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Overlord II

Overlord II

  • Plataforma3608PS38PC8
  • GéneroAcción, Aventura
  • DesarrolladorTriumph Studios
  • Lanzamiento26/06/2009
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorCodemasters

Vuelve el mal más divertido

Overlord fue una grata sorpresa para todos los aficionados por su sentido del humor y su buen hacer a la hora de ofrecer unas mecánicas interesantes y propias. Ahora la segunda parte se apoya en su antecesor para tratar de superar sus defectos y alcanzar una mayor calidad.

Overlord fue una agradable sorpresa a comienzos de generación. Triumph Studios cambiaba la estrategia en PC, con magníficos títulos en la forma de los Age of Wonders por un juego de acción con un toque cómico y dedicado tanto a consolas como a compatibles -aunque con clara intención de convencer a público más general y amplio que el de los amantes de los juegos de estrategia por turnos- Pero aunque la profundidad de sus anteriores juegos quedó desplazada, el estudio tuvo la clarividencia de no dejarse arrastrar a la mediocridad y propuso alternativas que dieran valor al juego: un agudo sentido del humor, un notable estilo visual, personajes simpáticos y una mecánica de juego interesante, deudora de Pikmin pero dotada de un buen número de ideas propias.

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Después de obtener reconocimiento de la crítica y unas buenas ventas, el estudio ha estado trabajando en pulir los defectos del original y tratar de lograr una secuela más completa en líneas generales. Pese a los toques de brillantez del primer Overlord, una serie de problemas no fatales pero sí molestos emborronaban un poco el conjunto. Con Overlord II, el factor sorpresa se pierde, pero a cambio se obtiene un título mucho más depurado, que permitirá al jugador regodearse una vez más de la idea de ser "el malo" -aunque los "buenos" tampoco son precisamente aquí unos santos-. La sátira vuelve a ser la nota predominante a la hora de definir un mundo bastante distinto al del primer juego y algo más moderno, aunque sin renunciar a los elementos de fantasía.

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Después de los acontecimientos del primer juego, los pequeños demonios que sirven de lacayos al Overlord recorren el mundo buscando a un nuevo amo, a un heredero capaz de llevarlos a una nueva era de maldad y poder. El viaje concluye cuando encuentran a un pequeño dotado del potencial para portar la armadura y liderar las huestes a la victoria. La primera fase está protagonizada por ese "overlad" y sirve como tutorial, dejando que el jugador descubra las habilidades básicas y aprenda a controlar a los pequeños demonios, todo mientras el niño-brujo "combate" contra un grupo de niños que no dejan de lanzarle bolas de nieve. Una vez ya crecido y con más dominio de sus poderes, el objetivo será derrocar al Imperio, una parodia del Imperio Romano con un enorme poder militar en sus manos.

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Uno de los primeros detalles que destacan desde el primer momento es el nuevo sistema de cámaras, una solución intermedia entre el rígido sistema de la primera parte. Ahora el stick izquierdo controla el movimiento del Overlord, mientras que el derecho puede controlar tanto a tu horda de demonios como la propia cámara, dependiendo de la selección que se haga. No es un mal método y es una mejora con respecto a la primera parte, pero tiene el defecto de confundir un poco al jugador que puede tender a equivocarse entre mover la cámara y mover a la horda. algo a lo que tendrá que ajustarse con un poco de experiencia. La solución de la versión PC es más efectiva, gracias a la posibilidad de controlar perfectamente la cámara con el ratón, pero en general se puede decir que el sistema de cámara ofrece una mejor solución.

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Otra mejora está en la IA de los demonios, aunque en general el sistema de su control sigue siendo básicamente el mismo. Se puede mandar automáticamente a las criaturas a que combatan enemigos, roben tesoros o tomen armas, cosa que harán automáticamente en función del contexto en el que se encuentren. Si se quiere tener un control más directo, es posible controlar a toda la horda en masa para que avancen por sitios inaccesibles para el Overlord e interacciones con algún objeto fuera de su alcance. Esa mecánica sigue siendo clave a la hora de resolver los variados puzles que se intercalan con la acción. La novedad más bienvenida es que ahora los demonios que se pierdan en estas excusiones o que no sepan llegar al Overlord no desaparecen como antes, sino que se teletransportan al pozo desde el pueden ser invocados otra vez; es un poco de "trampa", pero una justa solución para cuando las rutinas de trazado de rutas del juego fallan.

