos en la vida real que tan de moda están de unos años a esta parte. Para ello se valen de una tecnología que nos sumerge en entornos realistas con la posibilidad de manipular ciertos objetos para abrirnos camino, con el ingenio como verdadero motor de nuestro avance. Este es el caso de OVRDARK: a Do Not Open story, un nuevo título de realidad virtual para PlayStation VR 2 y PC VR de los valencianos Nox Noctis Games, su primer acercamiento a la VR que, a su vez, es una secuela de su anterior videojuego Do Not Open. Veamos en nuestro análisis si esta nueva aventura de terror que respira esencia Resident Evil en términos de ambientación y resolución de puzles logra posicionarse como una opción válida entre los amantes de las experiencias más inquietantes y los jump scares.
Huye o contén la respiración y no te muevas
Sin entrar en demasiados detalles sobre su trama y evitar así destripes de su argumento, tomamos el rol de George Foster, un intrépido investigador y compañero de Mike Goreng, quien se adentra en la mansión maldita de Burkittsville tras los eventos de la primera entrega no VR. Todo ello en plena expansión de un terrible virus que convierte a los humanos en algo parecido a zombis. Ahora, para descubrir la verdad sobre Mike y sus actos, debemos adentrarnos en tan inhóspito inmueble mientras nos enfrentamos a la letal presencia del propio Mike, ahora como una suerte de némesis que debemos evitar por todos los medios.
De este modo, iremos descubriendo qué ha pasado realmente en el interior de esa mansión, todo ello a través de una ambientación muy lograda potenciada por un doblaje al castellano que se agradece y mucho en un juego de realidad virtual, para así evitar estar pendientes de los típicos subtítulos; eso sí, algunas voces no están al nivel de otras menos convincentes. Pero pasemos a lo mejor de OVRDARK: la ambientación de la mansión, aunque suene a tópico, un personaje más de la historia. Realmente nos sentiremos dentro de tan lúgubre palacete, tanto por su puesta en escena como por algunos trucos ambientales; y es que los efectos de sonido resultan tan efectivos como inquietantes: desde crujidos a lamentos, además de ciertos objetos que reaccionarán a nuestro paso, tales como un televisor que se enciende al darle la espalda y que nos provocarán más de un sobresalto.
Todo ello nos hace pensar en la mansión Spencer de Resident Evil o el más reciente castillo de Dimitrescu en Resident Evil Village; además, la representación de las estancias y la ambientación en general están a un nivel considerable, aunque en ciertos lugares, si nos acercamos más de la cuenta al escenario, identificaremos modelados o texturas que palidecen más que el resto. En cualquier caso, la escenificación funciona y la sensación de vulnerabilidad será constante. Eso sí, la interacción con los elementos del decorado -porque en más ocasiones de las que nos gustaría el entorno se percibe como un simple decorado- brilla por su ausencia, sintiéndose en su conjunto algo artificial. Tan solo podemos coger algún que otro objeto más allá de aquellos que componen los diferentes puzles.
Sin ir más lejos, abriremos las puertas empujándolas y no agarrando el pomo, como si a la integración de la realidad virtual le faltara un paso más. El manejo de nuestras manos virtuales, por otro lado, no resulta tan intuitivo como en otros títulos similares, así como el cinturón en el que guardar nuestra linterna; en este sentido, falta un poco más de pulido. En cambio, el manejo del inventario contextual sí resulta satisfactorio, aunque no termina de explotarse. Aunque la amenaza siempre presente de Mike hace el resto, provocando ansiedad en cada giro de esquina o cada acceso a una nueva estancia. En este sentido, nuestro particular némesis aparecerá siempre en momentos y lugares fijos, obligándonos a correr o mantener la calma según convenga; sin embargo, la mecánica de ensayo-error se deja notar demasiado, especialmente cuando no terminamos de dar con la tecla correcta sobre cómo escapar de una situación en particular.
A nivel técnico, de nuevo, OVRDARK ofrece luces y sombras; nunca mejor dicho. Más allá de su tétrica ambientación, lo cierto es que técnicamente convence, especialmente con un buen tratamiento de la iluminación, con valores de producción destacables para tratarse de un título indie. No obstante, algunas transiciones y movimientos de cámara pueden llegar a provocar mareos, incluso en jugadores muy habituados a la realidad virtual. Un detalle destacable y que nos lleva a épocas pretéritas es que la única forma de guardar la partida será a través de cintas de casete junto a grabadoras de sonido estratégicamente repartidas por la mansión. Todo ello a través de una aventura que puede prolongarse hasta unas tres horas, dependiendo de si nos quedamos atascados en alguno de los muchos puzles que propone. Como suele ocurrir con los videojuegos de este tipo, una vez lo hayamos superado no ofrece nuevos alicientes para rejugarse más allá de hacernos con los trofeos o logros de turno.
Conclusión
OVRDARK: a Do Not Open story se percibe como una grata sorpresa dentro del catálogo de videojuegos destinados a la realidad virtual, más aún si tenemos en cuenta que sus desarrolladores son un equipo indie. Se trata de una experiencia al más puro estilo escape room con grandes dosis de terror psicológico -con algún que otro jump scare de más- y cierto abuso de las mecánicas de ensayo-error en más ocasiones de las que nos gustaría. No obstante, si lo que buscamos es un título con puzles para pasarlo bien a base pasarlo realmente mal, OVRDARK es una opción muy a tener en cuentas. Y no, no hace falta haber jugado a la primera parte no VR para sumergirnos en su inquietante historia.
Lo mejor
- Buen diseño de la mansión y su ambientación
- Técnicamente es muy solvente, aún con ciertas flaquezas
- Buen equilibrio entre exploración, puzles y tensión
Lo peor
- Abuso de la mecánica ensayo-error en ciertas secuencias
- Algunas interacciones virtuales tienen margen de mejora
- Duración algo escasa sin alicientes para rejugarlo de nuevo
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.