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Los pequeños demonios son nuevamente los grandes protagonistas del juego, tanto por el hecho de que son el punto distintivo de la dinámica del juego como por su personalidad. Al igual que en la primera parte, hay varias de estas criaturas, diferenciadas por unos colores que identifican sus habilidades especiales. A medida que acumules más variedades, los puzles del juego se harán algo más complejos, un aspecto que se ha decidido aumentar en esta secuela dotando a las criaturas de más posibilidades. Por ejemplo, uno de los primeros ejemplos que se expone en el juego está en su nueva capacidad para disfrazarse, siempre que encuentren la ropa adecuada. Normalmente los demonios tenderán a equiparse con armas y objetos absurdos con los que vestirse, como bolas de nieve en la cabeza, pero los disfraces son trajes concretos que pueden ser necesarios para pasar por ciertos puntos.

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Otra gran novedad para los demonios es su acceso a varias monturas, que aumentan sus posibilidades. Las más tempranas serán los lobos, que podrán ser domados por las criaturas y usados para potenciar la fuerza de ataque de las mismas, así como dotarles de la habilidad de pequeños saltos que les permiten salvar ciertos obstáculos. Cada una de las monturas ofrece algo especial que puede servir para superar los niveles, tal es el caso de las arañas gigantes, que permiten a los jinetes demonio recorrer las paredes y acceder a sitios que en otras circunstancias serían inaccesibles. Tampoco hay que olvidar el papel de las máquinas de guerra tales como las catapultas, que pueden ser tomadas por tus esclavos y usadas contra los enemigos.

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Además también hay una nueva idea para hacer el uso de los demonios más interesante y dar mayor variedad al juego: la posesión. En algunos mapas es posible encontrar una piedra de posesión, que permite tomar el control de uno de los lacayos, acompañado de un pequeño número de los suyos. En ese momento la cámara pasa a su perspectiva, lo que hace que todo parezca más grande y amenazador. Estos momentos son de "sigilo", ya que las misiones que se suelen pedir en estos casos suelen ser deinfiltración, muy light eso sí. Al contrario que otros juegos que tratan de introducir este elemento, Triumph ha hecho un buen trabajo con ellas, ya que son bastante asequibles, dan más variedad de objetivos al juego y además no son frustrantes, ya que si se pierden los demonios durante esos momentos, regresan al pozo y pueden volver a ser convocados, conservando además todo lo que hayas conseguido en la primera infiltración para no tener que repetirlo.

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Todas las mejoras en la cámara y en el trazado de rutas no servirían de nada si Triumph no hubiera incorporado algo que se echó en falta en la primera parte: un minimapa. Vital para saber dónde hay que ir en cada momento y no acabar dando vueltas por unos escenarios que han ganado en amplitud respecto a los de la primera parte. Sin embargo, el estudio parece que no acaba de coger el punto a esta opción y sólo ha ofrecido un minimapa muy básico y general, en el que no se puede hacer zoom ni ver detalles. La consecuencia es que aunque ofrece una guía básica de la dirección que hay que tomar, a veces esa información no resulta suficiente y el jugador puede acabar por perderse.

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Al igual que el anterior, Overlord cuenta con un sistema de evolución que permite al protagonista llevar nuevas armaduras y armas, además de aumentar sus poderes mágicos. Para ello deberá recoger esferas, que surgen a partir de los cuerpos de cualquier criatura que tenga la desgracia de cruzarse en su camino, y dinero, que se encuentra en cofres y otros lugares repartidos por todo el mapa. Aquí Triumph no ha ajustado del todo bien la curva de evolución del personaje, ya que en aras de aumentar la rejugabilidad y la vida del juego, el estudio ofrece la posibilidad de volver a visitar sitios ya conquistados para obtener más almas y tesoros. El resultado es que para lograr algunas piezas de equipamiento, es imprescindible repetir los pasos y pasar un buen rato saqueando los entornos, en vez de estar progresando en la historia y el desarrollo normal del juego, lo que se puede hacer un poco repetitivo de cara a los objetos más caros.

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En otros puntos, se ha optado por respetar las fórmulas ya usadas anteriormente. El oscuro protagonista puede usar un arma cuerpo a cuerpo con efectividad, además de tener a su disposición varios hechizos como una descarga de rayos, un terremoto que sacude la tierra a su alrededor o un halo que permite potenciar la fuerza de sus demonios. También se ha mantenido esa libertad de decidir en cierta medida el grado de maldad del Overlord, que puede esclavizar a los pueblos para obligarles a pelear por él o simplemente destrozar todo lo que ponga a su paso y regodearse con las almas robadas. El humor del juego y la obvia corrupción del Imperio hacen que el protagonista no resulte muy siniestro ni el juego tenga un toque demasiado oscuro, pero cosas como liquidar a golpes a unos monismos bebes focas al comienzo del juego dejan bien a las claras de que el mal es la brújula moral del protagonista.

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Gráficamente, Overlord II ha heredado el notable y distintivo estilo visual de su antecesor, pero con un aire renovado gracias a la introducción de algunos efectos gráficos. Si hubiera que definir los gráficos del juego con una palabra, esa sería "personalidad", ya que todo tiene un aspecto cuidado y distintivo, desde los personajes que habitan este mundo a tus propios demonios, pasando por las criaturas que aparecerán en el camino. Las animaciones vuelven a ser excelentes, y ver a la horda de diablillos moverse, hacer gestos obscenos, bailar y otras acciones es tan, o incluso más placentero que la primera parte. Gran parte del carisma y el aire distintivo de este título emana de estas rudas y groseras criaturas, por lo que el cuidado en su puesta en escena y animación resulta más que notable.

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Otro detalle que se ha mejorado mucho con respecto a su antecesor es la variedad en los escenarios. Ya se ha comentado que en general el mundo es considerablemente más amplio que el del primer Overlord, pero también es mucho más variado y rico en detalles, reforzando uno de los aspectos que estaban por mejorar en el original. Desde los terrenos congelados de Glacialia en los que se comienza hasta las zonas más calurosas y tropicales, hay una gran variedad de ambientes, arquitecturas y escenarios que visitar. Gráficamente no hay nada que reprochar a este título, que quizás no llegue a impresionar por su escala o uso desaforado de efectos pero nunca decepciona y siempre mantiene un nivel visual alto. No hay demasiadas diferencias entre las versiones tres, obviamente PC tiene la ventaja por la flexibilidad de modificar varios aspectos gráficos para adaptarse al tipo de ordenador y conseguir un resultado más vistoso, pero aparte de eso la tasa de frames es bastante estable en cualquier versión -con algunas bajadas en las escenas más cargadas, eso sí- y las versiones de consola se mantienen bastante parejas entre sí -la mayor diferencia, como casi siempre en juegos multiplataforma, está en el sistema de antialising, el clásico multi sampling x2 que usa Xbox 360 en casi todos sus juegos y el quincunx que se suele emplrear en PS3-.

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Nuevamente, Overlord consigue brillar en el aspecto sonoro gracias a dos aspectos fundamentales: una buena banda sonora que acompaña con efectividad todos los momentos del juego y, particularmente, el magnífico trabajo con las voces. Buena parte del encanto y la simpatía de los personajes que habitan el mundo de Overlord debe mucho a un doblaje que repite el excelente trabajo realizado en la primera parte. No sólo eso, si bien el trabajo original en inglés es simplemenet fantástico, el trabajo que se ha hecho con el doblaje español no tiene mucho que envidiarle y es también excelente. Codemasters merece un reconocimiento por el gran cuidado que ha puesto en este trabajo para disfrute de todos los usuarios españoles.

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Al margen de las pequeñas pero notorias novedades que se han incorporado a Overlord II, también ha habido tiempo para incorporar varios modos multijugador para terminar de completar el conjunto, aunque son modos de juego separados del propio juego principal y tienen más una función más bien de añadido más que de complemento al modo principal del juego que sigue siendo el modo historia. Por un lado están Dominación y Pillaje, dos modos competitivos entre dos Overlords en los que los dos jugadores luchan por conquistar más terreno en el primer modo y más dinero en el segundo. Por otro lado están Circo e Invasión, dos modos cooperativos en el que Circo viene a ser una especie de modo supervivencia cooperativo, en donde se mide la capacidad de resistir frente a hordas de enemigos. Invasión por su parte mide el tiempo en el que dos jugadores pueden repeler la invasión de un centurión el la ciudad de Glacialia. Son todos modos entretenidos e interesantes, pero muy limitados por la falta de escenarios adicionales y variaciones.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.